La salud que llega del agua

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Carme Escales

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Mantener o recuperar la salud mediante curas termales periódicas, es decir técnicas crenoterápicas, tratamientos aplicados por medio de aguas termales, llevados a cabo con un ritmo, intensidad, duración y frecuencia, prescritos médicamente y realizadas en un balneario, es lo que define el termalismo, según la Associació Balneària de Catalunya. En esta asociación están adheridos once centros con aguas mineromedicinales declaradas de utilidad pública, instalaciones para la correcta aplicación de los tratamientos termales con el objetivo de mejorar la salud. Pero en Catalunya hay en total una quincena de auténticos balnearios que ponen a disposición el beneficio del agua de las villas termales en las que se ubican. 

La velocidad con que la vida nos pide cambios y resoluciones, en nuestro día a día, que parece incrementarse con el paso del tiempo, también cuando un virus llega y nos obliga a frenar, nos va haciendo acumular tensiones dentro del cuerpo que acaban pasándonos factura. Cuando esto sucede, y el cansancio y dolores afloran, es muy útil buscar un destino donde las aguas termales pueden ayudarnos a reducir o frenar pequeños o grandes males. Caldes de Boí y Caldes de Montbui, el Vendrell, la Garriga, Sant Climent Sescebes, Benifallet y Caldes d'Estrac son algunos de los municipios con una gran riqueza hidromineral, villas termales catalanas, donde se ubican algunos de los balnearios más frecuentados.

Muchos de ellos han empezado a recibir de nuevo a sus usuarios, y otros lo irán haciendo progresivamente. “Todo el sector ha tomado medidas para poder garantizar la salud en estos establecimientos, que siempre han contado con una sensibilidad especial, por ser establecimientos sanitarios”, declara el presidente de la Associació Balneària de Catalunya, Jordi Anglí. Los balnearios han aplicado sus protocolos de higiene y prevención sanitaria del Covid-19. El check-in se realiza online, previa llegada, y los códigos QR para escanear con el móvil facilitan la información a diario de menús y programa de tratamientos, evitando así el tacto. Hay guantes de un solo uso para hacerse con un libro de la biblioteca o los periódicos, disponibles también en los espacios de lectura y cafetería con su versión digital en tablets a disposición de los clientes. Encontramos puntos de desinfección de manos con gel hidroalcohólico y aforos limitados en espacios ya pensados siempre para el reposo y la tranquilidad.

Pont de Bar (Alt Urgell). Hotel Banys de Sant Vicenç

De dos en dos, y cada quince minutos, se accede al circuito de aguas del centro termal del Hotel Banys de Sant Vicenç, ubicado en el Alt Urgell, entre La Seu d’Urgell y el acceso a Andorra y la comarca de la Cerdanya, en el municipio de Pont de Bar.

Solo paseando y respirando la calma en su prado, el jardín del balneario con piscina exterior y junto al río Segre, ya sentiremos que hemos llegado a un lugar que propicia la salud. Estamos en el Pirineo, y por el interior de sus montañas circulan aguas termales, beneficiosas para el organismo, referenciadas por ello ya el año 975 d.C. Las propiedades de esa agua, de baja mineralización hipotónica alcalina y sulfurada, que emerge del suelo a 40 grados centígrados y está indicada para la mejora de afecciones reumáticas, dérmicas o respiratorias, llevó a adquirir los derechos de las aguas y a abrir un centro de tratamiento con ellas a un antepasado de los actuales propietarios –ahora la séptima generación-.

 El balneario ha continuado siempre en manos de la misma familia. Dispone de una buena oferta de tratamientos terapéuticos que se combinan con el descubrimiento y la relajación en el entorno natural que lo rodea. Sus especialistas en salud realizan masajes y exfoliaciones con sales del Mar Muerto y tratamientos para diversas afectaciones. Tanto la atención como los servicios ofrecidos hacen sentir el bienestar, porque el trato es muy familiar. Cuentan con un programa de desintoxicación, de domingo a viernes, que incluye dieta, tratamientos, pilates y excursiones. Un gran mimo al bienestar, una renovación por fuera y por dentro.

Vall de Boí. Balneario de Caldes de Boí

Sin abandonar el Pirineo, vamos en busca de otros manantiales de agua termal, en el balneario Caldes de Boí. Es también una de las estaciones termales más antiguas de Cataluña y conserva vestigios del pasado entre sus rincones, como la ermita de Santa Lucía. Otro fabuloso enclave para disfrutar y beneficiarse de las propiedades de sus aguas y de la tranquilad del entorno, en medio de la naturaleza más auténtica y potente de las montañas. En el centro se combinan los baños termales con sus tradicionales tratamientos para el aparato respiratorio, con inhalaciones y saunas naturales, y masajes, con innovadoras terapias antiestrés, relajantes, dermatológicas o de control de dieta. El balneario tiene a su disposición más de treinta fuentes naturales de aguas con propiedades minerales, y con ellas llena sus piscinas cubierta y descubierta. Se encuentra junto al Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, las iglesias románicas del Vall de Boí y tiene muy cerca también múltiples senderos para realizar excursiones. En este balneario han diseñado un programa post-Covid que incluye balneoterapia, alimentación orgánica y de proximidad, ejercicios de Chi Kung, biodanza y tratamientos de la piel y el cabello, masajes relajantes ayurveda y paseos en la naturaleza. Para salir nuevos.

Caldes de Malavella. Hotel Balneario Vichy Catalan

Las aguas termales bicarbonatadas y sódicas del manantial Vichy Catalan, en Caldes de Malavella, emergen de la tierra a 60 grados centígrados. Su elevada temperatura facilita que las aguas, en su transcurso subterráneo, absorban los elementos químicos del subsuelo. Esta fuerte mineralización aumenta el beneficio de esta agua en los tratamientos de hidroterapia que el balneario de Caldes ofrece a los clientes. El centro dispone de sauna finlandesa, ducha de sensaciones y ducha horizontal, entre otros servicios.

A finales de mayo, el Laboratorio Dr. Oliver-Rodés y Cristal International Standards iniciaron los procesos de desinfección, higiene y tratamiento preventivo contra la Covid-19 en todos los espacios del Hotel Balneari Vichy Catalan. La amplitud de sus instalaciones, en un edificio de estilo modernista neo-mudéjar construido entre los años 1891 y 1898, es una de las ventajas del Hotel Balneario Vichy Catalan para asegurar el mantenimiento de la distancia de seguridad.

Vichy Catalan es un agua mineral natural de mineralización fuerte, bicarbonatada, sódica, clorurada y rica en litio y silicio. Brota espontáneamente a 60ºC con su propio gas carbónico del manantial homónimo en Caldes de Malavella. Con ella el balneario oferta una amplia variedad de actividades lúdico-termales. Los jardines del balneario, de 20.000 metros cuadrados, disponen de una espaciosa terraza y piscina exterior. Para relajarse de manera automática, antes o después de haberse favorecido con una higiene facial profunda, un ritual cítrico, un masaje aromático o una ducha escocesa o una ducha masaje Vichy. Envolturas de algas, lodo o vitamina C son otras de las opciones del balneario, que también dispone de un circuito termal infantil.

Caldes de Montbui. Termes Victòria

A tan solo 25 kilómetros de Barcelona, se halla el municipio con mayor actividad termal de Catalunya: Caldes de Montbui, una gran apuesta por el termalismo a nivel municipal. En su instituto, y en colaboración con la Associació de Balnearis de Catalunya, el próximo septiembre iniciarán el primer curso de grado superior de FP sobre termalismo, para preparar a quien desee trabajar en un balneario.

El municipio alberga diversos balnearios, y uno de ellos es el Hotel Balneari Termes Victòria, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. Varias reformas arquitectónicas en diferentes etapas lo han ido actualizando, pero siempre conservando elementos originales como techos, baldosas o ventanales en ciertas estancias. La familia Anglí lo regenta desde el año 1917.

En sus instalaciones se conservan tratamientos termales terapéuticos que han seguido especialmente generaciones y generaciones de personas mayores. Pero el balneario también dispone de un gran espacio al que han llamado Espai Cel, con un enfoque de la experiencia termal más lúdica. Recientemente se han recuperado siete antiguos depósitos de agua caliente y los han convertido en un espacio singular. Propone un completo recorrido de unas dos horas en el que cada espacio acuático ofrece unas particularidades diferentes. La experiencia en el Espai Cel tiene una capacidad de hasta 136 personas, pero adaptándose a las normativas higiénico-sanitarias, ahora el aforo no superará las 25 personas.