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L. F. Mostajo Maertens: "Los extraterrestres no van al lavabo"

El 'contactado' boliviano fue uno de los ponentes del Congreso Mundial de Ufología que se celebró en Barcelona

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Núria Navarro
Núria Navarro

Periodista

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Puntualización: un 'contactado' es aquella persona (o colectivo) que afirma haber establecido contacto con tripulantes de ovnis. Uno de ellos, invitado a la segunda edición del Congreso Mundial de Ufología de Barcelona, es el arquitecto y empresario Fernando Mostajo Maertens (Cochabamba, Bolivia, 1964). No solo afirma haberlos visto. También ha recibido instrucción y viajado con ellos a Venus.

–¿Se comunica, así, hablando?

–Por telepatía y en sueños. 

–Desde 1977, dice.

–Sí. Mi madre cumplía labores consulares en Tacna, ciudad del sur de Perú. Ella, algunos amigos y yo empezamos a tener experiencias oníricas y visuales. Un grupo de 17 fuimos 'invitados' a desplazarnos a Chuschuco, a 50 kilómetros de la ciudad, el 8 de diciembre de ese. Y avistamos dos objetos a una distancia de 2.000 metros. Uno de los tripulantes, comunicó que pertenecía a la constelación de Alpha Centauri.

–Un momento. Tenía 13 años. ¿No se trastornó?

–Para mí fue como ir a escuchar al cura de la iglesia del barrio. A los 13 años no te cuestionas sobre las posibilidades de vida en el universo. Además, mi madre se ocupó de que el contacto no me cambiara la vida: me licencié, me casé, soy padre y tengo una empresa de construcción. Si acaso, fue el inicio de un compromiso.

¿Cómo son?

–Tienen rasgos nórdicos. Su tez es algo más insolada y las orejas, un poco más promientes; miden más de metro y 80, tienen los ojos claros y el pelo rubio. 

¿Sus extraterrestres vienen del mismo sitio todos?

–No. Sostienen pertenecer a una confederación de mundos de la galaxia y estar entre nosotros desde hace tiempo. La civilización que más ha influido en nuestras culturas es la que ha colonizado Venus. No es oriunda, sino que hace más de 2.000 años viajaron desde las Pléyades.

–¿Y qué le dicen?

–En los 70 ya decían que el mundo no se destruiría, pero que se debía transformar y que cada uno de nosotros asumiría un papel protagonista en el cambio. Siempre insisten en que somos los artífices de nuestro propio destino, que hay que dejar de depender de terceros.

–¿Sabe de más contactados?

–Sí. Hay contactos programados a los que han invitado a políticos y periodistas, como Valentín Uvarov, corresponsal de la agencia TASS; la fotoperiodista Paola L. Harris y el politólogo Michael Salla, que dirige el Instituto de Exopolítica en Hawái. Ellos, como otros tantos, son testigos de que el contacto es real.

–¿Usted cuántas citas ha tenido?

–Más de cinco. No solo con los de fuera, sino que me pusieron en contacto con el Gobierno Interior Positivo de la Humanidad. La llamada Gran Hermandad Blanca está formada por humanos con un elevado estado de conciencia cuya misión es el despertar de la humanidad. El grueso de mi experiencia ha sido con ancianos maestros amautas, moradores de los retiros interiores.

"He estado dos veces en Venus, en Orea, donde tienen un centro espiritual. Me dijeron que si crees, creas"

–Dice que lo han entrenado.

–Me han dado 'tips' de autocontrol de las emociones y de manejo consciente de las energías. Sugieren que eliminemos alimentos tóxicos, drogas y alcoholes, que activan la amnesia; y comparten herramientas.

–¿Herramientas?

–Me permitieron experimentar a través de dos cristales, a la altura del timo, donde proyectaban desde la nave imágenes holográficas para que viera que son humanoides. Mi proceso de adaptación concluyó con la materialización de un orificio interdimensional, que ellos llaman energía lumínica, y que permite el teletransporte. Estuve en dos ocasiones en Venus, en el valle de Orea, donde tienen un centro espiritual. Allí me hablaron del por primera vez supe del Gobierno Interior y me hicieron una especie de discurso político.

–¿De veras?

–Urgieron de la necesidad de pasar del sistema piramidal al participativo.

–¿Son comunistas?

–Son cooperativos. Creen que los demás completan tu realización. Insisten en que en la Tierra no existen superposición de labores. Cada uno tiene un rol y un compromiso. No tiene sentido el afán competitivo, la clave es un dar y recibir permanente. 

—¿Le invitaron a un café o algo?

–Probé una especie de jalea que me produjo una revitalización inmediata. Pero estos seres no comen. Una máquina escanea sus necesidades energéticas para su rendimiento e ingieren ese líquido fosforescente. No tienen órgano de desecho. No van al lavabo. 

–Vaya. ¿Le han dado un consejo capital?

–Que la vida es cuestión de actitud. Donde quiera que te encuentres, sé positivo. Que todo lo que crees, creas, y todo lo que decretas, concretas. Que hay que tener fe en la capacidad para tranformar no solo tu vida, sino la de tu entorno.

–Oiga, ¿y ellos qué ganan a cambio?

–[Risas] En nuestro camino evolutivo no existe avances sin servicios. Ellos, ayudándonos, se ayudan a sí mismos.

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–¿Por qué lo hacen de tapadillo?

–Hay leyes naturales que impiden que un mundo evolucionado intervenga en uno en evolución. Saben que el hombre aprende por imitación, y la manera que han encontrado de asistirnos es a través de la creación de grupos a los que transfieren información, para que el hombre guíe al hombre. El avistamiento de naves en ciudades tienen un efecto: motivar la reflexión sobre las posibilidades de vida en el universo, y, tarde o temprano, cuestionarse sobre cómo ser agentes del cambio.