"Mi educación tiene valores del barrio de la Sagrada Família"

Sus padres, una granadina y un extremeño, se instalaron en el Eixample barcelonés, en el barrio de Sagrada Família. En él nació Elena Gadel, que llegó al mundo en 1982, en el Hospital de Sant Pau, a pocos metros de donde vivió hasta los 20 años.

Desde entonces, la cantante ha residido en otras zonas del Eixample, y en los distritos de Gràcia y Sarrià, además de una época en la que lo hizo en Madrid. Ahora vive en el barrio de Gràcia, pero a muy pocos metros de las calles que configuran su barrio de infancia, repleto de recuerdos. Olores, sabores, espacios y amistades de aquellos 20 años guardan en el barrio de la Sagrada Família, todavía hoy, lo que hace posible que, pese al transcurrir de los años, esta vecina que se dio a conocer en el 2002, en el programa Operación Triunfo (TVE), regrese a esa etapa de la vida, para ella tan especial. «La infancia es ese tiempo de la vida en el que te sientes a salvo. Al menos la mía fue una infancia muy feliz y cada vez que vuelvo a mi barrio conecto de nuevo con aquella sensación de protección, de seguridad y felicidad», expresa la artista, que del 2006 al 2010 protagonizó Grease, el musical de tu vida, en el que era Rizzo.

Camino a las Dominicas

De pequeña, en el paseo diario desde su casa hasta el colegio de las Dominicas (Mallorca, 349), Elena Gadel atravesaba la plaza de Gaudí en la que se impregnaba «del olor a las plantas» -explica- que envuelven al lago. En sus aguas se reflejan, a cierta hora del día, las torres de la Sagrada Família, el monumento que da nombre al barrio y que, en la opinión de la cantante, es motivo de «orgullo para los vecinos que tenemos tan cerca esta obra especial de Gaudí». «De mi etapa de niña solo recuerdo haber subido a una de las torres y la oscuridad», rememora. «Pero en mis visitas más recientes he descubierto un gran espacio nuevo y superbonito, como toda la obra de Gaudí», añade Gadel. «Creo que esta obra le aporta al barrio unos valores, de trabajo, constancia, equilibrio y humanidad», apunta. «El barrio de la Sagrada Família es, además, un barrio de gente muy normal, de todas las edades, aunque hay, pienso, más gente mayor», declara la vecina, que el pasado 18 de mayo presentó su último disco, Delicada, en Luz de Gas.

En su nuevo trabajo discográfico hay una canción, Con tu andar, que la cantante le ha dedicado a su padre. «Es un premio porque me ha educado muy bien, y eso tiene mucho que ver, también, con el hecho de vivir en un barrio tranquilo, con gente de todas las edades, con un vecindario fácil, sencillo, llano, próximo, un barrio con valores no materialistas. Mi educación tiene valores de la Sagrada Família», señala Gadel, que nunca ha actuado en el barrio, aunque  le encantaría hacerlo. El próximo domingo, 15 de junio, lo hará en la sala Voilà de Manresa, y el 10 de julio, en el espacio Nunart, un viejo convento en la calle de Telègraf, 67-71, en el barrio del Guinardó.

Coral, estudios y café

«De cada rincón del barrio de la Sagrada Família -afirma Gadel- guardo un recuerdo». «Siento nostalgia al ver las tiendas que conocí y que más tarde han cerrado», expresa. «Sigo quedando con amigas con las que estudié. Somos tres o cuatro, que nos reunimos, con padres y novios y hacemos una fideuá, bacalao o fabada, depende de la casa en la que lo hagamos cada vez», explica Gadel, que se inició en el mundo de la música en la coral del colegio de las Dominicas. «Empecé a los 6 o 7 años. Ensayábamos los domingos. Y el primer bolo  como profesionales fue en el Jazzsí del barrio de Sant Antoni, delante del Taller de Músics. Yo tenía entonces 14 años», declara la artista, que este año actuará en un musical en un teatro de Barcelona y cuya presentación oficial está prevista para el mes de julio. Antes, el 13 de julio, actuará en la Nit de Musicals, junto a otros artistas como el compositor Albert Guinovart, Dani Anglès y Nina, en el Grec, y el 18 de julio presentará su nuevo disco en el Festival Emergent de Girona.

La portada de ese nuevo disco es una imagen de Gadel con una taza de café. «El primer sorbo de café del día es el que me activa, el reset que me pone a punto para empezar la jornada. Y me gusta hacerlo, siempre que puedo, fuera de casa, es algo que copié de mi padre», afirma.

También siempre que puede, los sábados o los domingos por la mañana, entra en la Biblioteca Sagrada Família, donde repasa sus apuntes de Educación Infantil, la carrera que prepara a distancia quien siempre quiso  ser maestra. «La vida, si no haces lo que deseas, no tiene sentido», recalca la cantante, que abraza su nuevo disco como uno de esos proyectos personales «que todo el mundo debería tener». «Es superimportante, más en momentos de crisis, aferrarte a tu esencia», afirma.