Camino a las urnas

Las bajas en las mesas electorales del 14-F sumen a las administraciones en el desconcierto

Uno de cada cuatro miembros de las mesas electorales del 14-F recurren su designación

La JEC deja en manos del Govern la solución al embrollo, pero la Generalitat replica que este asunto no le compete

El Síndic asegura que las bolsas de voluntarios para suplir elegidos por sorteo no se ajustan a la legalidad

Un ciudadano deposita su voto en una urna.

Un ciudadano deposita su voto en una urna. / periodico

Júlia Regué / J. G. Albalat

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El alud de recursos de miembros de las mesas electorales contra su nombramiento ha activado las alertas de las 31 juntas electorales de zona y de los ayuntamientos catalanes, que ya se han puesto manos a la obra para garantizar que el domingo 14 de febrero a las nueve horas se abran todos los colegios electorales. Al menos 20.579 ciudadanos han presentado impugnaciones de un total de 82.251 personas designadas, lo que asciende hasta el 25,02% de los elegidos por sorteo. Unas cifras que podrían ser mucho más altas porque las facilitadas por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) son parciales, ya que no todos los entes electorales han ofrecido datos.

Los designados disponen de siete días naturales para presentar alegaciones ante la junta electoral de zona y esta debe resolver en el plazo de cinco días. En caso de que estime el recurso, comunica la sustitución al primer suplente. Si este también estuviese imposibilitado para ejercer el cargo, lo asumiría el segundo suplente y, si tampoco pudiera, la junta electoral de zona “si hay tiempo para hacerlo, procede a nombrar a otro, si fuera preciso”. En las causas sobrevenidas, aquellas que no se han podido abordar 72 horas antes del inicio de la votación, el órgano electoral designa “libremente” a las personas que tengan que ejercer su deber “pudiendo incluso ordenar que forme parte de ella alguno de los electores que se encuentre presente en el local”.

Es decir, puede haber nuevos nombramientos conforme se van estimando las impugnaciones, pero esto no es excepcional, sucede en todas las contiendas electorales. Lo que sí es novedoso, y polémico, es la apertura de una bolsa de voluntarios como planteó el presidente de la Junta Electoral de Barcelona, el juez Santiago García. Este extremo no se contempla en la Loreg por lo que el debate está servido. Algunos expertos opinan que puede encajar si se interpreta la ley de forma amplia, mientras que el Síndic de Greuges asegura que no tiene cabida legal. "Esto no es conforme a la legalidad, lo hubiese sido si se hubiera aceptado la reforma legislativa para ampliar el número de suplentes que propuse", apuntó en rueda de prensa, y defendió que la selección debe guiarse "por criterios objetivos y aleatorios".

Tras el revuelo, García explicó a Efe que la idea de recurrir a voluntarios para suplir posibles vacantes en las mesas electorales procedía de la Conselleria d'Acció Exterior -encargada de los procesos electorales- y del Ayuntamiento de Barcelona. Sin embargo, el Govern recordó que la tarea de garantizar la logística es de las juntas electorales de zona. "Desde la Conselleria hemos trabajado y seguimos trabajando por unos colegios y unas mesas seguras. Estamos seguros de que la JEC también hará todo lo que haga falta para garantizar la constitución de las mesas. Cada uno con la responsabilidad que le corresponde", subrayó el 'conseller' Bernat Solé en un tuit. 

Ante el temor a la falta de efectivos humanos para constituir las mesas electorales, los consistorios han emprendido vías distintas. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, está a la espera de recibir órdenes de la junta electoral para "cumplir cualquier requerimiento o instrucción" y no ha tirado de inventivas, se ha limitado a sustituir a los que se les aceptan las excusas. En cambio, el consistorio de Terrassa ya incluyó a más suplentes de lo que es habitual en el sorteo para curarse en salud, concretamente 12 y no 9 (tres titulares y seis suplentes), al igual que en Cubelles, que eligieron a ocho personas para cada cargo. En L’Hospitalet de Llobregat fueron más imaginativo y designaron unas letras de corte, una sílaba, y todos los que empiezan por esta se van notificando si es necesario. En municipios más pequeños, las mesas electorales deberán constituirse con suplentes de pueblos cercanos si falta personal.