Protesta en la calle

Revolta Escolar chequea el exceso de contaminación y ruido de 70 colegios, insatisfechos incluso con el plan 'Protegim les escoles'

Reducir un 25% el tráfico en Barcelona permitiría evitar más de 200 muertes por contaminación al año

Un niño corre por la calzada de València, frente a la Escola de l'Eixample.

Un niño corre por la calzada de València, frente a la Escola de l'Eixample. / ZOWY VOETEN

Carles Cols

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Los entornos escolares son insanos por contaminación y exceso de ruido, y lo más común es que haya aglomeraciones a la salida de clases, no porque la calle sea estrecha, sino porque la mayor parte del espacio disponible es territorio de los coches. Revolta Escolar acaba de hacer públicos los resultados de una encuesta a la que han respondido las asociaciones de familias de 70 escuelas, en las que estudian unos 31.000 niños, y quizá el dato más llamativo no sea solo el retrato global, sino que en uno de cada dos de esos centros educativos intervino en su día el Ayuntamiento de Barcelona dentro del programa ‘Protegim les escoles’, y en un 64% de los casos el grado de satisfacción es escaso. No se lamenta el propósito de aquel plan, sino la falta de mayor ambición.

La publicación de los resultados de la encuesta, realizada entre el 18 de febrero y el 4 de marzo, coincide con una nueva jornada de movilizaciones en algunos de esos centros escolares, con un total de 16 cortes de tráfico al salir de clase. El prospección ha abordado las diversas cuestiones que, desde el punto de vista de Revolta Escolar, pueden ser perjudiciales para los alumnos.

Uno de los cortes de tráfico en señal de protesta, en València, entre Balmes y Rambla de Catalunya.

Uno de los cortes de tráfico en señal de protesta, en València, entre Balmes y Rambla de Catalunya. / ZOWY VOETEN

El 81% de los colegios encuestados están rodeadas por calles de la red básica de circulación. Casi la mitad (un 45%) tienen cuatro o más carriles de tráfico alrededor. Solo a un 32% der esos equipamientos se accede a través de calles con uno o ningún carril de circulación. Menos de la mitad (40%) dispone de un carril bici con el que los alumnos puedan llegar a clase, pero solo uno de cada 10 de esos carriles se considera seguro.

En menos de la mitad de esas escuelas (46%) hay en las inmediaciones un parque con zona de juego infantil, pero más escasa es aún la presencia cerca de una zona verde (38%)

Las motos merecen un capítulo aparte en la encuesta. El 85% de las respuestas expresaron el deseo de reducir su peso en los entornos escolares. Las hay aparcadas a lo largo de los caminos escolares en un 75% de los casos y directamente estacionadas delante de la salida del colegio en un 50% de las ocasiones. Según ha constatado Revolta Escolar, raramente cumplen con la norma municipal que regula cómo deben aparcar.

Motos en batería, en València, delante de la Escola de l'Eixample.

Motos en batería, en València, delante de la Escola de l'Eixample. / ZOWY VOETEN

El ruido del tráfico perturba el desarrollo de la actividad escolar en un 74% de los casos, pero en este apartado es singular el hecho de que, además, un 39% de las escuelas que han participado en la encuesta ha recibido quejas de los vecinos por el ruido que hacen los niños cuando juegan en el patio.

La contaminación se ha convertido en un problema tan presente que un 70% de las asociaciones de familias han realizado mediciones sobre la calidad del aire. En tres de casa cuatro casos, los resultados están por encima de los límite que aconseja como máximos la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La seguridad de los niños es otra de las materias tratadas. La velocidad máxima permitida del tráfico se supera alrededor de la mitad de las escuelas, y eso que solo en un 58% de los casos está limitada a 30 kilómetros por hora. La presencia de elementos reductores de la velocidad en la calzada no impide que eso suceda.