INTERNET DE LAS COSAS

Vinculación segura e invisible con las mascotas

mascota

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P. Enériz / Barcelona

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Con la llegada de las vacaciones llega el tiempo de la calma, de la vida lenta, de proyectos siempre perseguidos, de las mil cosas nuevas que se sueñan en invierno, pero también costumbres lamentables como abandonar, sin piedad, las mascotas al borde de cualquier camino.

Hablan los datos: el año pasado fueron alrededor de 137.000 los animales abandonados. La buena noticia es que frente a esa “bestialidad” crecen las adopciones, las fórmulas para proteger y cuidar a los animales y, en este terreno, entra también –como tendencia imparable– la tecnología y las soluciones propiciadas por el Internet de las Cosas (IoT).

Hasta ahora, los amantes de los animales tenían poco más que la ternura, lo que no es poco, como ayuda para proteger a sus cachorros y el soporte de algunas empresas, dedicadas a la fabricación de productos y servicios para ellas (juguetes, zapatos o gorritos) con más voluntariedad que eficacia.

Las cosas cambian, sobre todo, con las nuevas aplicaciones del Internet de las Cosas que, con una inversión mínina, permite conocer dónde, cómo e incluso en qué condiciones está nuestra mascota, es decir, reduciendo el riesgo de que se encuentren ante determinados peligros o se extravíen.

Antes de seguir adelante hay que apuntar que los nuevos productos conectados son sencillos y no encierran las dificultades habituales de aquellos primeros que llegaron al mercado. Su arquitectura interior ha mejorado significativamente y sus resultados pueden calificarse de satisfactorios.

Por primera vez en mucho tiempo, al parecer serían un total de 17 mil años que los perros acompañan al hombre, podemos ofrecerles parte de la protección que ellos han dado.

Las soluciones

Hoy se dispone ya de casi tantas soluciones como necesidades, desde collares con sensores preparados para informar (en una casa, por ejemplo, con piscina) que el cachorro ha caído al agua; equipos de localización que indican que se está alejando a una distancia superior a la establecida como perímetro de seguridad, cámaras de alta sensibilidad que identifican si alguien está molestando a nuestras mascotas, etc.

La ventaja añadida es que la tecnología actual es mucho menos estática de lo que se puede pensar, este año operadoras como Vodafone han dado luz a soluciones más globales y más sencillas creando un sistema basado en una tarjeta SIM controlable desde la app V by Vodafone, que usa las redes 3G y 4G (y capaz de aceptar el 5G cuando esté disponible). El servicio se tarifa a un precio único mensual sin permanencia y sin importar el número de dispositivos conectados, la cantidad de datos usados, ni el país en el que el usuario y la mascota se encuentren.

Es decir, el control a distancia de los animales de compañía ya es total, el sistema sencillo, los precios fijos, las ideas nuevas y un mundo de valores añadidos capaces de dar respuesta y solucionar problemas.

Los valores

En la descripción anterior falta un dato de importancia. Los expertos señalan que el Internet de las Cosas es, en realidad, una tecnología que está dando sus primeros pasos y que ante ella se abren múltiples entornos en los que aplicarla, consecuentemente cada empresa elegirá el suyo apuntando al beneficio, al crecimiento o la expansión. Son cuestiones de estrategia aunque también, al final de todo, de filosofía empresarial.  Por poner un ejemplo significativo: la operadora Vodafone ha apostado por presentar soluciones para proteger a las mascotas. Y no es una mala idea. Es cuestión de valores, una de las mil y una cosas que se sueñan en invierno.

Cuando Vodafone llevo a cabo, unas semanas atrás, la presentación de estas soluciones mencionó que atendiendo a la escala de Maslow, que muestra la jerarquía de las querencias humanas y lo que activa las motivaciones, queda patente que la primera necesidad es la del amor. Para dar sentido a las nuevas tecnologías, lo que están buscando algunas compañías es precisamente la capacidad para interconectar lo que importa y de conectar al usuario con lo que realmente le importa.

Llegan pues nuevas fórmulas para aportar actividad al mercado que se resumen en ideas para conectar las cosas del entorno pero, también, darle emoción: “tengo lo que más me importa conectado y seguro”.

Bajo esta premisa se han diseñado los dispositivos inteligentes de nueva generación, de los que se espera beneficio para las empresas  y que den tranquilidad al usuario.

Productos vinculados

V-SIM. Es una tarjeta SIM desarrollada para la red IoT de Vodafone que se activa desde la app del móvil al escanear su código QR.  Proporciona conectividad a cualquier dispositivo asociado (sensores, collares, llaves, maletas, mochilas…). Admite roaming en 32 países europeos. Cuesta 9,90 euros.

V-Pet. Localizador GPS que permite definir zonas seguras, monitorizar planes de alimentación, de actividad o de sueño. Tiene 10 días de autonomía. Ha sido desarrollado por KippyVita. Cuesta 49,90eruos, más 7euros al mes de cuota.

V-Cam. Cámara HD inalámbrica que se conecta por red 4G, para monitorizar espacios exteriores o interiores en streaming con grabación. Hace posible la detección de movimiento, visión nocturna, audio bidireccional y almacenamiento en la nube. Tiene un mes de autonomía. Permite ver todo lo que están haciendo las mascotas en casa o en el jardín. Cuesta 379,90 euros, más 7 euros al mes de cuota.