Estreno con robo

El nuevo piano de la estación de Diagonal se queda sin taburete para gran pena de los melómanos

Ferrocarrils une de momento Plaça Espanya y Gràcia con un exitoso piano en cada estación

Un grupo de Whatsapp de 100 miembros (y subiendo) cuida el piano público de plaza de Catalunya

Alex, músico formado en el 'Conservatorio de Youtube', en la estación de Diagonal.

Alex, músico formado en el 'Conservatorio de Youtube', en la estación de Diagonal. / A. de Sanjuan

Carles Cols

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De los tres pianos a disposición de los pasajeros en la red del suburbano de Barcelona, el más reciente de ellos, instalado a finales de marzo en la estación de Diagonal, es, con un solo hándicap, el más afortunado del terceto. Está en un vestíbulo espacioso y singularmente tranquilo, no como el pobre de plaza Espanya, que está a 20 pasos de la playa de vías. Tampoco hay que validar el billete el metro para llegar hasta él, contratiempo, por ejemplo, que aqueja al Yamaha de la estación de Ferrocarrils de Gràcia. Solo tiene, lo dicho, un problema. No hay taburete o banqueta en la que sentarse, circunstancia a la que sabría sobreponerse, seguro, cualquier aficionado o profesional poseído por el espíritu de Jerry Lee Lewis, pianista soberbio, sin duda, que a la que se animaba le daba una patada a la silla y terminaba las canciones no solo de pie, sino incluso con los pies en el teclado. A veces hasta con el culo. Pero no se trata de eso. Estaría bien que hubiera un asiento. Parece que ha sido robado. La comunidad de pianistas de calle de Barcelona, que hasta tiene un bien nutrido grupo de ‘whatsapp’ que se accede solo bajo invitación, confía en que en breve resuelvan ese inconveniente los promotores de esta estupenda iniciativa melómana, el Concurso Internacional Maria Canals. Un taburete y una cadena resolverían el caso.

El tercer piano del suburbano (cuarto de los públicos, si se añade a la lista el maltratado instrumento al aire libre de la plaza de Catalunya) solo está, al parecer, a prueba. En la pasada edición del concurso, la septuagésima de su historia, celebrada entre el 23 de marzo y el 3 de abril pasados y ganado por el estadounidense Curtis Phill Hsu, esta asociación fundada en honor a la concertista barcelonesa Maria Canals (1914-2010) instaló como reclamo un impresionante piano de cola en la estación de Diagonal, pero era solo para los días del concurso. Dejarlo ahí de forma permanente habría sido toda una invitación a los necios que en esta ciudad no respetan ni la cultura. Simultáneamente, sin embargo, decidió esta asociación colocar otro piano más modesto, de pared, en el otro vestíbulo de la estación, al que se accede por las escaleras de Rambla de Catalunya. Si la experiencia es grata, ahí se quedará. Pero, ¿cómo se evalúa eso?

Valentín, rumano, abuelo y melómano, toca el piano en la plaza de Catalunya.

Valentín, rumano, abuelo y melómano, toca el piano en la plaza de Catalunya. / A. de S.

Hay distintos modos de medir ese aparente intangible. En 2022, por ejemplo, el Concurso Internacional Maria Canals instaló su primer piano en la estación de Gràcia. Está nada más cruzar las validadoras de billetes y justo antes de doblar una esquina. No es un lugar de ensueño. Pero rara es la hora del día que no tiene un músico al teclado. Los hay que salen unos minutos antes de casa para, casi como una rutina o terapia, tocar un rato ajenos al ir y venir de pasajeros. La mayoría de las veces son simples aficionados autodidactas. Otros, como, el húngaro Peter Buka, no. Un día, por lo que fuera, se sentó. Ni siquiera se sacó la capucha de la sudadera, como si buscara un cierto anonimato, alguien grabó la escena y a día de hoy más de 110 millones de personas han dicho en las redes sociales que ese video les encanta.

El piano de Diagonal, aunque esta no es una ciencia exacta, tiene todos los elementos a favor para consolidarse (siempre y cuando, claro, se resuelva el problema de la silla). A media mañana de este lunes estaban ahí Alex y Valentina, que se conocieron a través del grupo de ‘whastapp’ Pianos Públicos BCN. El estudió en el ‘Conservatorio de Youtube’. Tiene buenas manos y oído, eso hay que reconocérselo. Ella canta, porque esa es otra de las bondades de esto instrumentos. Valentina saca el teléfono para mostrar uno de los últimos videos que grabó. Era en plaza de Espanya. En la escena se ve a un joven al piano y una muchacha que toca el violín. Lo interesante es el tercer intérprete que aparece al fondo. Es un saxofonista. Cuando le vieron pasar por ahí con la funda colgada a la espalda, le preguntaron lo que parecía obvio, que si ahí llevaba un instrumento. Le invitaron a sumarse. Y lo hizo. Cosas así pasan a diario en el suburbano de Barcelona y nadie lo diría.

Y otro argumento para sospechar que, a poco que sea conocido, el piano de Diagonal será un éxito, es todo cuanto ha sucedido alrededor del trampantojo de plaza de Catalunya. Parece un piano de cola al aire libre. En realidad es de cemento y solo es un teclado electrónico disfrazado de instrumento noble que se alimenta con energía solar. Y, sin embargo, da el pego. Por su ubicación, en una de las esquinas de la zona interior de la plaza, es muy querido por los aficionados y, esa es la pena, por los idiotas que tienen por (mala) costumbre romper lo que es de todos cuando salen de fiesta. Ni siquiera Jerry Lee Lewis era tan bruto con sus pianos. Bueno, a veces, sí. Son tantas las averías que ha sufrido que quizá algún día termine por ser retirado. Quedarán entonces solo tres. Pero no al aire libre.