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5 colonias textiles para visitar en una escapada

Visitamos las fábricas y las casas donde trabajaban y vivían los empleados y sus familias en la zona del Berguedà

Colonia de l'Ametlla de Merola

Colonia de l'Ametlla de Merola / ep

CARME ESCALES

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La fuerza del agua que hacía mover turbinas fue clave para que la revolución industrial fuese salpicando Catalunya de fábricas, textiles y de otras muchas producciones. El pragmatismo fue ubicando junto a los márgenes de ríos, como el Llobregat, aquellos espacios fabriles que dieron trabajo a tantísimas familias, autóctonos, y de fuera. De toda la península llegaban autocares de gente que venía a nutrir plantillas en las factorías, a proseguir sus vidas y arraigar aquí. Para alojarlos, los empresarios hicieron construir viviendas junto a las fábricas, pero también colmados donde abastecerse de alimentos y todo lo necesario para el hogar. También incluyeron lavaderos públicos, farmacia y escuela para los hijos de los empleados. La iglesia, normalmente, tampoco faltaba en esta concentración de servicios (motivada por la comodidad de los trabajadores o/y interés por parte del amo de las fábricas) que así fueron conformando lo que hoy conocemos como colonias industriales.

Visitarlas hoy nos lleva a conocer ese pasado, motor económico, impulso sociodemográfico y retrato de historias individuales y vidas en común, a principios del siglo XX. Desde la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya (XATIC) localizamos algunas de estas colonias industriales visitables.

1.L'Ametlla de Merola

Una de ellas es la colonia de l’Ametlla de Merola, en el municipio de Puig-reig (Berguedà) sobre la cuenca del río Llobregat. En un lugar donde, hacia 1832, había habido poco más que un molino y una pequeña fábrica de máquinas para cardar lana, está el origen de un complejo arquitectónico de espacios laborales y alojamientos para los trabajadores y sus familias, un teatro y una iglesia. Mateu Serra, fabricante de Vilassar de Mar, fue el fundador de esta colonia. Compró los terrenos para construir una fábrica textil en la que pronto estaban trabajando ya 500 empleados. De las 90 viviendas que hizo construir para ellos, siguiendo el estilo de las casitas adosadas de los pescadores del Maresme, en la actualidad bastantes de ellas siguen estando habitadas, porque la fábrica funcionó hasta 1998. Es igual que un pequeño pueblo, donde además han conservado sus actividades culturales y fiestas tradicionales como la representación de los Pastorets.

2.Cal Pons

En Puig-reig también podremos visitar otras dos colonias, la de Cal Pons y la Vidal. De la primera destaca su monumentalidad. Veremos, entre otros espacios, el chalet del director, una iglesia neogótica, la casa-convento de las monjas, jardines y un bosque, además de las viviendas unifamiliares.

3.La colonia Vidal

Un poco más al norte en la mismo municipio, siguiendo el curso del Llobregat, está la colonia Vidal. Allí, la proyección de un audiovisual de diez minutos nos introduce en la visita. Asistiremos a ella en el antiguo cine de la colonia, el primer espacio del que nos hablan en este recorrido por el antiguo complejo industrial del Berguedà. En él nos muestran cómo era un piso de los trabajadores, los lavaderos, la pescadería, las duchas comunitarias, lo que fue la primera sucursal de Caixa de Manresa y la escuela infantil. También podremos visitar la exposición permanente de la colonia y el Casal de la Dona.

Todo ello conforma un paseo por los espacios sociales del lugar, antes de adentrarnos también en la zona industrial, en la que veremos el mirador de la esclusa, el depósito de agua con la que se producía la fuerza energética para activar las máquinas, y el canal por el cual llega esa agua. Veremos las turbinas, la máquina de vapor y toda la nave textil, donde nos explicarán el proceso completo de transformación del algodón con las máquinas que se usaban hace 100 años y asistiremos a una demostración de un telar en marcha en directo.

Tanto la colonia de l’Ametlla de Merola como la Vidal forman parte de la red mNACTEC (Museus de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya). También el Museu de les Mines de Cercs, aún más al norte del Berguedà, donde nos explicarán y cómo era la vida de los mineros y sus familias, a través de la reproducción de una antigua casa con todas tus estancias, muebles y enseres. El antiguo casino es hoy un bar donde podremos disfrutar de un refrigerio.

4.La colonia Rusiñol

En la comarca de Osona, la visita a la colonia Rusiñol contempla también el paseo por sus jardines, el Cau Faluga, o torre del amo, la fábrica de hilados donde veremos la maquinaria que utilizaban, la turbina aún en funcionamiento y diferentes espacios de trabajo. Igualmente nos acompañarán al piso del director y sabremos de otros elementos, algunos ya desaparecidos, como la casa de los encargados, las antiguas cuadras, los almacenes, las casas de los obreros, la cooperativa, la escuela, la cantina, los huertos y la iglesia que fue un pequeño imperio de la familia del pintor Santiago Rusiñol. La visita se organiza desde el Museu del Ter de Manlleu, donde también nos acompañan a visitar, en Borgonyà, la colonia textil Fabra i Coats, de origen escocés y declarada Bé Cultural d’Interès Nacional.

5.Viladomiu

Arquitectura, urbanismo, ingeniería industrial, evolución económica y vida social reúnen en las colonias  un completo abanico de repaso a nuestra historia reciente y desde diversos prismas. En el pueblo de  Gironella, también en el Berguedà, la conocida como Torre de l’Amo de Viladomiu Nou, residencia de los propietarios de la antigua colonia de Viladomiu, se ha convertido en el Centre d'Interpretació de les Colònies Tèxtils del Llobregat, una excelente aproximación a todo lo que descubriremos en cada visita.

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