ELECCIONES FRANCESAS

En el bastión de Sarkozy

Los habitantes de la rica Neuilly-sur Seine dan la espalda a a Hollande

Sarkozy, esta mañana, tras votar, en París.

Sarkozy, esta mañana, tras votar, en París. / PDJ

MARTA LÓPEZ / París (enviada especial)

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Neuilly-sur-Seine, en la periferia de París es uno de los municipios más ricos de Francia y un laboratorio del sakozysmo. De aquí fue alcalde el presidente, Nicolas Sarkozy, durante casi 20 años (1983-2001) y aquí está haciendo sus primeros pinitos en política su hijo Jean. En una mansión de Neuilly vive la primera fortuna de Francia, Liliane Bettencourt, heredera del imperio L'Oreal, y otros ricos muy ricos que se ven directamente amenazados por la política fiscal que promete François Hollande: impuesto del 75% para los ingresos superiores al millón de euros y nuevas tasas a las rentas del capital, entre otras medidas.

Para el líder socialista, sus propuestas son "patriotrismo fiscal" pero en la muy chic Neuilly esto suena a declaración de guerra. No en vano esta es la localidad francesa donde hay mayor número de gente en el tramo impositivo más alto. Y "Nicolas" o "Sarko" es uno de los suyos. En la primera vuelta del pasado día 22, el presidente saliente logró el 72,6% de los votos. En la segunda vuelta del 2007, Sarkozy logró su mejor resultado: el 86,8% de los votos. Hoy no parece que vaya a ser menos. EL PERIÓDICO se ha paseado esta mañana por la localidad y ha hablado con sus votantes. Creen que ganará Hollande, aunque no lo desean.

Jacqueline es pensionista. Tiene 62 años. En este domingo nublado en Neuilly sale de misa antes de ir a votar, por Sakozy. "La gente dice que quiere un cambio pero en realidad no es consciente de lo que pasa, de la gravedad de la situación. Ahora critican a los ricos pero se necesita el dinero de los ricos", afirma. Esta mujer ha interiorizado el discurso de Sarkozy sobre la "catástrofe" de España: "Yo estoy muy preocupada, porque lo que ocurre en España no ha llegado todavía, pero llegará".

En la buena dirección

De su misma edad aproximadamente, una mujer muy arreglada sale de la Residence Club, una aparentemente confortable residencia para mayores en la céntrica avenida Achille Peretti. Comparte el análisis de Jacqueline. "Hollande dice y dice pero no va a poder hacer lo que quiera. Lo que manda es el presupuesto". Arnaud, un hombre de mediana edad, acaba de despositar su voto, en el colegio electoral número 1, en el mismo Ayuntamiento de Neuilly, un bonito edificio neoclásico. "Todo lo que ha hecho Sarkozy ha ido en la buena dirección. Gracias a él no estamos como en España", afirma.

Algo más joven, Jaccques hace cola en la calle para acceder a la pastelería Maison Binard y hacerse con un apetecible postre de domingo. Sobre la política fiscal de Hollande es rotundo: "Va a hacer que los que puedan y las empresas se vayan a Inglaterra y Bélgica". Y añade: "Claro que hay desigualdades en Francia, como en todas partes, pero este no es el problema. El prinicipal problema es el déficit".

En otro colegio electoral cercano, una mujer de mediana edad se muestra esquiva cuando se le pregunta quin cree que va a ganar las elecciones. "Espero que gane Sarkozy", afirma. ¿Por qué? "Pues porque lo he votado y quiero que gane", suelta antes de dar media vuelta e irse.