Más buses, menos coche

Eixample Respira reivindica que Urgell no recupere su condición de vía rápida tras las obras de Ferrocarrils

Las obras de Urgell convierten la Diagonal en una ratonera de coches de medio kilómetro de caravana

La valla que corta el tráfico en Urgell, a la altura de Rosselló.

La valla que corta el tráfico en Urgell, a la altura de Rosselló. / Marc Asensio Clupés

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Eixample Respira reclama al Ayuntamiento de Barcelona que considere los dos cortes de tráfico que sufrirá la calle de Urgell mientras duren las obras de prolongación de la red de Ferrocarrils como una oportunidad para reconfigurar la circulación en esa vía. Es decir, que cuando finalicen los trabajos, Urgell ya no recupere su reparto original de espacios en el que los vehículos privados disponen de cuatro carriles de circulación.

En opinión de esta plataforma que reivindica un Eixample menos consagrado a los coches, los cortes, uno a altura de Rosselló y el otro entre Buenos Aires y la plaza de Francesc Macià, serán lo suficientemente prolongados en el tiempo como para consolidar la reducción del tráfico conseguida. Sería una oportunidad, sostiene Eixample Respira, para reordenar Urgell de modo que haya un carril bus de subida y uno de bajada. Con esta medida, sostienen los responsables de esta entidad, se podría conseguir un efecto colateral interesante: si los buses que ahora bajan por la calle de Villarroel usaran Urgell, se podrían encarar la peatonalización total de la ronda Sant Antoni, que no ha podido ser llevada a cabo precisamente para poder canalizar el transporte público.