Camino a las urnas

Catalans per la Independència: la escisión 'octubrista' de la ANC que une al independentismo contra el PSC

La organización fue creada por exdirigentes de la entidad independentista descontentos con el liderazgo de Elisenda Paluzie

Miembros de Catalans per la Independència pidiendo el voto independentista.

Miembros de Catalans per la Independència pidiendo el voto independentista. / CATALANS PER LA INDEPENDÈNCIA

Júlia Regué / Xabi Barrena / Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un grupo de miembros de la cúpula de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) se citó en el Castillo de Cardona el pasado 27 de diciembre para anunciar su dimisión y crear una nueva organización: Catalans per la Independència. Leyeron un manifiesto contundente contra la entidad liderada por Elisenda Paluzie, a quien acusan de haber "malbaratado el 1-O", y dieron la bienvenida a otra plataforma 'octubrista': "La ANC no nos sirve y no queremos continuar esperando el cambio".

Reacios a la estrategia de diálogo con el Estado y aferrados a la Declaración Unilateral de Independència (DUI), bajaron del barco de la ANC por haber "dejado de ser esa herramienta movilizadora y exigente" y por "la pérdida de su influencia y acción". Esta nueva organización había pasado inadvertida hasta que sus impulsores consiguieron aunar a los partidos independentistas que concurren a las elecciones del 14-F bajo un mismo texto con una premisa muy clara: no pactar con el PSC en ningún caso, "sea cual sea la correlación de fuerzas surgida de las urnas".

La candidata de Junts, Laura Borràs; el líder de ERC en el Parlament y número dos por Girona, Sergi Sabrià; la candidata de la CUP, Dolors Sabater; la candidata del PDECat, Àngels Chacón; y también la de Primàries, Laura Ormella; firmaron el compromiso que exige "seguir avanzando hacia la independencia" y no perder la "credibilidad" del soberanismo con alianzas con los socialistas, a quienes tachan de "responsables de la represión". Con este contrato, de escasa validez jurídica pero de indiscutible impacto político, Catalans per la Independència pretende estimular la movilización del electorado a favor de la desconexión ante el temor a que la pandemia del coronavirus desaliente la participación en las urnas el próximo domingo.

Una de sus impulsoras, Maria Mas, explica en declaraciones a EL PERIÓDICO que este documento lleva "casi un año" trabajándose con el fin de "aislar a este partido que apoyó el 155 y que ejerce la represión contra el independentismo". Cuando acordaron el texto, lo mandaron a los cuarteles de les partidos para pedir su compromiso y cuando los cinco respondieron favorablemente, buscaron un hueco en las frenéticas agendas electorales para que lo firmaran 'in situ'. "La idea inicial era quedar todos juntos un día para firmarlo, pero no fue posible. Algunos partidos lo han firmado en sus sedes y otros en actos de partidos", apunta.

"Libres o muertos"

Esta escisión de la ANC, configurada inicialmente por cinco excoordinadores y a la que se han sumado exsocios de la entidad, surgió tras un arduo debate sobre si había que manifestarse en contra de la inhabilitación del entonces 'president' Quim Torra, llegando incluso a proponer una consulta a las bases que finalmente avalaron la protesta. Según los dimisionarios, ni la pandemia debía impedir una movilización "en defensa de las instituciones". "Este debate no fue nada apropiado porque la inhabilitación ya se daba por hecha y se tiene que defender a todos los presidentes o diputados represaliados", asevera Mas.

El manifiesto fundacional que leyeron en Cardona aseguran que las entidades soberanistas más masivas, la ANC y Òmnium Cultural, "ya no son la herramienta que creímos necesaria para lograr el objetivo que nos propusimos", la independencia, porque "han abandonado la calle" y "las instituciones". Y se conjuran para "recuperar el espíritu de lucha de nuestros antecesores y la invulnerabilidad que mostramos el 1-O del 2017, cuando el pueblo sin miedo, pese a ser atacado, mostró aquel espíritu propio de los catalanes del 1714, cuando firmes y decididos, todos como uno solo, sentimos cercano el lema de esta tierra que pisamos hoy: libres o muertos".

La organización desdeña hojas de ruta, estatutos o constituciones, "y no colgará más lazos amarillos": "El objetivo es y será mediante acciones de lucha no-violenta por todo el país, provocar la ruptura tanto mental como física con el Estado español, y lograr por fin la independencia de Catalunya".

El 24 de enero desplegaron una gran bandera negra con la cruz blanca de Santa Eulàlia en la plaza mayor de Vic junto a carteles en los que se podía leer: "Enemigo: Estado español. Barrera: Partidos políticos. Solución: Independencia".

Roces entre ERC y Junts

Junts per Catalunya ha tardado muy poco en dar poca credibilidad a la firma de ERC en este polémico documento. La formación de Puigdemont ha basado buena parte de su campaña en el espantajo de un tripartito de izquierdas. Por ello su candidata lanzaba este jueves en una rueda de prensa en la agencia Efe de nuevo sospechas sobre la credibilidad de la firma de Esquerra y para ello citaba los acuerdos con el PSOE en Madrid e incluso el hecho de que el candidato republicano, Pere Aragonès, no sea quien estampe su firma en el texto. Para Junts es clave mantener vivo el mensaje de que votar a Esquerra puede hacer 'president' al socialista Salvador Illa. En el PDEcat, que también firmó el documento, matizan que se trata de un "no" a la investidura pero no es un "no" al PSC como partido.

“Ningún cordón sanitario, simplemente poner negro sobre blanco lo que venimos diciendo durante toda la campaña”. Esta es el resumen que hace un alto cargo de ERC sobre el manifiesto anti-PSC. Opinión que coincidiría horas después con la expresada por el propio Aragonès. “Llevamos dos semanas recordando que el PSC se manifiesta en las calles con la ultraderecha, como en octubre del 2017, y que, además, aun no se ha sacudido la sospecha de que, si lo necesita, recurrirá a los votos de Vox para llegar a la presidencia de la Generalitat”, sostiene la misma voz que califica a los socialistas catalanes de “enemigo” con un modelo “opuesto al nuestro y que acudirá a quienes nos encarcelado a nuestros líderes por alcanzar el poder”.

Esta, y otras voces del partido, distinguen entre el PSC y el PSOE. “Al PSC, ni agua” sentencia otra fuente del partido, para explicar porque se puede pactar con los socialistas una mesa diálogo y unos presupuestos y, en cambio, participar de un veto común a sus correligionarios catalanes. Y es que los republicanos entienden que el abandono, por parte del PSC, de la defensa del derecho a la autodeterminación y su alineación con el PP y Ciudadanos, por ejemplo en la presentación de recursos al Tribunal Constitucional, más allá de si hay sinergias o no con Vox, les aleja de la fuerza que aun dirige Miquel Iceta. "Me da vergüenza que sea el PSC el encargado de recuperar Catalunya para el Estado", afirma el exmilitante del partido socialista Ernest Maragall en un video que ERC lanzó este jueves a las redes para explicar su posición ante el manifiesto.

La cronología

La intrahistoria de la firma republicana es corta. “A media tarde del miércoles entraron en la sede unas personas, provinentes de las oficinas del PDECat, que están enfrente, y que fueron atendidas por el jefe de campaña, Sergi Sabrià, un estrecho colaborador de Pere Aragonès y otro cargo del partido. Se leyeron el texto y, como era lo que llevábamos diciendo todos estos días, firmaron. Sin más. En ese momento, Aragonès se desplazaba en coche al mitin de Manresa y por eso la firma la estampa el jefe de campaña, Sabrià”, narra una voz de ERC. El propio Aragonès declaró, el jueves por la mañana, que no tiene inconveniente alguno en firmar él mismo el texto.

Los tres cargos de ERC no consideraron oportuno evacuar ninguna consulta a Oriol Junqueras, Mara Rovira y Aragonès, visto el contenido del texto. Las posteriores comunicaciones y el asentimiento posterior de los tres les dieron la razón.

Hay, evidentemente, una marcada razón táctica electoral en la decisión de ERC de plasmar su rechazo al pacto con el PSC. “La mayor frontera de voto y franja de indecisos está entre JxCat y ERC. Y es obvio que la continua apelación de los posconvergentes de que está preparando un tripartito afecta a sectores de nuestros votantes que o bien se desmovilizan o bien cambian de papeleta”, dice un cargo republicano y otro añade: “Y como los que no quieren ver ni en pintura al PSC son muchos más que los que abogan por una entente y como lo que se hace es solo escribir lo que se ha dicho en campaña, pues lo hicimos”.

Esta maniobra preventiva de ERC tiene como foco el ‘rere-país’ donde “por mucho que cueste de creer mucho electorado nos ven muy iguales a nosotros y a Junts Per Catalunya. Son independentistas y buscan papeletas independentistas y se retraen a la visión del espantajo de un tripartito”, aseveran en la sede de Calàbria, acera Besòs.

Suscríbete para seguir leyendo