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Ariel Bonfi: «La magia me ha abierto todas las puertas»

Era «el mago de Fox» en Argentina porque hacía magia en un conocido programa de TV. Ahora empieza de cero aquí

ariel bonfi mago discjockey

ariel bonfi mago discjockey / JOSEP GARCIA

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Ahora que han pasado los años y que su vida ya no transcurre en Buenos Aires sino entre Ibiza y Barcelona, a Ariel Bonfi rara, muy rara vez lo reconocen por la calle, ya no le gritan: «¡Eh! ¡El mago de Fox!», como le gritaban en las calles porteñas. El hombre antes conocido con ese epíteto estrafalario es ante todo mago, siempre lo fue, desde que tenía 20 años, y la magia ha sido su pasaporte para casi todo. En el ecuador de su vida –lo dice él: «Aspiro a vivir hasta los 90»– el mago nacido hace 46 años en la capital argentina ha decidido empezar una nueva vida aquí. Sin renunciar a lo que siempre ha sido: mago.

–¿El mago de Fox?  Así me conocían, sí. Trabajaba en un programa de Fox Sports que se llamaba Lo mejor de Fox… Bueno, se llamaba así al principio. Luego tuvo muchos nombres.

–¿Cómo acabó ahí? La historia es que en ese entonces yo había decidido jugármela 100% por la magia; me dedicaba a hacer shows. Siempre con humor, yo siempre he hecho un show de humor y magia. Siempre le apunté a la risa.

–Se le dará bien. Yo creo que es como un don. Y… En el colegio siempre fui el bufón de la clase, el que divertía a todos. El caso es que un día me contrató un periodista, y cuando llegué al sitio vi que había gente muy importante y muy famosa en el lugar, y allí mismo dije: «Este show me puede cambiar la vida».

–Y ocurrió. Bueno, yo lo hice lo mejor posible, y sí: al final se acercó el director de Fox. Me propuso que hiciera magia en el programa.

–Corríjame si me equivoco: programa que en Latinoamérica ve todo el mundo. Y sí. Un día se enfermó el conductor y me dijeron: «¿Te animás a conducir?» Así que colgué la chistera y me puse a presentar. Aunque seguía metiendo cositas de magia, eso sí. La magia es la única pasión que mantuve estos 25 años. Nunca durante mi etapa de televisión dejé de hacer shows.

–¿Cuánto duró esa etapa televisiva? Diez años,  hasta el 2012. Yo siempre sentí la necesidad de hacer cosas nuevas: en los lugares me agobio después de un tiempo. 

–Cuando dice que siempre necesita hacer cosas nuevas… Bueno, por ejemplo, en esa época me alejé de la tele y me vinculé con gente que hacía festivales de música electrónica. Y empecé a viajar por todo el mundo… Era corresponsal en festivales de música electrónica.

–¿Aparcando la magia? No, yo la magia la llevo dentro, entonces siempre meto algo en mis trabajos. Muchos DJ aún me conocen como el mago. La magia me ha abierto todas las puertas.

–Parecía que lo tenía todo bien montado en Argentina. Sí, pero yo siempre necesito cambiar. Un día fui a Ibiza y quedé fascinado con la isla. ¿Cómo hago yo para venirme a vivir acá?, me dije. Me enamoré de la isla. Y siempre había querido saber lo que es mudarse: de ciudad, de amigos, de todo. Ahora estoy con un pie en Ibiza y uno en Barcelona.

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–Empezando de cero, ¿no? Golpeando puertas. Por fortuna, después de tantos años, tengo una cadena de magos amigos dispuestos a ayudarme. He tenido suerte y ya he hecho varios shows en El Rei de la Màgia. A mí me gusta mucho el fútbol y a veces pienso en estos términos: un partido dura 90 minutos y yo aspiro a vivir 90 años. Bueno, pues estoy en el primer minuto de la segunda parte. A ver qué pasa.

–El lenguaje de la magia es universal, pero el del humor no... Totalmente de acuerdo, y lo cierto es que he tenido que adaptar mis shows. Pero siempre me pareció que  España y Argentina son muy similares...