en el campo

30 familias optan por vivir la desescalada en un cámping del Berguedà

Aunque no pueden usar las instalaciones comunitarias, prefieren estar en plena naturaleza

Jacopo Pallanza, en su parcela en el Berga Resort

Jacopo Pallanza, en su parcela en el Berga Resort / periodico

ACN

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El cámping Berga Resort ha sido uno de los primeros de la Catalunya Central que ha recuperado la actividad con la entrada del territorio en la fase 1 de la <strong>desescalada</strong>. A punto de llegar a la fase 2, el complejo ya cuenta con una treintena de familias. No pueden utilizar las zonas comunes pero, a pesar de todo, explican que les compensa poder vivir la situación en plena naturaleza.

"Es como estar en otro planeta", señala Estrella Sequera, vecina de Palau-solità i Plegamans. Otros como Jacopo Pallanza, que es de Martorell, reconoce que se siente "afortunado". También el manresano Albert Miguel San Andrés afirma que no tiene "punto de comparación" con estar encerrados en un piso pequeño.

El 14 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el estado de alerta entraría en vigor el día 16. Estrella Sequera, que tiene un bono para todo el año en el cámping de Berga, estaba de fin de semana en el complejo. Al enterarse de lo que pasaría, decidió quedarse allí con su hija.

"Lo mejor que nos ha pasado"

Viven en Palau-solità i Plegamans y tendrían que estar encerradas en un piso. "Es lo mejor que nos ha pasado, hemos estado de coña", asegura. A Estrella le aplicaron un erte, y eso les ha permitido quedarse en Berga. Su hija hace las clases 'online' de su escuela desde la parcela. "Aquí tenemos todas las necesidades cubiertas y podemos salir a caminar en plena naturaleza", explica.

Como ella, una decena de familias llevan dos meses y medio viviendo en el complejo. Jacopo Pallanza, que reside en Martorell, es uno de ellos. Su empresa le ofreció la posibilidad de teletrabajar y, por logística, él y su hijo se quedaron en el cámping. Eso les ha permitido poderse mover "dentro de las limitaciones".

"Hemos estado solos, tranquilos, descubriendo un cámping que no habíamos visto hasta ahora", dice, después de llevar seis años como cliente habitual del centro. Añade que el contacto con el exterior le ha permitido darse cuenta de que han sido "muy afortunados" de vivir el confinamiento y la desescalada en el compejo.

Cambio de escenario

Albert Miguel San Andrés, en cambio, pasó el confinamiento con su mujer y sus dos hijos en su piso de Manresa. "Es pequeño y el no poder salir se nos hacía duro", explica. Por esta razón, cuando la Catalunya Central entró en la fase 1, no se lo pensaron dos veces.

Su mujer se quedó en la capital del Bages, trabajando, y él y los niños optaron por instalarse en una parcela en el Berga Resort. Ha sido un punto y aparte. "Aquí podemos salir, ir a escalar... Seguiendo las limitaciones y sin relacionarnos con terceros", subraya.

Albert no ha sido el único que ha optado por trasladarse al cámping para vivir el desconfinamiento. En el Berga Resort hay una treintena de clientes en estos momentos. Desde el negocio, la responsable, Marta Barniol, reconoce que estos primeros días de reapertura "están yendo bien".

La verbena de San Juan

Pensando ya en la fase 2, que permitirá hacer uso de las instalaciones comunes con restricciones, han aprovechado para poner todo a punto y hacer una desinfección "completa". Y es que, según la responsable, están recibiendo muchas reservas de cara a la verbena de San Juan.