Dos millones de inversión
La plaza de Pablo Neruda renacerá en 2026 como un refugio vecinal a dos pasos de la Sagrada Família
Barcelona añade otro gran mural de arte urbano, dedicado a la epopeya de los exiliados del 'Winnipeg'

La plaza de Pablo Neruda, el pasado septiembre. / ZOWY VOETEN / EPC
Con un presupuesto de dos millones de euros y la previsión de comenzar las obras durante el primer trimestre de 2026, el Ayuntamiento de Barcelona prevé darle la vuelta como a un calcetín a la plaza de Pablo Neruda, que no está nada recóndita, está justo al lado de la calle de Aragó, pero que a día de hoy suele ser un espacio apenas usado por los vecinos. Solo los turistas la transitan por las aceras laterales de camino o de regreso de la Sagrada Família. El propósito es hacer de ella un lugar deseado por las familias con hijos, un destino a la salida del cole o de aconsejable visita los fines de semana, porque la promesa es dotarla de una zona de patinaje que en el argot de los que saben de esto será una ‘pump track’, además de áreas de juego infantil para todas las edades con rocódromos, pizarras, mesas de pimpón y rayuelas y otras pinturas en el suelo.
Encajada entre las calles de Lepant y Marina, la plaza dedicada a Pablo Neruda parece desde hace años una finca en barbecho. A lo sumo, el pasado septiembre cobró una repentina vida porque dos artistas, el chileno Mono González y el autóctono Roc Blackblock decoraron una pared medianera a gran altura con un mura dedicado a aquel escritor, pero no tanto por su fama como poeta, sino más bien por su implicación en el rescate de refugiados republicanos españoles tras la Guerra Civil.
El proyecto, además de multiplicar el espacio destinado al ocio infantil, prevé también un notable incremento del verde ya existente, que no es poco, pero que será bienvenido porque justo en ese punto es donde la calle de Aragó tiene más aspecto de vía rápida a su paso por el Eixample.
En la concepción de la futura plaza de Pablo Neruda han participado los vecinos de la Sagrada Família y de Fort Pienc. También las asociaciones de familias de las escuelas cercanas. El proyecto forma parte en el fondo del amplio catálogo de actuaciones previstas dentro del llamado Pla d’Acció dels Espais de Gran Afluència, es decir, aquellas operaciones urbanísticas destinadas a aliviar el día a día de quienes viven, por ejemplo, en los alrededores del templo de Antoni Gaudí. La plaza se pretende que sea de todo menos turística. Casi un refugio. Pero desde otra perspectiva, la reforma a fondo de aquel lugar se pretende también que sirva para dar un empujón a la remozada Diagonal entre Glòries y Verdaguer, una porción de esta avenida que cruza de punta a punta la ciudad y que con la llegada del tranvía se confía en que cobre una vida que jamás ha tenido.
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