EL RADAR

El lujo del mileurismo

Una joven denuncia en una carta la precariedad de los jóvenes frente a los "privilegios" de los jubilados

No es difícil adivinar qué sucederá si los trabajadores más cualificados siguen yéndose

Tres jóvenes que participaron en un debate sobre la juventud organizado por Entre Todos.

Tres jóvenes que participaron en un debate sobre la juventud organizado por Entre Todos.

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Joan Cañete Bayle
Joan Cañete Bayle

Subdirector de EL PERIÓDICO.

Especialista en Internacional, Transformación Digital, Política, Sociedad, Información Local, Análisis de Audiencias

Escribe desde España, Estados Unidos, Israel, Palestina, Oriente Medio

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Giulia Fiore, estudiante de 23 años, encendió la mecha esta semana en la web de Entre Todos con una carta en la que se lamentaba de la precariedad de los jóvenes y apuntaba contra la "falta de sacrificio" de los jubilados: "Es evidente que el peso de la crisis económica que sufre España desde el 2008 ha recaído con especial crudeza en los jóvenes, mientras que los jubilados han continuado manteniendo casi intacto su poder adquisitivo"; "En año electoral, ni un solo partido ha presentado una propuesta mínima sobre el pacto intergeneracional. Los jóvenes españoles emigran, desencantados"; "Ser mileurista hoy es ya un lujo que muchos no se pueden permitir. Sin embargo, los jubilados parecen intocables y no se les solicita esfuerzo alguno.  No hay debate, son muchos votos".

Os podéis imaginar que la carta de Giulia ha recibido muchas respuestas de jubilados. Agustí Ribas le recordaba que, en su juventud, muchos de los ahora jubilados trabajaban "12 horas diarias sin ningún día de fiesta durante seis meses por 5.000 pesetas". Miquel Simó le decía: "Los jubilados ya hicimos los sacrificios en su día al igual que lo hicieron nuestros padres, y ahora les corresponde a ellos, los jóvenes". Y puntualizaba: "El problema es la reforma laboral, no las pensiones de los jubilados".

Giulia también citaba la reforma laboral en su carta, y es cierto que en la lista de sacrificios no hacía referencia ni a los medicamentazos ni a las congelaciones de las pensiones, que entre muchos jubilados lo del mileurismo también se asemeja a un lujo. También es verdad que no son los pensionistas los culpables de la fuga de cerebros, pero cuando alguien trabaja cinco horas diarias de lunes a viernes por 300 euros al mes y ve las fotos de los políticos de campaña electoral jugando al dominó con cualquier jubilado que se le ponga a tiro, el mensaje que entiende es muy básico: entre los sujetos activos de la "movilidad exterior" (por usar las palabras de Fátima Báñez) y los sujetos pasivos que reciben la pensión, la vieja política sabe dónde hay más votos.

Y tiene razón Giulia cuando dice que el pacto intergeneracional no es un asunto del que se hable no ya en campaña electoral, sino en la conversación pública. Es como si se aceptara con fatalismo que la tasa de paro juvenil español sea la que es, como aquel que se empapa bajo la lluvia y se lamenta de ser el único que no tiene paraguas, qué le vamos a hacer. Reinvéntate, vete al extranjero, búscate la vida... Este es el mensaje que reciben los jóvenes después de que la gran mayoría de ellos se hayanj dejado las cejas en un empeño que ahora no da frutos. Y frustra, hasta el punto de olvidar de que generacionalmente muchos de ellos han logrado seguir estudiando estos últimos años después de que sus padres perdieran el empleo no solo gracias a su esfuerzo, sino a las pensiones de sus abuelos.

LO QUE TIENEN EN COMÚN

Y, claro, muchos de ellos hacen caso a lo que les dicen y se van. Y fuera no es tan sencillo (nunca lo es) como lo pintan los que dicen eso de Reinvéntate, vete al extranjero, búscate la vida... "Me he encontrado en un estado de aislamiento casi total durante los pasados meses, sola, intentando encajar en un molde que no conozco, con una cultura que no comprendo del todo. Al final lo conseguí, me llevó tiempo pero ya formo parte de esta rueda nueva y ajena. Para colmo, tengo que oír que por irme ya no debería de tener derechos en mi país, parece que no nací allí, que ya no me quieren", escribía Laura Perote, traductora, desde Escocia.

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En su cartaLaura decía que trabaja "por unos mayores que no son los míos (...). Contribuyo a labrarles un presente a personas que en su pasado no me dieron nada, mientras que los míos ven mermar ante sus ojos sus esperanzas de una jubilación feliz y plena". Porque ese es el único pacto intergeneracional en vigor: pagar con tu trabajo hoy la pensión de los jóvenes de ayer. No es difícil adivinar qué sucederá si los trabajadores más cualificados siguen yéndose a crear riqueza a otro lugar. Lo que tienen en común hoy jóvenes jubilados es que el mileurismo sea visto por tantos como un lujo.

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