SITUACIÓN LÍMITE EN LA ENSEÑANZA SUPERIOR

Universidades públicas catalanas, 240 millones más o caída del sistema

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Carlos Márquez Daniel

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El paraninfo de la Universitat de Barcelona se alquila por 6.000 euros al día. Eventos, rodajes, lo que sea menester; siempre dentro de un orden. Dispone de wifi, equipo de sonido y pantalla, amén de todo tipo de mobiliario histórico, ventanales, pinturas y elementos ornamentales. Y capacidad para casi 500 personas. Eso sí, se pasa algo de calor y el proyector dispensa una imagen algo borrosa. Son las cosas de la estrechez presupuestaria que arrastra la universidad pública catalana, que este martes ha reunido a sus ocho rectores precisamente en esta sala y precisamente para poner el grito en el cielo ante la falta de financiación de la enseñanza superior. El miércoles se ven con el 'vicepresident' Pere Aragonés (ERC), el guardián del dinero de la Generalitat, así que esto ha sido, además de un grito de socorro, un claro mensaje de unidad antes de salir al barro

"Tampoco tenemos dinero para una pantalla de leds, esto no es el campo del Barça". Joan Elias, rector de la UB y presidente de la Associació Catalana d'Universitats Públiques (ACUP), parecía improvisar al referirse a las carencias del acto. Pero no. Lleva semanas, meses, advirtiendo de que la situación en las facultades que dependen del erario público es "crítica", que el momento de no retorno está cerca. Para la crisis climática, ese peldaño se sitúa en el 2030. Para la universidad, el precipicio está mucho más cerca. Porque las plantillas envejecen, los jóvenes investigadores no tienen oportunidades, porque el talento se harta y se marcha, porque los edificios se caen a trozos, porque las aulas necesitan renovar material. Todo eso se traduce en unos 240 millones de más (100 de ellos, para mantenimiento) que los rectores esperan que el Govern destine a sus negociados. Ahora reciben 766 e imploran volver a los 908 millones del 2009, cuando todo cambió.

Y ya puestos a compartir deseos, también quieren que el presupuesto para universidades escale hasta los 1.300 millones en el 2022. Todo, bajo la sospecha -"lo sé de buenas fuentes", dijo hace unos días el propio Elias- de que el Departament d'Economia i Hisenda no tiene previsto incrementar la partida en un solo euro. "Nosotros decimos basta, somos una parte esencial del país, el 1,7% del PIB, empleamos a cerca de 60.000 personas y, aunque no solemos levantar la voz y no nos gusta el ruido, debemos denunciar la situación crítica en la que nos encontramos", ha resumido el representante de la UB, acompañado en la zona noble del paraninfo por sus colegas de la Universitat Rovira i Virgili (Maria José Figueras), la Universitat de Lleida (Jaume Puy), La Politècnica de Catalunya (Francesc Torres), la Autònoma de Barcelona (Margarita Arboix), la Pompeu Fabra (Jaume Casals), la Universitat de Girona (Quim Salvi) y la Oberta de Catalunya (Josep A. Planell).

"Ecosistema del conocimiento"

Al acto de reivindicación le ha precedido, por la mañana, la apertura del curso universitario de la UB, que ha contado con la presencia de la 'consellera' de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón (PDECat). En el mismo evento, la representante del Govern ha asegurado que las universidades "son pieza central en el ecosistema del conocimiento catalán". Chacón ha cifrado el aumento de financiación necesario en 70 millones de euros anuales en los próximos cinco años, más otros 100 que se destinarían a la detección, ayuda y acompañamiento de los centros de investigación. ¿Cuadra eso con la sospecha de crecimiento cero en las cuentas del 2020? Son las cosas competenciales: el cómo lo gestiona Chacón, el cuánto lo decide Aragonés, con el plus de pertenecer a partidos distintos de un mismo poder ejecutivo. Todo ello, en un clima preelectoral y a las puertas de la sentencia del Supremo sobre el juicio del 'procés.' 

La rectora de la URV se ha encargado de leer el manifiesto que la ACUP ya hizo público en julio y que resume cuál es la situación y de qué manera, a su modo de ver, se puede resolver. Al margen de la cuestión monetaria, los responsables de las universidades públicas exigen una "reducción progresiva de las tasas universitarias hasta alcanzar una rebaja del 30%". Ese porcentaje ya ha sido debatido y aprobado en varias ocasiones en el Parlament, pero es lo que tienen este tipo de resoluciones, que son tan aplaudidas como poco vinculantes. La última vez fue en junio, con todos los grupos a favor, a excepción, lógicamente, del Govern. Elias ha lamentado que los costes de los recortes "se hayan transferido a las familias catalanas"

Tras el acto se ha formado un reducido corrillo de rectores en el que este diario ha intentado recabar un poco cuál puede ser la hoja de ruta a partir de esta enésima pataleta dialéctica de un colectivo que engloba a cerca de 200.000 estudiantes. Hay unanimidad en que una huelga o un paro de la universidad no es el camino. Por ahora. "Si hace falta, lo haremos, pero no estamos en este punto", ha detallado Figueras. Parece claro que la palabra, aunque cada vez más contundente, seguirá siendo el arma para intentar reblandecer al Govern. Ya lo consiguieron un poco tras el manifiesto de julio y la posterior reunión que mantuvieron con Quim Torra y Chacón. A través de Twitter, el 'president' aseguraba ese mismo día que la universidad es "una prioridad social" para la Generalitat.

Este miércoles podrá calibrarse hasta qué punto eso es así. El punto de partida es inquietante: Catalunya es la quinta comunidad que menos PIB destina a la enseñanza pública superior. Ya lo dijo la rectora Arboix en junio: "El país que se niega a potenciar la enseñanza superior se niega al progreso".