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Elisa Bascón: «Las baldosas son mi forma de expresión»

Esta artista urbana crea réplicas de losas barcelonesas y las coloca en las ciudades que visita durante sus viajes

La artista Elisa Bascón, junto a una de sus baldosas.

La artista Elisa Bascón, junto a una de sus baldosas. / LAURA GUERRERO

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Manuel Arenas
Manuel Arenas

Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona

Especialista en historias locales, audiencias e información del área metropolitana de Barcelona y reporterismo social

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Cuando Elisa Bascón (Zaragoza, 1988) llegó a Barcelona el año 2009 para estudiar Escultura y Diseño, hubo algo que llamó su atención: las baldosas barcelonesas. Concretamente, uno de sus diseños: el panot con la icónica flor, muy presente en las calles de L'Eixample. Desde entonces, esta artista urbana crea mediante moldes réplicas de este tipo de baldosas, las decora y las coloca en las ciudades que visita como forma de expresión. En su maleta, Barcelona ha viajado a través de pedazos de su pavimento hasta las paredes de Toulouse, Oporto, Helsinki, Berlín o Londres.

-¡Arte urbano con baldosas!

-Algo así (ríe). Aunque en mi Instagram pone "street¿art?". Siempre me ha generado dudas si lo que hago es arte o no. Para mí es una afición; una forma de expresarme y pasármelo bien.

-¿Cómo decide uno empezar a fabricar baldosas?

-Lo decidí en el 2010, el último año de mi grado superior en Escultura. Teníamos que hacer un proyecto final y elegí esto. Me gustó tanto que lo convertí en pasatiempo y durante estos años he seguido creando.

-¿Por qué baldosas?

-Cuando llegué a Barcelona, el panot de flor me llamó mucho la atención. Me pareció interesante el concepto de las flores sobre el cemento: parece chocante, pero decorativamente queda muy bien. Una noche, unos amigos que sabían que me encantaba esta baldosa me trajeron una a casa. A partir de ahí me obsesioné con la forma y empecé a hacer moldes que luego usé en mi proyecto.

-Curioso.

-Cuando estudiaba, la gente me decía que a través del arte ellos intentaban expresar algo íntimo. A mí, en cambio, no me salía hacer esculturas humanas en plan existencialista, sino que mi forma de expresión era hacer baldosas. Quizá no tenga un sentido muy personal, pero me hace feliz y me encanta unirlo a mis viajes.

Una de las baldosas de Elisa Bascón, en una calle de Berlín. / Instagram (@floor_bcn)

-¿Cree que este diseño es el más representativo de Barcelona?

-Sí me lo parece: la flor es muy sintética y reconocible, muy icónica. De hecho, ahora se ve en muchos sitios. Que sea una baldosa modernista me interesa mucho.

-Explíqueme el proceso de creación.

-Utilizo un molde y Diplast, un material parecido a la escayola pero plástico que seca rápido. En unas 3 horas puedo tener el molde acabado. Y el diseño varía en cada baldosa: unas veces lo pienso antes, en función de dónde la quiero poner, y cuando tengo el molde lo plasmo, y otras veces hago varias baldosas y luego las coloco por la calle.

-He visto en su Instagram que viaja mucho.

-No te creas, ¡me gustaría viajar más! Llevo ya 8 años y siempre que he viajado me he llevado baldosas.

-¿A qué lugares han viajado sus baldosas?

-Pues tanto a ciudades cercanas como Zaragoza, Madrid, Menorca, Formentera o evidentemente Barcelona, como a otros países como Francia, Portugal, Finlandia, Alemania, Reino Unido, Estonia, Bélgica, o Lituania. En total, quizá he puesto unas 50.

Una de las baldosas de Elisa Bascón, en una calle de Oporto. / INSTAGRAM (@FLOOR_BCN)

-¿Cuánto suelen durar en el sitio en que las coloca?

-Depende. Algunas desaparecen muy rápido, y otras, como una que puse en Formentera hace 5 años, todavía siguen donde las pegué. Lo sé porque a veces veo fotos en Instagram donde aparecen.

-¿Qué ocurre con las que desaparecen?

-Lo desconozco. No sé si se caen, las quitan o las roban. Si las quitan, por lo menos espero que se las lleven a casa y las pongan de decoración (ríe).

-Si las quitan los ayuntamientos, quizá haya por ahí salas repletas de baldosas suyas.

-Estaría bien (ríe). No me lo había planteado, aunque yo creo que las deben tirar a la basura. Siempre intento respetar que no sean fachadas históricas, pero soy consciente de que el arte urbano es efímero.

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-¿Qué futuro le ve al proyecto?

-Tengo ganas de evolucionar porque llevo un año parada. Me gustaría empezar a colaborar con otros artistas y usar la baldosa en espacios más grandes, tipo mural.