‘Volem un Consell de Cent Verd i Viu’

La desgana municipal pone en peligro los ejes verdes del Eixample, según una plataforma vecinal

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Un coche cruza por mitad de la plaza de Borrell, con niños jugando.

Un coche cruza por mitad de la plaza de Borrell, con niños jugando. / FERRAN NADEU

Carles Cols

Carles Cols

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Por timidez, desgana o falta de fe en el proyecto por parte del Ayuntamiento de Barcelona, los ejes verdes del Eixample están en peligro. Esa es la advertencia que han lanzado asociaciones de vecinos y diversas entidades agrupadas bajo el nombre de una plataforma de nombre inequívoco, ‘Volem un Consell de Cent Verd i Viu’, que aunque solo lleva en su apellido el nombre de una calle, se refiere también al caso los otros tres ejes inaugurados hace dos años, Rocafort, Borrell y Girona. La plataforma ha analizado lo que, en su opinión, es una progresiva y evitable degradación de estas calles, hasta el punto de que han detectado no solo lo que cualquier barcelonés puede observar si pasea por ellas, sino problemas sobrevenidos recientemente.

La plataforma tiene previsto presentar los resultados de su análisis este jueves, 8 de mayo, en mitad de la intersección de Borrell con Consell de Cent. Más que una presentación, será una ocupación de esa plaza, la más invadida por el tráfico de vehículos, que pocas veces respetan las señales y cruzan directamente por la zona estrictamente peatonal, incluso a la salida de los colegios, cuando está llena de niños jugando.

Lo que sostiene la plataforma es que el acuerdo inicial para la puesta en marcha de los ejes verdes era satisfactorio. No se prohibía el paso de vehículos en todos los ejes verdes, pero se impedía, de entrada, que utilizaran esas calles para cruzar en línea recta el Eixample, y se limitaba la velocidad a 10 kilómetros por hora. Se prohibía aparcar, tanto a coches como a motos, pero en un horario más que generoso, es decir, desde después de la hora de entrada a las escuelas y justo antes de la salida de estas, se permitía a los vehículos de carga y descarga hacer paradas breves para entregar o recoger mercancías. Para la plataforma, el acuerdo inicial incluso representaba para los transportistas una mejora respecto a la situación anterior.

Barcelona. 03.04.2024. Barcelona. Vegetación de los ejes verdes en su primera primavera. En la foto, furgonetas de reparto en la calle Consell de Cent . Fotografía de Jordi Cotrina

Hora de punta de carga y descarga en Consell de Cent. / JORDI COTRINA

El abuso, sin embargo, ha sido la nota predominante. En opinión de la plataforma, el primer error de partida fue que el gobierno municipal no predicó de forma clara y rotunda el manual de uso de estas nuevas calles del Eixample. El segundo error, que se sumó al primero, fue que no programó un periodo de mano dura contra las infracciones, como si hizo en un primer momento con las motocicletas y con resultados evidentes.

La conclusión que sacan los miembros de la plataforma (corroborada en ocasiones con declaraciones públicas de algunos concejales) es que el equipo de Jaume Collboni recela aún de este modelo de urbanismo, a pesar de su (por decirlo de algún modo) éxito cotidiano de público. El hecho de que haya desplegado episódicamente a agentes cívicos en los ejes verdes ha sido más un placebo que una medicina efectiva. Según la plataforma, apenas interactúan con los conductores de vehículos para explicarles las normas. A veces parece que simplemente son unos barceloneses más disfrutando de un paseo por los ejes verdes, denuncia la plataforma.

¿Qué propone ‘Volem un Consell de Cent Verd i Viu’? Revertir la situación con una campaña informativa eficaz, multar las infracciones hasta que estas se reduzcan al mínimo y, en el caso de las cuatro plazas nacidas en los cruces de los ejes verdes, aplicar soluciones que impidan físicamente el paso de vehículos. Sobre esta cuestión, se preguntan que ha aportado el hecho de que se haya abierto la entrada de tráfico de subida por Girona desde la Gran Via, salvo más problemas de indisciplina.

Consell de Cent, a finales de verano, con la vegetación en su punto más álgido.

Consell de Cent, a finales de verano de 2024, con la vegetación en su punto más álgido. / JORDI OTIX

Reclama la plataforma, también, un mayor cuidado de la vegetación y más plantas en los espacios disponibles. Lo que han detectado en este capítulo es que las terrazas son un foco de suciedad, en especial las de aquellos establecimientos en los que la norma es el autoservicio. A su alrededor suele ser muy evidente la presencia de servilletas de papel, vasos de cartón, tíquets de consumición e incluso restos de comida, sin que nadie del negocio se haga responsable de ello.

El peligro, según la plataforma, es que la situación empeore. Tienen dos ejemplos claros de que esa es la tendencia. En la plaza de Enric Granados, el ayuntamiento modificó las señales de tráfico de manera que ahora los vehículos pueden rodear la plaza y seguir en línea recta. El resultado de esa medida no ha sido solo un incremento del tráfico, sino que ahora no es extraño incluso que haya conductores que circulen en contradirección por Enric Granados desde Aragó para tomar después Consell de Cent.

La plaza de Girona con Consell de Cent.

La plaza de Girona con Consell de Cent. / JORDI OTIX

La segunda novedad desagradable, denuncia la plataforma, es que el tramo inicial de Consell de Cent, o sea, el más cercano al parque de Joan Miró, se convierte a algunas horas del día en una improvisada central de operaciones. Los vehículos de reparto de mercancías organizan su ruta con todos los paquetes en mitad de la acera, como si aquello fuera su almacén de trabajo.

En resumen, la plataforma conmina al gobierno municipal a tener fe en los ejes verdes, como mínimo la misma que demuestran a diario las personas que pasean por ellos, para evitar que lo que no lograron las sentencias judiciales promovidas por sectores empresariales que predecían una catástrofe económica por la peatonalización, lo logre ahora una progresiva degradación de esas calles.