En primera persona

La generación del Pelargón 52

La proximidad entre generaciones y civilizaciones es ley estadística muy superior al tópico que nos obsequian emisoras analógicas y digitales

fcasals39420366 pelargon170723164153

fcasals39420366 pelargon170723164153

3
Se lee en minutos
Josep-Maria Ureta
Josep-Maria Ureta

Periodista

ver +

Si usted es capaz de contener la respiración durante 60 segundos, forma parte de la misma civilización, la nuestra, desde hace 3.500 años. Si además nació a lo largo de 1952, es de los míos, un coetáneo. Nuestros precursores en contar el tiempo y los cuentos son los sumerios. Así empezaron: el periodo durante el que se contiene la respiración sin esfuerzos de campeonato es un minuto ('minus', en latín, traducido por la primera menor parte del tiempo), y la subdivisión inmediata es la segunda ('secundus'), el segundo. Nos lo explicó en Barcelona hace unos meses el nobel de Física Sheldon Glashow como ejemplo de cómo hacer atractivas las matemáticas, el cálculo.

Siglos después de tanto afán de precisión, puedo establecer que los nacidos en el glorioso 1952 somos 82.000 catalanes vivos, sin rodeos y con redondeo. Lo dicen los datos del Institut d’Estadística de Catalunya( Idescat), acumulador de modelos de quiénes somos y a qué nos dedicamos en el tiempo libre, como exigía José Luis Perales. Y desde que en 1967 el ministro falangista, de mirada inolvidable, Licinio de la Fuente, creador de la Seguridad Social, calculó que a esa edad nos quedaban tres añitos hasta expirar (traspasarlo a segundos es ejercicio oportuno de recuperación para nuestros nietos díscolos), no nos queda otra que seguir proclamando que aquí estamos y vamos a durar dos meses más por año de lo previsto entonces.

Entretodos

En primera persona

Cuéntanos tu historia

Los del 52 que estamos vivos somos 5.000 más que los del 51 (77.000). Pero no se debe a saber respirar mejor como enseñaron los sumerios desde los fértiles valles del Tigris y el Éufrates (aquella Mesopotamia de la Biblia que hoy sufre la mayor devastación en Oriente, provocada por Occidente), sino por un fenómeno de regusto ancestral europeo, el Pelargón, cuyo nombre es la adaptación de la palabra griega 'pelargos', la cigüeña que nos trajo. Sí, somos los primeros que bebimos leche maternizada de Nestlé. Eso nos diferencia de los del 51. Para situarse más, somos el mismo número de catalanes que los nacidos en el 2005 y el 2006, antes de la gran recesión. Empatamos en natalidad anual con los quinceañeros ('teenagers'), lo que tampoco está tan mal. Nuestros nietos (nacidos entre el 2012 y el 2015) son 10.000 menos al año desde entonces. Vaya para quienes sostienen que crisis y demografía no se relacionan.

LA VELOCIDAD DE LA JUBILACIÓN

También somos los que durante este 2017 dejamos de tener vacaciones a un ritmo de 7.000 más cada mes, es decir, la velocidad de jubilación por edad reglamentaria, si es que no se ha alcanzado antes. Y aquí quería llegar. ¿Qué se cree que vamos a hacer durante las vacaciones? ¿Va de comparaciones generacionales? Pues dormimos solo 20 minutos más que nuestros hijos/nietos  que tienen menos de 25 años (otra cosa es si es de día o de noche), dedicamos el doble de tiempo que ellos a pasear el perro y casi las mismas horas al ejercicio físico, sin distinción: 2, 07 horas ellos frente a nuestros meritorios 1,58. Lo de la lectura será tema aparte.

Noticias relacionadas

Quede claro, por tanto, que la proximidad entre generaciones y civilizaciones es ley estadística muy superior al tópico que nos obsequian emisoras analógicas y digitales. No aprenden de los sumerios que hace 30 siglos escribieron en tabletas de barro la pelea entre Enten y Emesh. El primero procuraba que la vaca diera terneros. El segundo gozaba levantando templos. En su mitología, ambos eran el invierno y el verano, enfrentados. Enlil, el dios que acabó sus disputas, sentenció que ambos son hermanos.

 Vale, pero, ¿cuál de los dos tomaba Pelargón?