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Sara Estruch: "Miras qué hay más adelante... y no ves nada"

Estudia un grado que no existía en España, Bioingeniería, cuyo potencial ni siquiera se puede desarrollar con la tecnología actual

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zentauroepp44163448 sara estruch180716164828 / XAVIER GONZÁLEZ

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Debe ser una sensación pariente de la de encabezar una avanzadilla formar parte de la primera promoción de un grado único en España; sobre todo cuando la avanzadilla es de 10 personas. Sara Estruch quería estudiar Medicina, pero no le alcanzó la selectividad y acabó formando parte del grupo ínfimo que este año estrenó la carrera de Bioingeniería en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC). Una pista del significado de pertenecer a la avanzadilla: Estruch estudia una carrera cuyo potencial no se puede desarrollar con la tecnología actual.

-¿Qué significa eso exactamente? ¿Cuál es ese potencial?

-Mire, para que me entienda, la bioingeniería existe para sustituir funciones que el cuerpo ha perdido. La parte más biológica de la bioingeniería sería la regeneración de tejidos. En ese sentido, obviamente estamos un poco lejos, pero en algún momento debería ser posible llegar a hacer órganos a medida.

-¿Órganos a medida? ¿Como un riñón?

-Sí. Llegará el día en que un paciente necesite un corazón y en vez de trasplantarlo de otra persona se pueda hacer un corazón a medida. Para eso nos preparan. Seré medio médica y medio ingeniera.

-Y ese corazón lo hará usted.

-Supongo que lo hará un equipo en el que habrá uno o varios bioingenieros. Pero también médicos, claro.

-Me imagino que habrá gente que confundirá bioingeniería e ingeniería biomédica.

-Sí, pero no tiene nada que ver. La ingeniería biomédica diseña equipos para hospitales, o aparatos que se usan en quirófano pero que nunca se quedan en el cuerpo. La bioingeniería, como ya le dije, sustituye funciones del cuerpo. Tiene varias ramas, puedes dedicarte incluso a hacer prótesis. Pero a mí me gusta la parte más biológica.

-Para entender cómo ha acabado aquí, ¿qué es lo que le gusta de la Medicina?

-Yo quería estudiar Medicina para estar en un quirófano. Era eso o nada. Yo no quería ser médico de planta. Yo quería estar donde se salvaban vidas.

-Yo diría que los médicos de planta también salvan vidas.

-Corrijo: yo quería estar donde estaba la acción. Eso era lo que quería. Tenía tantas ganas de ser cirujana que estaba dispuesta a irme a la República Checa a estudiar. Se lo juro. Si no fuera porque en ese momento me tenían que operar de la rodilla, lo habría hecho.

-En el ejercicio de la bioingeniería, ¿dónde está esa acción que le gusta tanto?

-Está en el quirófano, por supuesto. El día en que sea posible hacer órganos a medida, lo ideal será que durante la operación el bioingeniero esté presente en sala. Lo ideal y lo normal, vamos.

-He visto que es un grado que se estudia en muy pocos países. Corríjame si me equivoco: Reino Unido, Australia y EEUU.

-Cierto. Toda la documentación al respecto está en inglés.

-Pero, ¿hay demanda de bioingenieros en España?

-Diría que no. Mire, para que los bioingenieros lleguen a los hospitales, inevitablemente debe haber más recursos para la investigación, lo cual en este país siempre es un tema complicado. Para ejercer mi profesión me veo marchándome al extranjero.

-¿Y lo de ser de los primeros? ¡Los primeros 10!

-Tiene una parte buena, y es que siento que estoy estudiando algo muy bueno, una profesión de futuro. De hecho, siempre aparece en las listas de profesiones del futuro.

-¿Y la parte mala?

-Bueno, que a veces levantas la vista y miras qué hay más adelante… y no ves nada. Nadie a quién preguntarle cómo es el segundo año, o cuál fue su primer trabajo. Además, estudio una carrera cuyo potencial no se puede desarrollar con la tecnología disponible.

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-Hay que quedarse con lo bueno.

-Con todo. Forma parte de estudiar algo nuevo. Mi convencimiento es que sin la bioingeniería, la medicina está estancada.