Videojuego

El bombardeo de Barcelona, más que un juego

Un estudio crea un sencillo 'shot'em up' de las batallas aéreas de la Guerra Civil que viene aderezado con una completísima lección de historia

Bombardeo de Barcelona en videojuego. Captura de pantallas tanto del Gameplay como del documental previo

Bombardeo de Barcelona en videojuego. Captura de pantallas tanto del Gameplay como del documental previo / Pepes Games

Carles Cols

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Una lección de historia con ‘joystick’. Así podría definirse la tarjeta de presentación en sociedad de un pequeño taller de videojuegos, Pepes Games, del que de entrada hay que aplaudir su osadía, porque en un país como este, en el que hay fuerzas políticas que creen que no se puede estudiar historia sin tomar partido, ha lanzado un clásico ‘shot’em up’ nada menos que sobre las batallas aéreas y los bombardeos de la Guerra Civil. Barcelona tiene, cómo no, su pantalla a superar. Con la trama del Eixample como paisaje de fondo, un Polikarpov I-16 (la ‘mosca’, según los republicanos, la ‘rata’, según los fascistas) trata de impedir que la aviación italiana deje caer sus bombas sobre la ciudad los días 16, 17 y 18 de marzo de 1938. El juego no es nada nunca visto. Es un clásico matamarcianos. Lo realmente interesante es el aderezo. Y mucho. Por eso merece una crónica periodística.

Desde León, explica el propósito de esta aventura José María Martínez. No es un juego con pretensiones comerciales, dice. Es gratuito. Solo es, lo dicho al principio, una tarjeta de presentación de Pepe Games, para que el sector entienda qué pretenden sus socios en este campo del ocio. Algunos de ellos son cuarentones que crecieron con la emisión de ‘Érase una vez el hombre’, serie legendaria por lo que consiguió, hacer amena la historia, porque aunque siempre sería mejor leer a Edward Gibbon, Mary Beard o Ian Gibson para comprender el pasado, en caso de emergencia tampoco es mala opción tirar de la palanca, en este caso, de la del ‘joystick’.

La acción del juego, todo un clásico de las pantallas.

Pepes Games

El juego, todo hay que decirlo, no requiere una mano como la de Bosko Petrovic, piloto yugoslavo de las brigadas internacionales que, con la tricolor en las alas de un ‘chato’, o sea, al timón de la versión chica de la ‘mosca’, derribó por primera vez en la historia de los combates aéreos un Messerschmitt alemán, una aeronave hasta entonces con fama de inalcanzable y que en España, por esa imbatibilidad, causó gran terror. El juego es simple. Moverse a la derecha y a la izquierda, adelante y atrás, y acabar con todo cuanto viene por delante. Pero antes de cada aventura, antes de comenzar a disparar, una pequeña película de animación sitúa el contexto. Es ahí donde ‘Pato Martínez’, nombre del videojuego, brilla con luz propia.

El bombardeo de Barcelona es el décimo episodio. Antes, los jugadores han tenido que superar capítulos como el primer puente aéreo de la historia, con el que los sublevados unieron por aire el Norte de África y Sevilla, la ofensiva de Madrid, la batalla de Jarama, la de Guadalajara… En total son 13 los retos. No siempre se combate por la misma causa. En la sexta incursión, por ejemplo, la misión recrea sucintamente el ataque que por error efectuó el 27 de mayo 1937 la aviación republicana, cuando descargó sus bombas sobre el acorazado alemán Deutschland, fondeado en aguas de Ibiza.

Detrás de esos pequeños videos introductorios está el asesoramiento del historiador Carlos Lázaro Ávila, especializado precisamente en esa faceta, la de la guerra aérea, incluso desde los tiempos de los zepelines. Pero hay más. La web que da acceso a la descarga del juego es una pequeña pero deliciosa enciclopedia sobre todos y cada uno de los aviones que participaron en los duelos del aire durante la Guerra Civil, también sobre cómo aquella contienda fue un acelerador tecnológico de la historia y, por último, un repaso a quiénes fueron los principales ases de la aviación militar, personajes que, en algunos casos, no tenían ninguna larga trayectoria militar antes del golpe de Estado. Petrovic, sin ir más lejos, antes de 1936 era futbolista.

Una escuadra de bombarderos italianos penetra en el Eixample tras sobrevolar Montjuïc.

Una escuadra de bombarderos italianos penetra en el Eixample tras sobrevolar Montjuïc. / Pepes Games

Habrá quien se distraiga con el ‘shot’em up’, pero una forma de entretenimiento mucho mejor es sumergirse en el relato que brinda Lázaro Ávila y, por supuesto, con la manera en que Gregorio Gutiérrez, ‘Guti’ para sus compañeros de escuadrilla, relata como si nada aquella ocasión en que la artillería franquista impacto en su avión. Lo zarandeó como el viento a una hoja. Las balas y la metralla no solo atravesaron la cabina, que no opuso gran resistencia, porque era una fina chapa de madera, sino que también perforaron sus pantalones. Ni un rasguño sufrió, así que pudo contarlo a cámara antes de fallecer en Madrid, ya centenario, en 2016.

En un país que aún no ha hecho más que comenzar a sacar de las cunetas y los descampados a las víctimas de la Guerra Civil, la aparición de un videojuego sobre esta materia le podrá parecer a alguien una falta de tacto. No es, sin embargo, la primera ocasión en que el ocio corta un cable de esta materia tan explosiva. Hará ya unos 30 años que un juego de mesa tocó esta temática. Que, además, uno de los episodios haga referencia a Barcelona, podría herir sensibilidades en la capital catalana, o a lo mejor no, porque la lista de ocasiones que con anterioridad esa ciudad fue bombardeada (casi siempre por el ejército propio del país, no por un enemigo extranjero) es tan larga que atenúa el impacto. Es un terreno pantanoso, admite Martínez. Murieron miles de personas solo en los bombardeos, pero el conocimiento del relato histórico, más allá de las heridas, es ineludible.

Cuando comenzó la Guerra Civil, se calcula que había en España apenas 400 aviones, buena parte de ellos destinados al transporte civil y al reparto de correo. Durante los siguientes tres años, Alemania e Italia, por un lado, y la Unión Soviética, por otro, midieron sus fuerzas en cientos de combates aéreos, en una suerte de preludio de la Segunda Guerra Mundial. Hasta 19 tipos distintos de aeronaves participaron en aquellos combates. De cada uno de ellos ofrece Pepes Games una exhaustiva descripción escrita y, también, un retrato en tres dimensiones. En realidad, ya ven, el juego es lo de menos.