El Año de la Serpiente

Barcelona celebra el Año Nuevo Chino con dos días de fiesta: 25 y 26 de enero

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Barcelona celebra el Año Nuevo Chino en 2024.

Barcelona celebra el Año Nuevo Chino en 2024.

Carles Cols

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Sábado, 25 de enero, 11 de la mañana, en el parque de la Estació del Nord. Sin uvas ni campanadas, pero con una rúa que ha echado profundas raíces en Barcelona, la comunidad china de la ciudad, más de 22.000 personas, cuarta en cifras absolutas, celebrará el Año Nuevo, que en su horóscopo milenario está consagrado a la serpiente. Con un golpe de gong comenzará una fiesta de dos días en el que el primer acto, y quizá el más vistoso, es ese paseo por las calles de Fort Pienc, con destino final en el Arc del Triomf.

Gastronomía, baile, artesanía... El programa de los actos es extenso y no es exclusivamente chino. Las tradiciones de oriente, como el Tai Chi y la caligrafía, se darán la mano con ‘castellers’ y ‘diables, y también con la presencia de espectáculos a cargo de otras comunidades extranjeras de la ciudad. Formalmente, sobre el calendario el cambio de año coincide con el 29 de enero, pero por razones obvias la celebración se traslada a un día fin de semana, vista su gran popularidad.

La fiesta tiene como escenario principal uno de los barrios del Eixample, Fort Pienc, el nuevo barrio chino de Barcelona, dicho, por supuesto, en el mejor de los sentidos de esa definición, gracias a que el antiguo Barrio Chino de la ciudad es hoy simplemente una referencia literaria parar referirse a lo que hoy es el Raval sur. Acuñó aquella expresión con gran fortuna el periodista Francisco Madrid en sus crónicas sobre la mala vida de Barcelona, y no porque entonces la protagonizara la minúscula comunidad china que en los años 20 y 30 vivía en la parte baja de la Rambla, sino por un detalle de uno de sus magníficos textos, cuando describía una calle y decía que se acababa de cruzar con un oriental, “con los ojos abiertos como un concejal”.

La andanada iba dirigida a la incapacidad de algunos representantes públicos para ver la realidad o, más bien, su negativa expresa a verla, pero al final lo que terminó es por popularizar el nombre de barrio chino como sinónimo de peligroso. Vamos, todo lo contrario de lo que representa Fort Pienc si se le considera el nuevo barrio chino de la ciudad, que ha crecido comercialmente estos últimos años hasta adentrarse en la Dreta de l’Eixample.

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