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Yolanda y Adrián: «¿Quién piensa en la soledad de los 'asperger'?»

Su hijo, con síndrome de Asperger, se despidió a través de una carta y ellos ahora se agarran a la vida

Yolanda Gelices y Adrián Gurpegui, padres de un joven que padecía el síndrome de Asperger.

Yolanda Gelices y Adrián Gurpegui, padres de un joven que padecía el síndrome de Asperger. / NÚRIA PUENTES

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Manuel Arenas
Manuel Arenas

Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona

Especialista en historias locales, audiencias e información del área metropolitana de Barcelona y reporterismo social

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El 20 de enero del 2016, Álex, de 20 años, decidió “detener el motor” lanzándose a la vía del tren. En esos términos lo explica en una carta argumentadísima de cinco páginas que llevaba encima y mediante la cual se despidió de sus padres, Yolanda Gelices (Terrassa, 1966) y Adrián Gurpegui (Terrassa, 1965). Estos padres vitalistas y optimistas se sientan a hablar con la convicción de que su historia puede ayudar a quien la lea.

-¿Qué les impulsa a contarlo? La motivación de poder ayudar a otros padres que no saben a quién acudir, como nos pasó a nosotros.

-Háblenme de Álex. Con 4 años nos dijeron que quizás tenía sordera y pasamos un viacrucis de psicólogos sin que nadie diera con la tecla. Tenía una memoria prodigiosa, altas capacidades y le encantaban los trenes: íbamos a coger trenes, a grabarlos, a que nos enseñaran cómo funcionan… A los 18 años seguíamos sin tener un diagnóstico y entró en depresión. A los 20, finalmente, dimos con un centro especializado donde nos confirmaron que tenía el síndrome de Asperger.

-Luego mejoró. Sí, con la medicación salió de la depresión y cuando se vio con fuerzas fue cuando se atrevió a irse. Nunca imaginamos que tendría la valentía de hacer algo así.

-¿Qué pensaron al leer la carta? Los Mossos nos la dieron y fue algo inquietante, porque aunque tú sabes la vida que has tenido, nunca sabes lo que te pueden decir en una carta. Al leerla, lloramos mucho pero sentimos consuelo y tranquilidad; no cabe sentimiento de culpa porque él expresa todo lo que nos amaba. 

-¿Qué creen que pasó? Él no comprendía lo que le ocurría; se pasaba el día buscando en internet y además se sentía muy solo y eso le hacía sufrir. ¿Quién piensa en la soledad de los Asperger? Cómo haces que tu hijo tenga amigos? Nos tenía a nosotros pero decía: “Es que vosotros sois mis padres”. Le llegamos a pagar hasta un entrenador personal para que le hiciera compañía. La tasa de acoso o suicidio es alta en estas personas.

-¿Qué vacíos han visto? Nos preocupa el tema de la soledad porque hemos visto muchos casos y en el horizonte está la idea de crear una asociación en la que no sólo se relacionen entre ellos, sino con todo tipo de gente. También el desconocimiento: mucha gente no sabe qué es ser Asperger, no han escuchado experiencias personales, y cuando tú no conoces no puedes empatizar.

-Un consejo para otros padres. Conoced a vuestro hijo, asumid lo que tiene y, si buscáis un psicólogo, que sea especialista en Asperger. A partir de ahí, dadle mucho cariño y aceptadle como es: no intentéis cambiarle ni forzar situaciones porque su estructura mental es diferente.

-¿Qué han aprendido? A ser positivos: nos ha ayudado mucho nuestra fe en Dios y el coro de góspel en el que cantamos, cosa que habría que potenciar como herramienta integrativa. Cuando te va la vida en ello, cuando te debates entre morirte en vida o vivir, aprendes a no tener la queja y el dolor desgarrador en la cabeza permanentemente. No queremos caer en ese pozo inmenso: es una actitud, o te quedas con el sufrimiento o sigues hacia adelante.

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-Por eso han organizado un acto en Terrassa. Sí, el próximo 17 de febrero, un día antes del Día Internacional del Asperger, va a haber un concierto en el cual personas con Asperger explicarán su experiencia. Creemos que es necesario para que se conozca el espectro autista.

-Yolanda: sé que ha escrito un poemario. En la carta él me pedía que siguiera escribiendo y me prometí que lo haría. De alguna manera es una respuesta a su carta. Se titula 'El último tren'.