VUELTA AL COLE

Los sindicatos de educación de Catalunya abjuran de los grupos burbuja y amenazan con una huelga

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Carlos Márquez Daniel

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Los sindicatos han dado dos horas de tregua al Departament d'Educació. A las 11 horas, y precisamente frente a la sede de la 'conselleria', en la Via Augusta de Barcelona, han puesto sobre la mesa una serie de reivindicaciones, un compendio de lo ya expuesto en fechas recientes, y han amenazado con impulsar una huelga si no se les tiene en cuenta. Piden menos alumnos por clase y muchos más profesores. Bajo la premisa de que los grupos burbuja no van a funcionar y que pronto van a empezar a cerrar escuelas.

La queja, en forma de manifiesto, lleva la firma de los sindicatos Ustec-Stec, CCOO, Intersindical CSC, Sindicat de Professors de Secundària, CGT, UGT y Feusoc. Piden al Govern que reduzca la ratio de infantil a 10 alumnos per clase, y la de primaria, secundaria y bachillerato, a 15. Reclaman también más personal docente (40.000 profesionales, mientras que el Govern ha anunciado poco más de 8.000) y garantizar que los profesionales de la educación reciben material sanitario en condiciones. Tras escucharles, queda claro que para nada comulgan con la teoría de que los grupos burbuja evitarán que el covid-19 se haga fuerte en los centros educativos.

La idea es que si hay un positivo en una aula, solo se van para casa los alumnos que conviven entre esas cuatro paredes. Y su profesor. Ramon Font, portavoz de Ustec-Stec, ha sido muy transparente al respecto: "Los grupos burbuja son una entelequia que solo existe en la cabeza de los técnicos".  

Así las cosas, los sindicatos han anunciado que están "explorando fórmulas de movilización para este mismo septiembre", incluso antes de saber cuál es la incidencia del inicio de curso, cosa que tardará un par de semanas en conocerse con algo más de detalle. Preguntado sobre si las medidas implementadas hasta la fecha permitían abrir los colegios con seguridad, Font ha asegurado que no, que los colegios, con los planes de organización y las medidas de seguridad aportadas por la 'conselleria', no deberían haber empezado a operar.