Libros de aclamación escolar

Entrega de los premios Atrapallibres

Entrega de los premios Atrapallibres / periodico

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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¿Es posible que un chico de 12 años encuentre atractivo, o mínimamente interesante, un relato en el que el protagonista jamás utiliza palabras que contienen la letra 'a'? ¿Por qué ese libro extraño, casi un bicho raro, escrito a base de sinónimos, lipogramas y juegos de palabras, se ha convertido en una de las lecturas escolares preferidas de los estudiantes catalanes este curso? “Es que es un libro que engancha: por la historia, porque nunca eres capaz de anticipar lo que dirá el protagonista… Y porque, aunque usa palabras difíciles de entender, acabas entendiéndolo todo”, explican Guillem, Xènia y Enric, alumnos del instituto público Carles Vallbona de Granollers (Vallès Oriental).

Ellos tres, y otros 5.500 estudiantes, han formado parte del jurado popular que ha decidido, casi por aclamación, que ‘El signe prohibit’, obra del madrileño Rodrigo Muñoz Avia, es el mejor libro escolar de este 2015-2016 para los alumnos de sexto de primaria y primero de ESO. La votación, hecha en el seno del premio Atrapallibres, que organiza el Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil, también ha distinguido a la novela ‘Amics monstruosos’ de la escritora Anna Manso, en la categoría de lectores de 9 años, y a la autora Laia Longan y su libro ‘Jo que vaig dormir amb lleons’ en la categoría de 10 años.

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En ‘El signe prohibit’, el protagonista, un niño llamado Jordi, se refiere a sus padres como “sus progenitores”. “Es más, cuando ha de hacer referencia a su madre habla de su progenitor femenino”, explica divertido Rodrigo Muñoz. Inicialmente, prosigue, intentó escribir toda la novela de este modo, pero al final desistió. “Creo que el resultado habría sido muy difícil de entender para un público escolar”, admite el autor, que también ha sido galardonado con el premio Edebé de literatura infantil.

HOMENAJE A PÉREC

Muñoz optó porque solo fuera el protagonista quien se expresara con lipogramas, omitiendo las palabras con A. La novela, a medio camino entre la historia policiaca (el argumento gira en torno a la desaparición de una amiga del protagonista) y los juegos con el lenguaje, consigue, pese a todo, un tono ágil y entretenido.

“Yo estaba loco por saber cómo iba a responder Jordi a algunas de las preguntas que le hacían”, interviene Enric, que ha preparado unas cuantas preguntas para el escritor, aprovechando el acto de entrega de premios celebrado este martes. “¿Cómo se le ocurrióu una idea así?”, interroga el joven. “La inspiración vino de un autor francés, Georges Pérec, que a mí me gusta mucho y al que, en cierto modo, he querido rendir homenaje”, responde el autor.

“El de escritor es un oficio muy solitario y solo haber tenido la posibilidad de ver las caras de algunos de mis lectores ha sido ya todo un premio”, ha destacado Muñoz en el acto de entrega de los galardones.