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«Mis ojos son como el objetivo de un fotógrafo»

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jcarbo42432764 juan antonio usea180309114931 / ALBERT BERTRAN

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Entre las dos acuarelas que aparecen en la fotografía median 70 años. La primera en el tiempo es una reproducción de un busto de mármol de Goya que Juan Antonio Usea Ponce (Cartagena, 1925) pintó cuando apenas tenía 20 años y que le premiaron con 500 pesetas de entonces. Su cuadro más reciente, titulado 'Virgilio', es un retrato de una de las personas que viven en la residencia Josep Miracle del barrio de Sants de Barcelona. Usea Ponce se trasladó a esta residencia hace un año debido a su avanzada edad pero sigue yendo a pintar al diminuto estudio que conserva en su piso del mismo barrio. 

–¿Nunca ha abandonado el pincel? No desde que tengo uso de razón. ¿Sabe qué mesa fue testigo de mis primeros pasos con el dibujo y la pintura?

–No, cuente. Vivíamos en Cartagena y como en casa éramos mucha familia a mí me criaron mis abuelos. Yo no tenía una mesa con luz para dibujar y el tablero de la máquina de coser de mi abuela me servía como mesa. Allí empecé a calcar y luego a copiar de los tebeos.

–¿Había artistas en su familia? No que yo supiera. Mis abuelos tenían un negocio y mi padre trabajaba en una fábrica, pero hacia los 17 años entré a tomar clases en el estudio de pintura de Vicente Ros y allí me enteré de que éramos parientes.

Las acuarelas de Juan Antonio Usea Ponce

–O sea que algún gen artístico heredó. Siempre he pintado por placer, tal y como yo lo siento. Ya entonces mi maestro me aconsejó que me dedicara a la acuarela porque decía que tenía un estilo muy personal. He seguido su consejo hasta hoy.

–¿Cómo definiría su estilo? Siempre me ha gustado la fotografía y mis obras son como fotografías pintadas. Mis ojos son como el objetivo de la cámara de un fotógrafo. Soy una persona muy minuciosa  y detallista y eso se refleja en mi pintura, especialmente en las texturas.

–Sus bodegones tienen guiños de humor. Pinto cosas que me imagino, hago composicones de objetos que me gustan y de mi pasado. Tengo un humor un poco especial y veces la gente no lo capta.

–A los 20 años se instaló en Barcelona. Encontré trabajo en un estudio fotográfico en Sants y vivía en el mismo piso que tengo ahora. Al principio éramos cinco chicos y mi hermana y cuando ella se fue convertí su habitación en mi estudio.

–¡Si apenas son cuatro metros cuadrados! Pues todo lo he que pintado ha sido en este cuchitril. Hay días que estoy cansado pero suelo pintar casi a diario, sobre todo por la tarde, hasta que se pone el sol. Cuando empiezo un tema solo pienso en lo que estoy pintando y me aislo de todo lo demás. 

–¿La pintura es su refugio? Soy muy autocrítico e inseguro. Vengo de una familia muy sencilla y de alguna manera me he sentido acomplejado en los ambientes artísticos. Ahora mis amigos más entrañables han fallecido y pienso que yo voy a desaparecer en cualquier momento. Pintar me aisla de todas estas emociones.

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–Tiene una obra expuesta en la VI Mostra Internacional d’Hivern de la Agrupació d’Aquarel.listes de Catalunya. Se titula 'El pan de la tierra' y es un pan de payés con espigas de trigo clavadas a modo de flechas. El tema es real pero la composición es irreal y parece que eso les llamó la atención a un grupo de acuarelistas franceses. Estamos viendo si se puede organizar una exposición de mis cuadros en París.

–Estará contento. Por supuesto. Me hace mucha ilusión cuando termino un cuadro, pero no le doy mucha importancia. Por eso me enorgullece cuando me admiran personas de fuera, sobre todo si saben de pintura.