El traslado de los bomberos a la avenida de Sarrià pierde el respaldo de Junts y PP

La unanimidad política con la que en julio de 2024 se anunció una carambola urbanística que, entre otras medidas, permitirá encontrar una nueva ubicación al parque de bomberos del Eixample, ha saltado por los aires. El Ayuntamiento de Barcelona ha dado, ahora sí, el primer paso administrativo destinado a trasladar ese parque de bomberos, que actualmente ocupa una porción de los jardines de Joan Miró, a la avenida de Sarrià, una decisión que ha despertado una encendida oposición por parte de los vecinos de esa zona de la ciudad. El proyecto requiere una modificación importante del Plan General Metropolitano (PGM), pues se trata de un solar que en su día se previó que algún día sería una zona verde, desde luego una urgencia en este distrito. Con los votos solo de PSC, Comuns y Esquerra, la medida ha superado el trámite de la aprobación inicial, es decir, que abre una fase de exposición pública y alegaciones. Hace solo medio año, Junts y PP no vieron impedimento alguno para salir literalmente en la foto que alumbró ese acuerdo. Ya no.

Hay matices en ello. Damià Calvet ha optado por anunciar una abstención, un modo de subrayar, en su opinión, que durante la fase de exposición pública quizá se puedan atender algunas de las quejas de los vecinos. El PP ha saltado directamente del sí de julio al no de diciembre, o sea, que se ha alineado con la posición de Vox, fuerza política que ni siquiera fue invitada a participar en aquella gran carambola.

La escuela y el Clínic

Los bomberos está previsto que vayan al triángulo que definen las travesías de Urgell, Londres y Sarrià, pero esa solo una de las patas de un acuerdo mucho mayor que permitirá, entre otras cosas, encontrar un hogar definitivo a la Escola Entença (actualmente instalada de forma precaria en la Modelo) y esponjar la atención sanitaria del Clínic. Ocuparán esos dos equipamientos, el educativo y el sanitario, el solar que durante décadas ocuparon los bomberos en la calle de Provença, junto al Mercat del Ninot.

Los vecinos reclaman que ese triángulo de la avenida de Sarrià, reconocible por la estación de servicio que hay en su esquina principal, sea una zona verde como está previsto en el PGM. Entre otras soluciones intermedias, algunos vecinos sostiene que un remedio sería construir un parque de bomberos subterráneo y que la superficie fuera un jardín. El problema es que la titularidad de todo el solar es privado. Para resolver ese contratiempo, el pacto anunciado en julio esbozaba un acuerdo con los dueños. A cambio de que cedieran a la ciudad el 75% de los terrenos, se les permitiría levantar una torre de oficinas. Ahí radica, en cierto modo, el nudo principal del conflicto.

El equipo de gobierno municipal sostiene que expropiar es inasumible (como poco, 30 millones de euros) porque la ley fija que el precio sea el que permitiría la edificabilidad máxima de un solar de esas características y no el de la zona verde. Para los vecinos, los propietarios obtendrán un beneficio desmesurado que debería ser enmendado.