Gente corriente

«La crisis no es religiosa, es de valores, humanística»

Monje de Montserrat y director musical del Festival Internacional de Orgue que este sábado empieza en Montserrat

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Cada música tiene su momento y lugar. También su público. Pero hay géneros musicales como la música sacra que requieren superar ciertos prejuicios. El hip-hop más urbano o un concierto de órgano en una iglesia nos emocionan si somos capaces de dejarnos seducir por las ondas sonoras, abstrayéndonos de todo lo ajeno a la música. La Abadía de Montserrat abre una de las mejores puertas a la música sacra a través del Festival Internacional Orgue de Montserrat (FIOM) –de acceso libre– que este sábado inicia sus conciertos www.abadiademontserrat.net. Jordi-Agustí Piqué (Mollerussa, 1963) es su director musical, teólogo y organista.

–¿Hay suficiente relevo de intérpretes de órgano para que sigan sonando todos órganos de iglesia en Catalunya? Sí, hay una buena cantera de músicos formándose en conservatorios. Y no son gente rara. Son músicos que eligen especializarse en esa sonoridad especial que solo el órgano ofrece. El Festival de Montserrat nació como agente cultural para darlo a conocer al gran público y combinado con piano, orquesta o canto coral. Sus conciertos se podrán seguir en Montserrat Ràdio y TV y en las televisiones de la Xarxa de Comunicació Local.

–La música sacra ha de salir en busca de su público para compensar la crisis religiosa que ha vaciado las iglesias de feligreses. La crisis no es religiosa, es una crisis de valores, humanística, que traspasa también a la política, lo social, la música, la ecología...

–Ecología no, hoy precisamente se lleva mucho todo lo ecológico y lo biológico. Eso es cultura económica, no ecológica. El valor de lo propio es algo mucho más arraigado que una moda o una concienciación económica adquirida. Una verdadera ecología contempla al ser humano en su integridad, y el alma forma parte de ella.

–¿Qué nos pueden aportar los conciertos del festival de órgano en ese sentido? El festival quiere crear un espacio de reflexión, invita a subir y detenerse a escuchar. Luego se aprecian más las estrellas.

–¿Dónde tiene su origen la deshumanización global que vivimos? En la educación, en la formación escolar. Hoy se preparan alumnos para alcanzar objetivos, que es diferente a construir personas. Te forman para servir para, no para ser. Por eso no se aprende filosofía, porque en teoría no sirve para nada. Y la persona ¿Cómo crece entonces? Yo doy conferencias de Teología en universidades donde preparan a técnicos, porque saben que preparar a las personas en su totalidad predetermina también su éxito profesional.

–Pero serán universidades religiosas, porque en general se tiende a discriminar a la Iglesia por temas como el celibato, que cuesta leer de manera natural. ¿Por el sacrificio, la renuncia que supone? ¿No existe también en pareja esa renuncia al resto de personas que no son la que hemos elegido? ¿No debería ser también dificilísima una relación de dos, sobre todo en un mundo pansexual como el nuestro? Yo, en ningún caso lo veo como una renuncia, sino como una opción. Al confesar, vemos que la gente sufre muchísimo, sea por opulencia económica o porque querrían una relación de pareja que no tienen.

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–Usted que vive en Roma –preside el Pontificio Instituto Litúrgico de Roma–, debe haber visto el calendario que emula al de los bomberos pero con atractivos rostros de curas. Es un suvenir que salta a la vista. Sí, no sé quién hay detrás y parece que no todas las fotos son de curas auténticos. Pero no me parece mal mostrar que los sacerdotes son gente normal. En Roma se palpa la universalidad de la Iglesia, su dinámica y riqueza cultural, y se vive sin complejos.

–Entiende que haya quien sienta que son desaprovechados como pareja o padres. También se podría pensar de quien hubiera sido buen médico pero es ingeniero.