Enojo vecinal
El Ayuntamiento de Barcelona veta la prolongación del eje verde de la calle Girona en los presupuestos participativos
Los vecinos de la Dreta de l'Eixample reclaman prolongar los ejes verdes a través de los presupuestos participativos
El rescate de la Torre de les Aigües del Eixample, condicionado a renunciar a su 'playa'

El eje verde de Girona, en su intersección con Consell de Cent. / JORDI OTIX
Jarro de agua muy fría a los vecinos de la Dreta de l’Eixample. El Ayuntamiento de Barcelona ha descabalgado de la lista de proyectos a votar en la próxima edición de los presupuestos participativos de la ciudad la prolongación del eje verde de la calle de Girona hasta la calle de Còrsega para que ese bulevar peatonalizado enlazara directamente con Gràcia. A través de técnicos municipales, el ayuntamiento ha comunicado a los impulsores de este proyecto que partía como posible ganador en los presupuestos participativos del barrio que como poco hay cuatro argumentos para vetar esta propuesta. La Associació de Veïnes i Veïns de la Dreta de l’Eixample cree que el rechazo se debe simplemente a que el actual equipo de gobierno ha acogido los ejes verdes de la anterior etapa como una herencia incómoda y, de hecho, ha subrayado repetidamente que no pretende urbanizar más calles con idéntico urbanismo.
Los presupuestos participativos se votarán en la ciudad del 12 al 17 de mayo. En este caso, la medida defendida por los vecinos consistía en alargar dos travesías la arquitectura ajardinada de Girona, o sea, entre Provença y Còrsega.
De los cuatro ‘noes’ de los técnicos municipales, el primero es económico. Una obra de este tipo superaría los límites asignados a este tipo de proyectos sometidos a votación pública. A esta cuestión, la asociación de vecinos respondió con que se conformaría con que esas dos travesías se reformaran con elementos de urbanismo táctico. La respuesta continuó siendo un rotundo no.
El segundo motivo arguïdo por los técnicos es que ese tramo de Girona desemboca en Milà i Fontanals, que se considera una puerta de entrada a Gràcia. En realidad, si el eje verde se prolongara hasta las puertas de Gràcia sería muy posible que resucitara un movimiento vecinal que hace menos de cinco años reclamó que Milà i Fontanals se convirtiera en una calle de plataforma única, como otras tantas vías de ese barrio.
El tercer argumento de los técnicos es que una norma aprobada en 2023 veta las plataformas únicas en calles de más de 10 metros de anchura, una tesis rebatida por los vecinos porque esa misma norma abre la puerta a excepciones.
El cuarto motivo por el que el ayuntamiento ha enviado a la papelera este proyecto es que la prolongación del eje verde se solaparía con la reurbanización de la Diagonal cuando se retomen las obras del tranvía.
La asociación de vecinos está profundamente enojada por este revés, entre otras razones porque el ayuntamiento ya había enmendado semanas atrás otra de sus ideas para los presupuestos participativos. Reclamaban que se recuperara en el interior de manzana de la Torre de les Aigües la celebérrima ‘playa’ del Eixample. De nuevo la respuesta fue un no.
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