TRANSFORMACIÓN EN LOS COLEGIOS

Educació lleva la escuela innovadora a toda Catalunya

Alumnos en una escuela

Alumnos en una escuela / periodico

Carlos Márquez Daniel

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La nueva escuela va ganando terreno en Catalunya, con sus métodos pedagógicos, más de capacitación que de contenidos, más de ganar autonomía que de muscular la memoria, más de dar respuesta a los retos de la sociedad que de seguir el dictado de un libro de texto. Barcelona y su zona de influencia pusieron en marcha un plan hace dos años para crear una red de colegios innovadores, con el objetivo, o al menos este era uno de ellos, de fomentar la igualdad de oportunidades, de evitar esa fea escala de centros de primera y de segunda. El Departament d'Educació ha anunciado este miércoles su intención de hacer llegar este modelo educativo a todos los rincones de Catalunya. Se hará también en red, bautizadas como redes de mejora, de la mano de las administraciones municipalistas y de los ayuntamientos, con la entrada en la 'conselleria' de Escola Nova 21, entidad privada que trabaja para extender la revolución educativa. 

El anuncio llega en un momento en el que los institutos entregan las notas del primer trimestre a los chavales, con muchos centros incorporando ya las nuevas calificaciones, que serán obligatorias a final de curso y que eliminan la puntuación numérica para substituirlas por letras que definen el nivel de asimilación de las materias por parte del estudiante. Es esta, pues, una primavera educativa que no viene de golpe y que, en resumen, busca cierta coherencia entre lo que se aprende en las aulas y lo que se requiere en el mundo real. La noticia, sin embargo no ha sentado bien a la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac), que a través de Twitter ha lamentado la "privatización" del sistema educativo público. Carles Martínez, secretario de Polítiques Educatives, ha negado la mayor y ha recordado que es Educació quien liderará todo este proceso. "No comparto este punto de vista porque es justamente todo lo contrario", ha resumido.  Lo liderará y también se supone que lo pagará, pues está por ver qué cantidad destinará la Generalitat a la formación del profesorado de cara a asimilar el nuevo modo de moldear a los alumnos

El Govern articulará la escuela innovadora con el concurso de la Associació Catalana de Municipis y la Federació de Municipis de Catalunya, bajo el paraguas de Escola Nova 21, que ayudará a crear una red de actualización educativa más allá del área metropolitana de Barcelona, donde esta malla ya funciona con éxito de la mano de la Diputación. En el acto de presentación, las alcaldesas de Sant Cugat, Santa Coloma, Sant Vicenç dels Horts, Montcada i Reixac y el alcalde de Cerdanyola han roto una lanza a favor del papel de los consistorios en materia educativa a pesar de carecer de competencias. "Enfrentarse al modelo anterior no es fácil, por eso debemos poner en valor el papel de los profesores", ha resaltado la edila Núria Parlón

Una comisión mixta, con expertos de todas las partes implicadas, velará por el correcto funcionamiento del invento. El proyecto tiene fecha de caducidad, el 31 de julio del 2020, momento en el que está previsto que Escola Nova 21 se extinga. A partir de entonces, se espera que los centros educativos dispongan de un cierto rodaje como para que esa relación funcione de un modo natural, como para que el trabajo en red y las nuevas técnicas formativas ya sean imparables. Si todo va según lo previsto, y en palabras de Martínez, la escuela innovadora podría ser una realidad en toda Catalunya en el plazo de una década. "Hay que hacer una planificación a corto, medio y largo plazo, pero tenemos previsto que la calidad educativa llegue a todas las escuenas en los próximos 10 años".

Nuevas formas de evaluar

La melodía de la iniciativa seguro que les suena: trabajo por proyectos y colaborativo, materiales variados, menor apoyo en los libros de texto y, sobre todo, nuevas formas de evaluación. Las notas renovadas van en ese sentido, pero son solo un pedacito de la paleta de propuestas que buscan que el estudiante sea capaz de prosperar académicamente, más por el camino que realiza que por la calificación final. Eso incluye, tal y como señala el plan, utilizar técnicas como la rúbrica, un sistema de autoevaluación y coevaluación con el que los alumnos disponen de una pauta para saber qué criterios deben seguir y a qué nivel para desarrollar una tarea concreta. Son muchos los centros públicos que ya la usan, con muy buena aceptación tanto por parte de los chavales como del claustro de profesores.

Eduard Vallory, director de Escola Nova 21, ha destacado la "transversalidad del proyecto", habida cuenta de los "distintos colores políticos" que conforman los municipios que se sumarán a la iniciativa, así como el hecho de sumar tanto al Govern como a las diputaciones o los consistorios, que son, en definitiva, "los que más controlan y conocen el territorio". Ha insistido en la necesidad de conseguir "alianzas amplias" para generar este cambio educativo y ha recordado que el objetivo último es conseguir que cualquier niño "encuentre en cualquier escuela una experiencia gratificante de aprendizaje que aporte respuestas a los retos de su vida y de la sociedad en general". Esta entidad ya ha conseguido aglutinar a 500 centros, el 68% de los cuales son públicos y el 15%, de alta complejidad. "El liderazgo -ha señalado Vallory- pasa ahora a manos de la 'conselleria'; nuestra función será ahora más operativa".  

Los centros contarán con el apadrinamiento de personal de Educació que, de la mano de Escola Nova 21, “testará, evaluará y supervisará los procesos de cambio y las acciones de formación vinculadas, extrayendo las evidencias y los aprendizajes que permitan generalizar este procedimiento de transformación de los centros educativos”. Siempre bajo el mismo prisma, el de una educación de calidad, inclusiva y equitativa.