Hasta el 13 de mayo

Un expo rinde homenaje a 10 fotógrafas que jamás deberían caer en el olvido

La Agrupació Fotogràfica de Catalunya celebra sus 100 años en la Casa Elizalde con la obra de mujeres que rompieron moldes sociales y empuñaron una cámara

Carles Cols

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Con un título inmejorable, la Agrupació Fotogràfica de Catalunya (AFC), que este 2023 entra con honores en el selecto club de las entidades centenarias de la ciudad, ha inaugurado en la Casa Elizalde (calle de València, 302) una cautivadora exposición dedicada a las primeras mujeres que literal y materialmente tuvieron un objetivo. Podía ser de Leica, Nikon o Hasselblad, pero era un objetivo. La fotografía fue en distintos momentos del siglo XX, incluso en los años 50, una afición y un oficio considerado masculino. “Vete a casa a lavar platos”, le gritaron en una ocasión a Carme García Padrosa (Barcelona, 1915-2015) porque empuñaba una Kodak durante la posguerra. Durante décadas, la obra y la biografía de aquellas mujeres ha permanecido borrosa, así que la AFC, con gran acierto, le ha puesto por título a la exposición ‘Enfocades!’. No ha sido sencillo llegar hasta aquí. Tan desenfocadas estaban, que Victòria Bonet, socia a cargo de la investigación, ha dedicado cuatro años a reconstruir la vida de esas 10 pioneras. Es, gracias a ella, una muy recomendable visita cultural y reivindicativa de aquí al 13 de mayo, fecha de su clausura.

La Agrupació Fotogràfica de Catalunya comenzó a celebrar su centenario el pasado 28 de enero (en un gran acto celebrado bajo la cúpula del MNAC y que al final del texto será reseñado, pero solo para quienes no tengan alma de cántaro, allá ustedes) y lo seguirá haciendo a lo largo de todo 2023 con una batería de actos. No es para menos. Son dueños de una oceánica colección de negativos y positivos que de vez en cuando proporcionan agradables sorpresas, como en septiembre de 2022, cuando dieron a conocer que había hallado dos cajas con obras perdidas de Francesc Català-Roca.

Rosa Szücs del Olmo

La exposición de la Casa Elizalde es solo una etapa de la serie de actos previsto con motivo del centenario, pero menuda etapa, porque las fotografías que allí se exponen no son interesantes porque tras el visor y en la sala de revelado estuvieran mujeres, sino por su exquisitez técnica y por la calidad de los retratos.

Solo un año después de su fundación en 1923, la agrupación tuvo una primera socia, cierto, Mercè Villamur, pero parece que terminó por arrepentirse de dar aquel atrevido paso cuando se vio en mitad de un mundo absolutamente masculino, no porque los socios fueran unos espaldas plateadas de la fotografía, sino porque socialmente aquello estaba mal visto entonces.

A su manera, la Guerra Civil, con todo lo terrible que comportó, fue una fuente de inspiración, tal vez, porque llegaron a la península fotógrafas como Gerda Taro y Margaret Michaelis, así que cuando en la posguerra la AFC insistió en abrir sus puertas a las mujeres, el primer paso ya estaba medio dado.

Gloria Salas Bulbena

Lo que la exposición hace es un merecidísimo homenaje a 10 de las fotógrafas que un momento u otro de aquella etapa fueron socias de la agrupación, y el homenaje, como es de lo más lógico, se ejecuta a través de una selecta muestra de sus trabajos.

Forman parte de ese altar Montserrat Gili, paisajista y maestra en la técnica de la estereoscopia, Remei Rahola de Falgás, moderna como pocas en su época, en el vestir, en el ocio y en la fotografía, Carme García Padrosa, que lideró el grupo femenino de la AFC y desde ahí formó a las nuevas generaciones, Montserrat Vidal-Barraquer, que dejó un legado de imágenes de la vida rural de gran valor documental, Gloria Salas Bulbena, a la que búsqueda de las líneas y formas perfectas la llevaba a aguardar durante horas en busca del instante que deseaba capturar, Rosa Szücs del Olmo, qe puso el foco muy a menudo precisamente sobre las mujeres, Roser Oromí, a la que su cámara la acompañó alrededor del mundo, Conxita Viñals, que hizo de su hija una modelo sin la que su obra no sería la misma, Roser Martínez Rochina, la primera mujer que en España escribió crítica fotográfica y fue un referente en la materia, y, en décimo lugar, aunque perfectamente podría ocupar el primero, un caso aparte, que merece precisamente eso, un punto y aparte.

Gloria Salas Bulbena

La exposición incluye parte de la los trabajos fotográficos de Milagros Caturla, protagonista de forma póstuma de una historia reciente y entrañable, que hizo que se la definiera, no sin acierto, como la Vivian Maier de Barcelona. Todo comenzó cuando un turista estadounidense, Tom Sponheim, compró muy baratos unos negativos en los Encants y, de regreso a casa, los reveló si saber muy bien qué encontraría. Cuando tuvo las fotos positivadas en sus manos supo de inmediato que tenía un tesoro, pero no sabía quien estaba detrás de aquellas obras, así que, en un gesto que siempre le agradecerá la AFC (a la que, por cierto, terminó por donar los negativos), pagó de su bolsillo una campaña en Facebook en busca de pistas sobre aquellas imágenes.

Carme García Padrosa

En 2017, quien esto firma se apuntó rápidamente a la búsqueda de ese grial, aunque quien realmente fue la Indiana Jones de aquella aventura fue Begoña Fernández, fascinada también por aquel misterio desde que leyó sobre él y que falleció prematuramente el año pasado. Ella consiguió, tras un trabajo de biblioteca no apto para impacientes, descubrir que aquellas fotografías eran obra de una mujer, Caturla, socia de la agrupación desde 1957.

A lo mejor algún lector habrá reparado que un mínimo denominador común de las nueve primeras eran sus posibles, hijas de familias en general acomodadas. Caturla tenía el mismo don que ellas, pero su vida cotidiana, como funcionaria de la Diputación de Barcelona, era bien distinta. Su caso merece esta explicación porque resume muy bien el título de la exposición. La suya era una imagen muy desenfocada, por distintas razones, pero entre ellas, sin duda, ser mujer. Solo a modo de apunte, ingresó en la AFC el mismo año que Joan Colom, todo un referente. Ni de él ni de ella se puede discutir la calidad de su obra, y, sin embargo, cuán distinto le fue a cada uno en el olimpo de la fotografía.

Milagros Caturla

La cuestión, ya apuntada al principio, es que este es el centenario de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya, una asociación que, por si alguien cree que anduvo algo renqueante en algún momento, ha decidido reivindicarse no como una gloria del pasado, sino también como un actor cultural con gran futuro. La prueba del nueve fue esa sesión inaugural celebrada en el MNAC, donde el presidente de la AFC, Pere Puigdollers, tuvo la brillante chispa de invitar como conferenciante al siempre gamberro Joan Fontcuberta, fotógrafo varias veces premiado por esa faceta artística, pero que prefirió ser presentado también, aquel día, como “saltimbanqui, crítico taurino, agente de seguros, actor porno y domador de pulgas”, ocupaciones que, según él, ha simultaneado con sus etapas profesionales como periodista y publicista.

Milagros Caturla

El caso es que ante una audiencia más bien entrada en años, Fontcuberta fue muy original a la hora de exponer cómo el gusto por la fotografía contraviene uno a uno todos los mandamientos con los que Moisés bajo del monte Sinaí. Su conferencia, acompañada con fotografías ilustrativas, fue un ‘crescendo’ de que resultaba muy difícil abstraerse, sobre todo, claro, cuando llegó al sexto. Entonces mostró en pantalla la obra de una fotógrafa que ha explorado fronteras inalcanzables para los hombres. Es Dani Lessnau, neoyorquina, una artista que quiso convertir su propio cuerpo en una cámara fotográfica y que caray si lo consiguió. Introdujo una minúscula y muy rudimentaria cámara estenopeica (o sea, un recipiente con trozo de película sensible al fondo y un pequeño agujero en la tapa) en su vagina para, desde ahí, retratar a sus amantes antes de pasar a la acción. Merece la pena ir en busca de esas fotografías en internet. No solo es el método. Es el resultado. Y sirve además de colofón para subrayar que la historia de las fotógrafas comenzó tarde, más que la de los hombres, pero que hoy en día a están a la par.