PERIODISMO CON EL CIUDADANO

Y Roger se quedó otra vez sin votar

Este ingeniero residente en Nueva York no ha podido votar las últimas cuatro elecciones y tampoco ha recibido las papeletas para el 20-D

Roger Piqueras, residente en Nueva York y afectado por los problemas que conlleva el voto por correo a los españoles residentes fuera del país

Roger Piqueras, residente en Nueva York y afectado por los problemas que conlleva el voto por correo a los españoles residentes fuera del país

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JUDIT LECHÓN / BARCELONA

Votar en las próximas elecciones del 20 de diciembre es un calvario para aquellos españoles residentes en el extranjero. El pasado 22 de noviembre, Roger Piqueras (ingeniero de telecomunicaciones catalán residente en Nueva York) nos contaba en el reportaje "Intentaré votar, pero no lo logro nunca"  que no ha podido participar en las últimas cuatro convocatorias electorales pese a que lo ha intentado en todas ellas. El esperpento llega al punto de que aún está esperando las papeletas correspondientes a las elecciones autonómicas catalanas del pasado 27 de septiembre. Aun así, al inicio del proceso para votar en las elecciones generales del 20 de diciembreRoger afirmaba que iba a volver a intentarlo. Sin éxito. A a escasos días de las elecciones, no ha recibido las papeletas, y aunque las recibiera hoy está ya fuera de plazo para enviarlas y que lleguen a su mesa electoral. "Empiezo a pensar que esta gente nos está tomando el pelo”.  Roger está seguro de haber seguido todo el procedimiento correctamente, haber solicitado el voto rogado y enviado la documentación por fax como ya ha hecho en otras ocasiones

El trámite para solicitar el voto rogado consiste en solicitar el voto, recibir la documentación electoral y, finalmente, enviar por correo el voto. Se trata de un procedimiento que es dolor de cabeza para muchos y que ha supuesto un descenso en picado de la participación electoral del cerca de dos millones de españoles que residen en el extranjero. El problema llega cuando los plazos no son acordes al tiempo que tardan los envíos para llegar a su destino. Además se le añaden otras trabas como la exigencia de trámites presenciales en los consulados --que pueden encontrarse a kilómetros de distancia-- fallos en los recursos telemáticos facilitados para agilizar le proceso o el cierre del censo (CERA) sin previo aviso. En el caso de Roger, el trámite siempre queda paralizado en el segundo paso, en el cual la documentación electoral tiene que llegar al domicilio del solicitante: nunca ha recibido las papeletas

"Me dicen que está todo en orden"

Según explica Roger, "el Instituto de Estadística confirma que está todo bien y que me enviaron las papeletas a casa el día 2 de diciembre”. Pero no ha sido así porque no han llegado, como ya pasó con las elecciones catalanasRoger se ha acercado nuevamente al consulado para comprobar que la dirección que les consta es la correcta, y así es. A Roger, le genera impotencia haber seguido todo el procedimiento correctamente y pese a ello no haber podido votar. 

 “Tengo pensado volver al consulado para ver si puedo votar de forma presencial, como ya he hecho anteriormente aunque sin suerte”. Para ello, Roger planea personarse en el consulado cada día de la semana "para hacerse el pesado". "Tengo suerte de que me queda literalmente cruzando la calle de donde trabajo”, puntualiza.

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Pero lo cierto es que otra vez Roger no podrá votar, del mismo modo que otros muchos españoles que, aunque han seguido todo el procedimiento y han movido “cielo y tierra” para poder hacerlo, ven como su derecho democrático se esfuma. 

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