Restricciones por el COVID

Los universitarios catalanes, desconcertados con el cierre de aulas

Un profesor imparte clase en el Campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra este martes

Un profesor imparte clase en el Campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra este martes / periodico

Andrea Santos / Oriol Lara

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las universidades catalanas ya han tomado las medidas pertinentes ante las recomendaciones de Salut Pública para reducir al máximo la presencialidad de las clases y evitar el contacto social entre sus alumnos. De este modo, las clases presenciales pasarán a ser telemáticas a partir del jueves 15 de octubre y por un período de 15 díasLas actividades presenciales de este miércoles se efectuarán a no ser que el profesorado haya avisado con antelación la cancelación de las mismas. 

Los estudiantes por su parte se muestran desconcertados ante los cambios constantes que se están produciendo. Los rectores de sus respectivas universidades ya han enviado el comunicado con las nuevas medidas que se van a implantar en los próximos días. A muchos ya les han cancelado las clases presenciales que tenían esta semana. A otros, todavía no. Marc Morgó, estudiante de tercero de Ingeniería de Caminos de la UPC, asegura que algunos de los docentes no han cancelado aún la actividad presencial de esta semana. Todo apunta que el próximo lunes las clases serán virtuales. En cambio a Clara Caralps, que estudia Humanidades en la UPF, le “han anulado los seminarios presenciales hasta nuevo aviso”.  

Descontentos con el formato

Las clases on line son difíciles, suelen ser menos extensas que las presenciales y parece que los problemas técnicos, como son problemas de audio e imagen, son inevitables.  La tónica general es una crítica hacia la dificultad de seguir estas clases.

Edith Barron, estudiante de Derecho de la UPF habla de esta situación: “Muchas clases este año están siendo casi ridículas, tengo profesores con mala conexión que a mitad de clase el audio se les corta y es difícil seguirlos. Con el dineral que hemos pagado por la matrícula no sé cómo no se está haciendo nada, es de chiste la situación”

"Con el dineral que hemos pagado por la matrícula no sé cómo no se está haciendo nada, es de chiste la situación"

Edith Barron

— Estudiante de Derecho en la UPF

Profesores que no se adaptan

Hay que tener en cuenta que estas nuevas medidas no solo afecta a estudiantes, sino que es una realidad que muchos profesores se han visto obligados a adaptarse forzosamente al nuevo estilo de clases. Xavier Cucurella, estudiante de Turismo de la UdG, comenta la diferencia en la actitud de dichos profesores: “Se nota la desgana de los profesores a la hora de adaptarse a la nueva manera de dar clases. Es decir, no tienen muy en cuenta la participación de las clases online.”

"Se nota la desgana de los profesores a la hora de adaptarse a la nueva manera de dar clases"

Xavier Cucurella

— Estudiante de Turismo en la UdG

Pocos profesores parecen saber utilizar estos recursos on line que desde las universidades han puesto a su alcance, para otros incluso admiten no saber utilizar algunas de las plataformas de videochat. María Rodríguez, estudiante de Filología Hispánica en la Universitat de Barcelona (UB) comenta este problema. “En mi carrera muchos de mis profesores son bastante mayores y quieras que no, se nota que les cuesta, al final es un problema tanto para ellos como para nosotros. Creo que desde la universidad deberían asegurarse de enseñar a profesores a usar estas plataformas correctamente”, indica. 

El piso de estudiantes, un drama

Muchos universitarios que residen fuera de Barcelona se hallan en la disyuntiva de tener que pagar un piso para hacer la mayoría de las clases telemáticas. Maria Puig, estudiante del grado de Comunicación e Industrias Culturales, comenta que hasta la semana antes de empezar el curso, la UB no les comunicó cómo se iban a realizar las clases y se muestra contundente: “¿Cómo puedo alquilar un piso si hasta la semana antes de empezar no sé cómo funcionará el curso?”. La desorganización de las clases supone según Aitana Santos, una estudiante de Odontología de la misma universidad, que a veces tenga clases presenciales una vez a la semana y otras veces todos los días. Sin embargo, ambas entienden la incertidumbre y la excepcionalidad de esta situación. 

"¿Cómo puedo alquilar un piso si hasta la semana antes de empezar no sé cómo funcionará el curso?"

Maria Puig

— Estudiante de Comunicación e Industrias Culturales de la UB

La modificación de los horarios y la semipresencialidad de las actividades docentes han originado situaciones incongruentes. Los estudiantes se encuentran con que en el mismo día deben asistir a una actividad presencial y luego a una on line, con el retraso que supone el desplazamiento. Además, los viajes que realizan estos universitarios suelen ser en transporte público. Así pues, la medida tomada por las universidades también busca evitar que se efectúen estos desplazamientos y a su vez, que los estudiantes puedan llegar a tiempo a las clases telemáticas. 

El Govern se ha comprometido a financiar con 20 millones de euros la adaptación de la docencia virtual para paliar la situación en la que tanto estudiantes como profesores se encuentran a causa de la pandemia. En junio las universidades junto al Govern pactaron los nuevos modelos de docencia híbridos que a día de hoy se implementan, aunque de momento siguen siendo ineficaces frente a la situación actual.

Por su parte, el Consell de l'Estudiantat de les Universitats Catalanes (CEUCAT) ha emitido un comunicado en el que considera que la decisión de reducir las clases presenciales afecta directamente a la calidad docente, que ya se había reducido notablemente debido a la pandemia. Además, pide acciones immediatas para mitigar la brecha digital y alude a las autoridades a encontrar soluciones para que no se repita esta situación.