Cinco de las profesiones más demandadas

Cinco de las profesiones más demandadas

Un reportaje de
Gabriel Ubieto
Con imágenes de
Ferran Nadeu, Elisenda Pons,
Joan Cortadellas y Jordi Òtix
Y gráficos de
Francisco J. Moya

España es el país de la Unión Europea con mayor número de personas en paro. Lo que no es incompatible con que en los últimos años se hayan multiplicado los sectores en los que las empresas se quejan de que les cuesta encontrar mano de obra cualificada. De la misma manera que cuando estalló la burbuja del ladrillo quedó la paradoja de gente sin casa y casas sin gente, hoy, cuando España está en récords históricos de empleo, hay gente sin trabajo y empresas sin trabajadores.

La escasez de perfiles no es un problema único del mercado laboral español. "Pay them more", les susurraba el presidente de EEUU Joe Biden a sus empresarios para que solventaran el problema. También pasa en Alemania, si bien sus tasas de paro, cuatro veces inferiores a las de España, lo hacen más comprensible.

Desde pioneras empresas tecnológicas hasta panaderías de toda la vida, los motivos de esa carestía de profesionales son diversos. En casos como la hostelería, polémicos. Otros, como el caso de los conductores de camiones, desconocidos para el público general. Y las cifras para cuantificar el alcance del fenómeno poco fiables, ya que según las estadísticas oficiales los puestos vacantes apenas alcanzan los 150.000 en toda España, si bien el 72% de las empresas, según la patronal CEOE, afirma tener problemas para encontrar perfiles.

Al final del reportaje encontrarás un buscador para conocer los baremos de todas las profesiones, pero vayamos antes con cinco de las más demandadas

Programadores

Las empresas se los rifan y eso se nota en los salarios

Si hay una profesión que está absorbiendo personas rebotadas de otros sectores con las manos abiertas es la informática. Y aún así a las empresas les cuesta encontrar gente, ya que la formación de nuevos profesionales es rápida, pero la demanda empresarial crece todavía más rápido. Salarios por encima de la media, entre un 30 o 50% superiores para especialistas en campos como la ciberseguridad.

Centros como la IT Academy de Barcelona Activa forman de cero a perfiles de programadores junior en unos nueve meses y la tasa de inserción posterior es del 83%, según sus datos. En un sector históricamente masculinizado, en este centro dan prioridad en las listas de esperas a las mujeres y con ello han logrado prácticamente la paridad entre alumnos. Es gratuito y por eso hay lista de espera.

La alternativa en el sector privado son los 'bootcamps': formaciones exprés, intensivas y con precios que pueden rondar los 12.000 euros. De pocos meses y pensados tanto para noveles como para personal quiera especializarse.

María (36 años)

Tras ejercer como maestra durante cuatro años, la tensión del covid la desilusionó del oficio y se lanzó a un cambio. Atraída por la brevedad de la formación, la alta inserción y las buenas condiciones laborales. Busca reciclar su bagaje como maestra para hacerse un hueco en las plataformas educativas 'on line'.
"El sector tecnológico está en auge y quería aprovecharlo. Y que fuera un sector tan masculinizado lo vi como una oportunidad, hay empresas que buscan mujeres y no las encuentran"

Carles (46 años)

"Ahora o nunca", pensó este antiguo reparador de impresoras antes de dejar su trabajo y ponerse a estudiar. Atraído por las posibilidades de progresión y diversidad de campos dentro de la informática, también es consciente que la edad en otros sectores sería un problema. En este, dada la escasez de perfiles, menos.
"Todavía tengo vértigo, con una hija pequeña no puedo fallar. Pero es un mundillo que siempre me ha atraído y el paro es casi cero, así que si lo haces bien, no te faltará trabajo"

El problema es global, y, por lo menos en Barcelona, va cada vez va a peor: el crecimiento imparable del sector tecnológico en el último lustro ha duplicado las ofertas de trabajo, pero también ha puesto en evidencia que la maquinaria de producción o captación de profesionales para suplirlas no puede funcionar tan rápido.

Según el informe anual que publica al respecto la Mobile World Capital, el Digital Talent Overview, si en 2018 por cada vacante en el sector de la Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Barcelona se podía contar con unos 17 profesionales (una ratio que se acercó a los 20 el año de la pandemia), en 2022 ya son solo 12

Panaderos

La fiebre por hacer pan en casa que desató el covid está ayudando al sector

El Gremi de Flequers de Barcelona trata de quitarse el sambenito de que trabajar de panadero significa levantarse a las tres de la mañana, como antaño. "El oficio ya es compatible con tener vida social", cuentan. Los obradores están viviendo lo que otros sectores entenderían como una regresión histórica: de la industrialización -el pan que compras en una gasolinera- a volver a potenciar lo artesano. Buen producto a mayor precio y que exige de profesionales que saben lo que hacen.

En el centro que tiene el Gremi en Sabadell forman cada año a unas 1.500 personas a través de cursos subvencionados por el SOC. Salen sabiendo hacer "todo lo que puedes encontrar en un obrador", desde un pan de masa madre, hasta un cruasán, pasando por un panettone, tan de moda estos días del año. Cerca del 80% está trabajando seis meses después de acabar las formaciones, de entre 500 y 1.000 horas, según sus datos. "Somos un sector de pleno empleo", cuentan.

"Soy un yonki del pan. Gastronómicamente ya no le damos el reconocimiento que merece. He dejado mi trabajo como cocinero para formarme y poder abrir mi propia bocadillería"
Wilson (38 años), estudiante de panadería

Las posibilidades de inserción son altas y el estereotipo de que el horno es solo cosa de hombres ya es historia, a tenor de las formaciones que da el Gremi, donde las mujeres ya son mayoría. Pero la profesión también conserva 'peros'. Ya no se entra a las tres de la mañana, pero sí a las seis y los salarios de los noveles no juegan a favor.

Según el convenio de Barcelona, un oficial de segunda no llega a los 1.500 euros mensuales. No obstante, desde el Gremi explican que la promoción es relativamente rápida y un profesional que ascienda a encargado de producción y sepa negociar puede plantarse en nóminas de entre 2.000 y 2.500 euros. Aunque la manera de multiplicar ingresos -también preocupaciones- es asumir un negocio, ya sea abriéndolo, ya sea tomando el relevo de los panaderos que se jubilan.

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Conductores

Conductores

Sin mili obligatoria y con la DGT atascada, faltan conductores

La mili era una de las principales canteras de ‘batallitas’ y de conductores de vehículos pesados de España. Muchos aprovechaban el tedio del acuartelamiento para sacarse los permisos de conducir de camiones y autobuses, lo que les valía luego en la vida civil para ejercer un oficio. El problema ha venido cuando, sin servicio obligatorio, esta profesión poco vocacional y nada glamurosa se ha ido quedando sin gente. A esas desventajas, según explican desde el centro de formación APEC Granollers, se suma un atasco en la DGT para sacarse los permisos que puede alargar sobre los nueve meses el curso para conductor de autobús. Más de 12 meses en el caso de los camioneros, ya que exigen más exámenes.

Si una persona busca un trabajo estable, carece de formaciones superiores y aspira a un sueldo medio, este es su gremio. “Tenemos una tasa de inserción del 96%. Quien no trabaja es porque no quiere”, explican desde la APEC. Una escasez de conductores que aprovechan muchas personas de edad mediana expulsados de un sector en reconversión y que en otros gremios tendrían serias dificultades, por edad, de ser contratados. El salario habitual de un conductor de autobús ronda los 1.500 euros, para jornadas de 35 horas semanales, y los camioneros pueden escalar hasta los 4.000 euros mensuales, si bien deben estar dispuestos a pasar varias noches fuera de casa. Un 'handicap' es que las diferencias laborales entre la gran empresa y la pequeña son abultadas.

"Me cansé de servir copas y salir a las tantas de la discoteca. Un día le pregunté al conductor del autobús cómo era su trabajo y me dijo que buscaban mujeres. Ni de broma vuelvo a la hostelería"
Wendy (24 años), estudiante para conductora de autobús

La falta de examinadores en la DGT se traduce en que la APEC de Granollers, uno de los mayores centros de formación de Catalunya, solo puede formar 400 alumnos por curso, gran parte de ellos subvencionados por el SOC y con creciente implicación de las grandes empresas del sector. La falta de profesionales en este gremio es común en toda Europa, aunque, de momento, no está habiendo fuga de gente formada en España para conducir por mayores sueldos en otros países más al norte.

La automatización supone un reto a futuro para el sector, que tendrá que ir reciclando a sus profesionales para adaptarlos a la acelerada reconversión que está abordando la industria del motor. "Deben ser conscientes de que nunca van a tener que dejar de formarse", cuenta desde la APEC.

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Camareros

Miles de profesionales se fueron a otros sectores tras estallar el covid

“Toda la vida en hostelería se ha trabajado media jornada, de 12 a 12″. Declaraciones como las del presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, José Luis Yzuel, no ayudan a hacer de la hostelería un sector atractivo en el que trabajar. Ni a recuperar a aquellos profesionales que durante la pandemia se marcharon a probar suerte a otros gremios ante el cierre de bares y restaurantes debido a las restricciones sanitarias. Parte del sector notó entonces qué significa cobrar una parte del salario 'en B' de cara a las prestaciones de paro.

La hostelería es uno de los sectores que más trabajadores emplea y mayor PIB aporta a la economía española, si bien sus condiciones son de las peores. Según la última encuesta de la EPA, bares y restaurantes, después de las actividades del hogar, es el sector que menos paga a su gente. Con un salario medio de 1.389 euros brutos al mes. Sumado a jornadas laborales que complican la conciliación familiar, con horarios partidos y turnos que se alargan y acaban tarde. En las zonas de turismo de temporada se suma el alto precio del alquiler, que se come gran parte del sueldo de quienes se desplazan para trabajar allí.

No en vano, en Catalunya hay casi 30.000 parados de la hostelería apuntados en el SOC y que aguardan ofertas adecuadas de aquellas empresas que dicen no encontrar personal. Pese a ello, actualmente el sector emplea a casi un 10% más de trabajadores que en 2019, antes de estallar el covid, según los últimos datos de Seguridad Social.

La hostelería sigue siendo uno de los sectores que peor paga, pese a haber aumentado salarios para atraer gente

En el Centre de Formació d'Hostaleria de L'Hospitalet de Llobregat forman cada año a decenas de jóvenes recién salidos de la ESO (o que no la han acabado) como cocineros, camareros o 'barmans'. La mitad de los que pasan por dichos cursos continúan su formación y la otra mitad va directa a trabajar, conscientes de que les espera el salario mínimo. "Muchos de los que siguen estudiando lo hacen para otros sectores", reconocen desde el Centre.

Las formaciones que ofrece este programa municipal, subvencionadas por el SOC, están más pensadas para inculcar los hábitos del trabajo que no en especializar a los jóvenes, muchos de ellos provenientes de ambientes vulnerables. Las escuelas (y plazas) para una alta especialización dentro del gremio no abundan.

Obras y mantenimiento

Las empresas vuelven a pedir profesionales 15 años después de estallar la burbuja

En el Ayuntamiento de Viladecans llevan desde 1988, primeros con escuelas talleres y luego con casas de oficios, formando aprendices de diferentes gremios. "A principios de los 2000 muchos jóvenes no podían ni acabar los cursos, las empresas de la construcción venían, les ofrecían trabajo y se iban", recuerdan técnicas municipales. Luego estalló la burbuja y muchos de esos jóvenes tuvieron que volver a estudiar siendo ya no tan jóvenes. Hoy, 15 años después, el sector vuelve a estar necesitado -si bien a otro nivel- de peones, cualificados y no cualificados.

Trabajo casi seguro, pero a costa de esfuerzo físico, peligroso (la siniestralidad es el doble que en la industria y cinco veces más que en los servicios) y un salario que nos siempre supera el mínimo si uno no posee una cualificación. Es por ello que la teniente de alcalde de Viladecans, Rosa Cañisá, reclama más flexibilidad a la Generalitat para adaptar las formaciones a las especialidades más demandas por los alumnos y las empresas de la zona.

"Quería entrar a un grado medio de chapa y pintura, pero no quedaban plazas. Estoy mejorando en lo que puedo hasta entonces"
Pedro (17 años), estudiante de polimantenimiento

Pedro justo acaba de empezar un curso de un año de polimantenimiento. Un tercio de sus compañeros acabará la formación y se irá directo a trabajar en un hotel, almacén o grandes instalaciones. Casi la mitad seguirá estudiando, como quiere hacer él. Su objetivo -ya que su sueño de ser notario se quedará en eso, un sueño- es entrar como oficial en un taller mecánico.

"Quiero restaurar casas antiguas en los pueblos, pero para que la gente vaya a vivir y trabajar"
Màxim (20 años), estudiante de jardinería

Màxim está cansado de las aglomeraciones de la Gran Barcelona y sueña con vivir de restaurar casas antiguas. La primera una de su familia, construida en 1850. Es por eso que quiere entrar a una FP de carpintería, pero la escasez de plazas le ha dejado fuera este año. Mientras tanto coge experiencia con un curso de jardinero.

Objetivo:
Conectar oferta y demanda

El gran reto del mercado laboral español y catalán sigue siendo conectar de manera eficiente las grandes y persistentes bolsas de desempleados con esas empresas que buscan profesionales. Cuestiones como la viabilidad del sistema público de pensiones, que precisará de más gente cotizando ante el envejecimiento población, dependen de ello. El Gobierno tiene pendiente desplegar su reforma de los servicios públicos de empleo para convertirlos en un verdadero mecanismo de intermediación y no solo un emisor de prestaciones. A la espera de sus resultados, las patronales presionan al Gobierno para flexibilizar las condiciones para ir directamente al extranjero para contratar personal, mientras recelan de un registro público de empleos vacantes.

BUSCADOR DE PROFESIONES

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Gabriel Ubieto
Imágenes:
Ferran Nadeu, Elisenda Pons,
Joan Cortadellas y Jordi Òtix
Gráficos:
Francisco J. Moya
Coordinación:
Rafa Julve