CLUB DE PETANCA EN L'ARMENTERA

Frank Capra en L'Armentera

Allí donde se juntan el Alt y Baix Empordà, L'Armentera presume de iglesia neoclásica, masía fortificada y tranquilidad. Y de club de petanca, fundado y recomendado por Joaquín Moya.

Las pistas del club de petanca de L’Armentera

Las pistas del club de petanca de L’Armentera / Jordi Ribot Punti/ICONNA

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MARC ESPÍN

No es lo normal, pero tiene su historia. Joaquín Moya (78 años, jubilado) recomienda como su rincón preferido de Catalunya un club de petanca, el que él fundó en L'Armentera, pequeño pueblo del Alt Empordà, a tiro de piedra dels Aiguamolls, con playa cercana, iglesia de estilo neoclásico (la de Sant Martí, del siglo XIX) y masía fortificada (Cortal Gran, del siglo  XVII). Pueblo con encanto fuera del circuito turístico, su millar de habitantes se dedican principalmente al cultivo de la manzana y el maíz, una vida que transcurre entre el campo y el hogar.

A veces, la frontera entre la soledad y la tranquilidad es muy fina, depende un estado de ánimo. La historia de cómo Joaquín fundó un club de petanca empieza el 18 de enero del 2013 con la muerte de su mujer. Su hija le pidió que se mudara con ella a L'Armentera para que no estuviera solo. Joaquín aceptó. De entrada, el pueblo se le antojó como un lugar demasiado tranquilo. Se sentía "como Gary Cooper en Solo ante el peligro". Entraba a un bar (el pueblo tenía entonces dos, hace poco ha abierto otro), el camarero le servía un cortado y se metía en la cocina. "Sal, que me dan ganas de llorar", le espetó una vez.

Su afición a la petanca lo salvó: decidió montar unas pistas en L'Armentera. La iniciativa fue recibida con escepticismo por los vecinos. Todo eran pegas. Pero Joaquín perseveró, buscó un terreno accesible y amplio, preparó un proyecto y lo presentó al Ayuntamiento. Finalmente, el 31 de mayo del 2014, tras un año dando la tabarra y moviendo papeles arriba y abajo, el Club Petanca L'Armentera abrió sus puertas. Y el pueblo se volcó en el proyecto. Joaquín acudió a la inauguración sin saber que le esperaban amigos y vecinos, incluidas las autoridades. Cuál fue su sorpresa cuando el alcalde destapó una placa grabada con la siguiente inscripción: 'Joaquín Moya Pérez, socio nº 1, fundador del Club Petanca L'Armentera'. Estallaron los aplausos, se le humedecieron los ojos, de 'Solo ante el peligro' a 'Qué bello es vivir', puro Frank Capra en el Empordà. Para desdramatizar, Joaquín le dijo al alcalde que, como ha donado su cuerpo a la ciencia, cuando muera no tendrá lápida, así que se tomaba esa placa como su epitafio en vida.

Aquel 31 de mayo, mientras se celebraba la inauguración, un empresario de L'Armentera sufrió un infarto. Joan Oliveras (67 años) sobrevivió, pero tuvo que dejar los negocios. O paraba o el corazón le pararía a él. Se enteró que el club de petanca buscaba a un gestor y se ofreció voluntario. Así fue como recibió de Joaquín un club reluciente, con medio centenar de socios, 92 euros en el haber, cuatro pistas y una caravana destartalada, cedida por el consistorio, que servía de oficina y de bar. Joan ha conseguido patrocinios y un centenar de socios más, ha construido cuatro pistas extra, una de ellas infantil, y ahora se propone cubrirlas.

El club es un lugar de encuentro de vecinos de L'Armentera y también de otros pueblos del Alt Empordà. Algunos son franceses; abundan los jubilados, pero no faltan jóvenes, mujeres y niños. Hay días que organizan campeonatos y los viernes noche montan un festín multitudinario. Barbacoa, barra libre de cerveza y cava, postres, café y copa por cinco euros (la mitad de lo que cuesta la cuota anual de socio). Así es como el Club Petanca L'Armentera ha sacado a los vecinos a la calle y ha ayudado a Joaquín a retomar su vida. Ahora L'Armentera para Joaquín ya es tranquilidad. Y su club es un buen rincón de Catalunya.

ACCESOS

Coche: AP-7 (salida 5) o la N-II.

Tren: hasta Figueres, luego bus a lLArmentera o tren a Sant Miquel de Fluvià y, desde allí, taxi (11 minutos).

ALOJAMIENTO

El alojamiento en L'Armentera es en casas particulares. Si se prefiere un hotel, hay que desplazarse a L'Escala  o Empuriabrava, que están a 15 o 20 minutos.

INTERÉS TURÍSTICO

El Molí de L'Armentera (s. XVIII), donde se puede pernoctar, o el parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà y las playas largas de arena fina del Golfo de Roses. .

INDISPENSABLE

Hay que probar la típica y exquisita butifarra dulce cocida. Ricard, el carnicero del pueblo, la elabora de forma artesanal.

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Información turística: www.armentera.cat

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