UNA HISTORIA DEL EIXAMPLE... Conservatori Municipal de Música

Música en un castillo de hadas del Eixample

El edificio neogótico que acoge el Conservatori Municipal de Barcelona cumple 90 años como referente para la cultura

El Conservatori Municipal de Música, en la esquina de las calles de Bruc y València.

El Conservatori Municipal de Música, en la esquina de las calles de Bruc y València.

Anna Rocasalva

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Toda escuela antigua tiene el típico desván, un lugar que despierta fascinación y temor a los alumnos, y crea leyendas generación tras generación. Si existiese una clasificación de trasteros escolares, las dos torres neogóticas del Conservatori Municipal de Música de Barcelona (Bruc, 110-112) se llevarían la palma. Hasta los exalcaldes Hereu y Trias quisieron visitarlas. Y quién sabe si un jovencísimo Pau Casals no subiría a interpretar alguna pieza de Bach en la soledad de las alturas. Y es que no es para menos.

Ideado por el arquitecto municipal Antoni de Falguera, el edificio que ocupa el conservatorio parece un castillo de cuento de hadas modernista. La fachada principal, coronada por las dos torres circulares, contiene las figuras de unas musas de la música y sus discípulos, del maestro Eusebi Arnau. Y unos coloridos vitrales rematan el grupo escultórico y bañan con luz mortecina el interior la sala Enric Morera. Conocida popularmente como La Sala Roja, por su decoración carmesí aterciopelada, recuerda a una capilla gótica, solo que en vez de altar, hay un piano de cola.

Nombres en cerámica

Pero la joya de la corona es el patio principal, culminado por una gran claraboya policroma, y decorado con los nombres en cerámica de compositores ilustres como Mozart, Beethoven o Chopin. "Nosotros la llamamos La Pecera", comenta el director Albert Llanas, mientras da una palmada para demostrar la buena sonoridad de la sala. "Está restaurada pero el mobiliario data de la inauguración de 1928", añade Maria Lluïsa Ibáñez, catedrática jubilada de arpa.

El pasado 27 de febrero, el edificio cumplió 90 años. Ironías de la vida, "fue inicialmente proyectado para ser una escuela de sordomudos -explica Lito Iglesias, profesor de violoncelo- pero al poco de empezar las obras se le dio otra finalidad". La institución, que entonces se llamaba Escola Municipal de Música, ya tenía 40 años de trayectoria. Y es que "el consistorio la creó en el 1886 para proveer músicos a la banda municipal de la ciudad", afirma Ibáñez.

A partir de ahí, el conservatorio se ha convertido en un referente en toda Catalunya, teniendo por alumnos, maestros y directores a grandes figuras de la música catalana. Y hasta el año 2001, también se impartían en él los cursos de grado superior. "Pero con la nueva ley educativa, la Generalitat se quedó con esta competencia y creó el centro privado Esmuc", lamenta la catedrática de arpa.

Y es que el conservatorio ha sido el reducto de la música y la cultura durante las épocas más oscuras. "No se pararon las clases ni durante la guerra", explica Iglesias. El régimen franquista sometió a los profesores y directores a una rigurosa investigación, animándoles incluso a delatar a propios compañeros, "pero los responsables aguantaron y gracias a ellos estamos aquí", afirma el profesor de violoncelo. "Además, la música es un lenguaje universal y no se puede perseguir", concluye.

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