Un uso irreflexivo de la red incrementa
las emisiones de gases de efecto invernadero

Por Glòria Ayuso

Internet genera una importante huella medioambiental. La tecnología digital representa entre el 1,4% y el 5,9% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), según un análisis publicado por el Foro Económico Mundial (FMI). Para poder comparar, el sector aéreo supone un 2% de las emisiones en el mundo (si bien el número de usuarios es mucho menor).

Seis empresas, los denominados gigantes de internet, las denominadas 'big tech', ocupan con sus servicios la mitad de la capacidad de la red, en buena parte por su oferta de vídeo en 'streaming', muchas veces en calidades superiores a las necesarias. Ante la saturación de las redes y la necesidad de mayores inversiones en infraestructuras, los operadores demandan prácticas más sostenibles a las grandes plataformas generadoras de contenidos.

La huella de carbono en el consumo de Internet

El tráfico de datos en las redes de telecomunicaciones se ha disparado en la última década: cada año Internet suma el 30% de aumento de tráfico. Cada vez hay más personas conectadas a la red y con más dispositivos.

Internet consume la misma electricidad que todo Reino Unido en un año (416,2TWh) según Website Carbon. Los centros de datos y las redes de transmisión representan ya más del 3% del gasto mundial de electricidad, como indica la Agencia Internacional de la Energía (AIE), una cifra que estima que crecerá hasta el 4% en 2030, si bien otros estudios consideran que representará más del 10%.

Una sola búsqueda en Google supone al menos una emisión de 0,2 gramos de dióxido de carbono, según investigadores de Harvard. 5.000 millones de búsquedas al día suponen 1.000 toneladas de CO2 por día. Cada correo electrónico puede generar, almacenado en el buzón, unos 10 gramos de CO2 al año. Sin embargo, la palma se la lleva el vídeo

El vídeo, principal impulsor de la demanda

El vídeo, con exigentes requisitos de calidad de servicio, es ya el principal impulsor de la demanda de tráfico. Los servicios de las grandes plataformas de Internet han ido evolucionando hacia formatos que requieren cada vez más ancho de banda.

Esto no ha hecho más que empezar: se prevé que, en 2030, el vídeo supere el 70% del total del tráfico.

Seis empresas, los gigantes de internet o 'Big Tech', ocupan con sus servicios el 50% de la capacidad de la red. La otra mitad, la utilizan el resto de las empresas, los países y los ciudadanos de todo el mundo.

Según el informe de Sandvine GIPR 2023, ocho de las 10 aplicaciones que ejercieron mayor presión en las redes se basan en el vídeo. Las principales son Netflix, YouTube (y su tráfico basado en descarga rápida QUIC), Disney y TikTok. Las plataformas de 'streaming' prometen “una imagen de alta calidad” sin tener en cuenta los operadores sobre cuyas redes viaja el tráfico de la aplicación, advierte el mismo informe.

Paralelamente, crece la aparición de nuevas aplicaciones que están produciendo datos, que son a su vez responsables de un aumento del 23% del volumen de tráfico en general, y que incrementan la presión en las redes.

% del tráfico total de las 10 mayores apps

*Quic: protocolo de descarga rápida de vídeo utilizado por Youtube

Calidad y sostenibilidad

No obstante, los servicios podrían ofrecerse de una forma más eficiente. El problema se encuentra en modos de prestación de servicios que no contribuyen a la sostenibilidad, debido a que ocupan mayor capacidad.

Un estudio de la universidad de Bristol muestra que YouTube podría reducir un 3% sus emisiones de CO2 adoptando un diseño eficiente de sus servicio de vídeo.

Ecodiseño

Con el objetivo de hacer un uso más eficiente de recursos, existen ya algunas iniciativas pioneras. La autoridad reguladora de las telecomunicaciones en Francia, ARCEP, ha publicado unas recomendaciones, ahora en consulta pública, para el ecodiseño de servicios digitales. Algunas webs avanzadas ya ofrecen el denominado ecodiseño digital: todo está implementado para reducir la carga de contenido multimedia, con el fin de que la página consuma menos energía. Algunas medidas son la eliminación del vídeo en el encabezado de la página o su visualización en el interior solo al hacer clic.

Necesidad de más
tecnología para la
descarbonización

Al mismo tiempo, las tecnologías digitales pueden ayudar a reducir las emisiones mundiales entre un 15% y un 35% en los próximos 10 años, según el Foro Económico Mundial, gracias a su capacidad de acelerar la descarbonización de otros sectores de la economía, como los transportes, la industria o la energía.

Para ello es necesario seguir aumentando la capacidad de la red. En este sentido, las operadoras que tienden las redes reclaman a las grandes tecnológicas que paguen por su uso, para que las 'telecos' puedan invertir no solo en aumentar las autopistas para el consumo de sus servicios, sino también para tener capacidad de reducir emisiones del resto de actividades. El pago por ocupar la red también funcionaría como incentivo para mejorar la eficiencia en el diseño de los servicios que prestan, reduciendo tanto su propio consumo de energía y de emisiones de CO2, como el de las operadoras.

Sin embargo, los gigantes tecnológicos se niegan a ello. Para Meta, propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp, existe una "relación simbiótica entre 'telecos' y proveedores de aplicaciones". Según Google, el pago de un peaje por uso de las redes afectaría a la diversidad de contenidos en línea y a su acceso, al tiempo que supondría una barrera para los creadores de contenido.

Uso eficiente por parte de toda la cadena de valor

Tanto las operadoras como las 'Big Tech', en sus centros de datos, se encuentran inmersas en programas de eficiencia energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, para cumplir con los objetivos de la Unión Europea en la transición verde y digital, intrínsecamente unidas, entran también en juego el uso eficiente de los recursos y servicios que prestan también terceras compañías, como muestra el volumen creciente que cada año se experimenta por la aparición de nuevas aplicaciones.

El consumidor también tiene la palabra

Disminuir la huella de carbono digital también está en manos de los consumidores. En este sentido, algunas buenas prácticas pasan por:

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Glòria Ayuso
Diseño e infografía:
Ricard Gràcia
Coordinación:
Rafa Julve