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Barcelona reabre una de las dos pistas cerradas por exceso de ruido en el colegio de los salesianos de Rocafort

La cancha llevaba abierta desde el 11 de octubre, pero la escuela y el club Esportiu Rocafort no han recibido notificación del ayuntamiento para desprecintarla hasta este jueves

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El patio y la pista que sigue precintada en el colegio de los salesianos de Rocafort, en Barcelona.

El patio y la pista que sigue precintada en el colegio de los salesianos de Rocafort, en Barcelona. / VICTÒRIA ROVIRA

Pau Lizana

Barcelona
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Cinco meses han pasado desde que el Ayuntamiento de Barcelona precintara dos pistas del colegio Salesians Rocafort por orden judicial. Las quejas y denuncias de los vecinos por el ruido que generaban acabaron con la clausura, el pasado 25 de julio, de dos pistas que compaginan el uso escolar con el deportivo. Cuando no la usaban los salesianos, que tenían reservado el uso preferente de las mismas, las utilizaba el club Esportiu Rocafort. El consistorio ha notificado este jueves tanto al colegio como al centro deportivo que el precinto de las canchas queda "levantado parcialmente", ya que la inferior situada bajo techo será ya accesible sin obstáculo mientras que la pista superior y descubierta continúa clausurada.

Se trata de dos pistas, un polideportivo cubierto y un pequeño campo de fútbol 7 descubierto justo encima del pabellón, que ocupan parte del interior de una manzana del Eixample, delimitada por las calles Sepúlveda, Rocafort, Calàbria y Floridablanca. Estas dos pistas dan de lleno a las viviendas de Floridabanca y Calàbria encaradas al interior de la manzana. Los vecinos denuncian, sobre todo, la actividad de la pista descubierta, que está a poco más de dos metros de gran parte de los balcones interiores de los entresuelos y las primeras plantas de los edificios de Calàbria.

El 11 de octubre, tras cerca de un mes de actividad escolar en que la escuela realizó varias clases en la calle. Denunció que grupos de escolares no podían recibir la educación física necesaria, además del rompecabezas que suponía que los cerca de 730 alumnos de la escuela pudieran disfrutar del patio. El ayuntamiento reabrió provisionalmente la pista cubierta para que los salesianos pudieran tomar mediciones sonómetricas con la actividad que se realizaba habitualmente.

Teóricamente, la apertura solo se contemplaba hasta el 28 de octubre, cuando la pista tenía que quedar precintada de nuevo para que el ayuntamiento evaluara las mediciones realizadas. Sin embargo, el titular del colegio Salesians Rocafort, Narcís Frigola, explica que desde el 11 de octubre nadie les había vuelto a cerrar la pista, ni tampoco les había notificado su reapertura oficial. Desde entoces, "la hemos usado alguna vez", declara Frigola, que matiza que solo ha echado mano del recinto "en momentos en que nos ha urgido". "Lo hemos utilizado porque no quería sacar los niños a la calle", asegura.

Por su parte, el abogado del Esportiu Rocafort, Eulogio Gallego, afirma que el club encadena cuatro meses sin hacer uso de la instalación. "Ha estado cerrada injustamente y ha supuesto una pérdida importante de dinero. Estudiaremos si reclamamos", avanza el letrado.

Visiones contrapuestas

La notificación del ayuntamiento, a la que EL PERIÓDICO ha tenido acceso, reza que, "de acuerdo con el informe de los Servicios Técnicos del Distrito de l'Eixample de fecha 4 de diciembre de 2024, la titularidad ha dado cumplimiento a todos los requerimientos efectuados desde el distrito". Es decir que, como defiende Frigola, las mediciones sonométricas realizadas cuando la apertura era teóricamente provisional, entre el 11 y el 28 de octubre, no superan el umbral permitido.

Aun así, Frigola sostiene que el baremo utilizado por el consistorio no es el correcto. Señala que los servicios municipales establecieron el límite máximo de decibelios que se puede emitir en 55, al considerar la pista de uso deportivo y no escolar, pero afirma que el límite de decibelios a tener cuenta es de 65, el propio para uso escolar.

La decisión municipal disgusta a los habitantes del interior de manzana que presentaron quejas por contaminación acústica. Uno de los vecinos afectados por el ruido se ha mostrado tremendamente molesto con la decisión del consistotio. "Es una bajada de pantalones por parte del ayuntamiento", asegura. El vecino tambíen espera que, ahora que los salesianos ya tienen la pista disponible, "dejen de dar la brasa con que los niños no pueden hacer deporte". La mayoría de las personas que ha interpuesto reclamaciones por ruido acusan a la escuela de escudarse en los niños y utilizarlos como elemento de presión.

Por su parte, Gallego alega que "el desprecintaje se ha basado en un error a la hora de precintar" y señala al consistorio porque, a su juicio, "las mediciones se hicieron mal en su momento, midiendo las dos pistas juntas". Enfatiza que, de hecho, el estudio de tratamiento acústico que el ayuntamiento requirió al Esportiu Rocafort para valorar si levantaba el veto no cambia "absolutamente nada" en el pabellón. "Está exactamente igual que hace dos años. Simplemente, hemos demostrado que la pista cumple", zanja.

Los salesianos y el club deportivo emprendieron sendos contenciosos contra las órdenes de cierre. Gallego dice que el Esportiu Rocafort no retirará el litigio contra el consistorio. "Falta la otra pista y hubo una irregularidad importantísima al hacer las mediciones de sonido", esgrime.