EMPRESAS

Casa Tarradellas invierte 25 millones en un segundo molino propio en Vic (Barcelona)

La nueva instalación permite moler 12,5 toneladas de trigo por hora y amplía su capacidad hasta las 30 toneladas de trigo por hora

Interior del segundo molino de Casa Tarradellas

Interior del segundo molino de Casa Tarradellas / 'activos'

Natàlia Ríos

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Casa Tarradellas ha invertido 25 millones de euros en la construcción de su segundo molino propio en Vic (Barcelona). La nueva instalación permite moler 12,5 millones de toneladas de trigo y, junto al primero, inaugurado en 2010, amplía su capacidad de moler hasta las 30 toneladas de trigo por hora, cereal que utiliza para la fabricación de pizzas y masas frescas. El objetivo es ser el segundo eslabón de la fabricación de sus productos, después de recibir el trigo de más de 200 agricultores de la zona, "nos aseguramos una parte de la producción con una trazabilidad y control de calidad totalmente supervisado", explica Joan Clotet, gerente de la unidad panificadora y alimentaria del grupo.

El nuevo molino, construido por la compañía suiza Buhler, cuenta con 1.800 metros cuadrados de superficie y realiza todo el proceso desde la limpieza del trigo hasta la recepción y ajuste de la mezcla de harina específica para cada producto y su posterior almacenamiento. Para la elaboración de sus productos, el 50% de los cuales son pizzas frescas, se utilizaron el año pasado unas 100.000 toneladas de trigo. El 10% del total de la producción se exporta a Europa. Junto a la puesta en marcha del segundo molino, Casa Tarradellas ha integrado también un nuevo centro de investigación dedicado al estudio y selección de las harinas para asegurar los estándares de calidad que requiere la compañía.

Casa Tarradella -que elabora 15 variedades de pizzas frescas, 9 patés, loncheados de jamón cocido y bacon, 6 variedades de masas frescas, el fuet espetec y mixtos- nace en 1976, cuando Josep Terradellas y Anna Falgueras, abrieron un obrador al lado de la masía que tenían en Gurb, la casa familiar, donde también había una sala de venta y de degustación de los embutidos tradicionales que elaboraba la familia. El proyecto inicial fue creciendo "siempre muy fieles a ese origen rural al que pertenecemos", explican desde la compañía, pero que ha ido evolucionando "desde la inquietud por la innovación y la calidad". "Esa personalidad inquieta e innovadora se traduce en la gama de productos actual del grupo".

El volumen de negocio de la compañía alcanzó los 1.378 millones de euros en 2023, cifra que supone un aumento del 18% respecto al ejercicio anterior. La inversión en investigación y desarrollo asciende a 40 millones de euros. El grupo se reparte en 18 centros de producción en un área de 20 quilómetros en la comarca de Osona, cada uno de ellos con un laboratorio de calidad donde trabajan un total de 60 personas. Las instalaciones del grupo cuentan con más de 200.000 metros cuadrados de superficie fotovoltaica.

Ahora la empresa, que cuenta con unos 3.000 trabajadores, está dirigida por la segunda generación de la familia con Josep Terradellas Falgueras como director general; Anna Terradellas Falgueras como miembro de la presidencia y Nuria Terradellas Falgueras como responsable de I+D.