Crisis interna

Arrimadas ignora a los críticos y descarta cesar a miembros de su equipo

"Sin duda me siento fuerte, más reforzada que nunca para seguir liderando este proyecto", asevera la líder de los naranjas

Asegura que en su partido "no sobra nadie" después de que varios diputados y senadores plantearan el cese de los vicesecretarios responsables de la campaña electoral

La presidenta de Cs, Inés Arrimadas; el líder en Catalunya, Carlos Carrizosa; la número dos del partido por Barcelona, Anna Grau; y el cabeza de lista de Cs por Lleida, Jorge Soler durante un acto electoral celebrado en Barcelona.

La presidenta de Cs, Inés Arrimadas; el líder en Catalunya, Carlos Carrizosa; la número dos del partido por Barcelona, Anna Grau; y el cabeza de lista de Cs por Lleida, Jorge Soler durante un acto electoral celebrado en Barcelona. / EFE / Marta Perez

Júlia Regué

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El batacazo electoral de Cs en Catalunya despertó las trifulcas internas que permanecían latentes en las filas naranjas. Inés Arrimadas está a punto de cumplir un año como presidenta del partido, si se descuenta su etapa de interinidad tras la dimisión de Albert Rivera, con una profunda crisis que cuestiona su liderazgo y que pone en jaque el futuro del proyecto.

El comité ejecutivo se reunió de urgencia el lunes durante más de cinco horas en un tenso encuentro presencial en Madrid para analizar las causas del declive y parte de sus dirigentes exigieron que se asuman responsabilidades por parte de, al menos, los máximos responsables de la campaña electoral, los vicesecretario Carlos Cuadrado y José María Espejo-Saavedra.

Pero Arrimadas se atrinchera y descarta ceses porque considera que no solucionarían nada. "Sin duda me siento fuerte, más reforzada que nunca para seguir liderando este proyecto", ha espetado en una rueda de prensa telemática, en la que ha asumido que el resultado del 14-F es "nefasto" para el constitucionalismo y "muy malo" para Cs, pero que, pese a esto, su partido es "transparente y da la cara". El principal factor de la debacle, según la líder, es "no haber sabido ilusionar a los catalanes constitucionalistas", no haber sido "ese motor que sacaba a muchísimos constitucionalistas de la abstención". 

El coordinador de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Ribera, fueron algunos de los que levantaron la voz para criticar la estrategia seguida en Catalunya; aunque otras espadas blindaron a Arrimadas y sostuvieron que no puede achacarse a la presidenta un descalabro progresivo fruto de la herencia de Rivera. A su juicio, hay margen para aprovechar la derrota levantando al partido de nuevo.

"La ejecutiva sale más convencida de la necesidad de este proyecto, de mirar más hacia fuera, hacia la ciudadanía, y la ilusión y estar unidos, que es lo que evidentemente estamos", ha insistido Arrimadas. "Tenemos que seguir sumando, no es un problema de que sobre gente. Tenemos que volver a ilusionar. No es fácil pero creo que lo podemos conseguir", ha remachado.

Al margen de los miembros de la cúpula, el sector crítico Renovadores lanzó un comunicado en el que afirma que "perder casi un millón de votos, y la huida continua y sin parangón de afiliados y cargos electos muestran a todas luces un liderazgo y una estructura de partido que no funciona", por lo que exigen "de forma imprescindible e inaplazable" responsabilidades y cambios de liderazgo.

Preguntada por las críticas de exmiembros de la cúpula de Rivera, Arrimadas ha sostenido que sigue trabajando y que mira "mucho menos Twitter que los números de paro o la ocupación de las ucis". "Sé que el partido no está en un buen momento, en una buena situación, pero estoy más comprometida que nunca, más convencida que nunca de que este partido es necesario y que estamos haciendo lo correcto", ha zanjado.