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Rómulo Lifoncio: "¡Soy el primer danzante de tijeras español!"

Este fontanero peruano afincado en Barcelona es la máxima autoridad en la ancestral y acrobática danza de las tijeras

Rómulo Lifoncio, danzante de tijeras.

Rómulo Lifoncio, danzante de tijeras. / XAVIER GONZALEZ

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Nando Cruz
Nando Cruz

Periodista

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Nació en Congalla, un pueblo de la sierra central a 3.500 metros de altitud y es el penúltimo eslabón de una larga dinastía de danzantes de tijeras. Hablamos de un baile indígena con raíces prehispánicas y que a ojos de un profano puede parece una mezcla de ballet clásico y breakdance. Desde España, Lifoncio ha logrado que sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Su vida es de película. De hecho, tiene intención de llevarla al cine.

¿Cuándo presenció la primera danza de tijeras?

Con cuatro años. Y a los ocho ya danzaba. Mi padre me llevaba a todos los sitios donde se bailaba para que aprendiera y lo transmitiera. A él le llamaban el Sapi, que en quechua significa raíz sagrada. Mi padre sale en el documental ‘Los danzantes de la montaña sagrada’. A raíz de ese documental se celebró el Primer Congreso Nacional de Danza de Tijeras. Hasta entonces la gente de Perú no daba importancia a esta danza. La consideraban cuestión de indios.

¿Quién le puso el alias de ‘El Internacional’?

La alcaldesa de mi pueblo, Abigail Delgado. Yo tenía nueve años, pero me leyó la cabeza y adivinó que daría a conocer la danza de tijeras a nivel mundial.

¿Cómo empezó a recopilar información?

Trabajé en el Ministerio de Educación aunque nunca estudié para eso. Allí reuní la documentación para el documental, organicé concursos y conseguimos que fuese declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. También he sido cinco veces campeón nacional de danza de tijeras.

Háblenos de esta danza.

Está relacionada con la creencia en la madre tierra. Son danzas guerreras con 2.500 pasos distintos. Danzar con las tijeras ahuyenta los malos espíritus y te carga de energía positiva. Mis antepasados fueron perseguidos por los curas y se escondieron en las montañas. Congalla era un centro de adoración y por eso con la conquista hicieron una iglesia grandaza y mataron un montón de indios.

¿Cuántos danzantes hay actualmente?

Por lo menos 400. Los registré a todos en el Registro Nacional de Intérpretes. Todos son de la misma región de Perú porque no hay academias que enseñen esta danza. Solo se transmite de padres a hijos.

¿400 son muchos?

En tiempos de terrorismo desaparecieron. Mataron a ocho de mi pueblo. Yo me salvé porque estaba en Lima, pero entonces nadie quería aprender. En 1996 apenas había danzantes, pero la última vez que fui, en 2016, solo en mi pueblo había 25 danzantes jóvenes. Y me sentí feliz. En Estados Unidos hay nueve. En Italia hay dos. Y acá somos cinco; casi todos de mi familia.

¿Cuándo llegó a España?

En 2007. Tenía una empresa de fontanería y no me faltaba dinero en Perú. En Madrid trabajé en obra general. Un día, en 2010, fui a hacer una reforma a casa de una jefa de producción de Tele 5, le mostré el documental y lo quiso comprar, pero entonces despidieron a 800 personas y se paralizó la venta.

¿Cómo acabó en Barcelona?

Vine a una presentación en Cotxeres de Sants. Llegué, bailé, había un poco de crisis en Madrid, las asociaciones peruanas de acá me decían que me viniese y aquí sigo. Nunca me faltó trabajo, ni aquí ni en Madrid. Pero trabajé de todo: de conserje, en fontanería… Ahora llevo el mantenimiento de dos discotecas.

¿Qué tal le reciben en su pueblo?

Me quieren mucho. A través de la danza, lo electrifiqué de forma gratuita con la cooperación peruano-española. Y cada año traigo danzantes de Perú para acá. Hace dos meses decidieron donarme un terreno y queremos hacer un complejo turístico con un monumento de danzantes. En noviembre me voy para allá.

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Justo cuando ha obtenido la nacionalidad española.

Sí. Hice la gestión hace cuatro años y me la denegaron. Dijeron que no estaba integrado en la sociedad. Presenté una impugnación de 24 hojas y cuando ya lo daba por perdido, salió la resolución en enero. ¡Soy el primer danzante de tijeras español! Ahora podré hacer más gestiones por la danza de tijeras en Europa.