IRPF

Así puedes desgravar los muebles de un piso de alquiler en la declaración de la renta

Conoce todos los requisitos para deducir ciertos gastos relacionados con la vivienda

Novedad en la declaración de la Renta de 2025: malas noticias para los trabajadores que cobren menos de 32.500 euros

Declaración de la renta: estas son las estafas más peligrosas

Esto es lo que tienes que saber para deducirte el máximo por alquiler de vivienda en la declaración de la renta

Así puedes desgravar los muebles de un piso de alquiler en la declaración de la renta

Así puedes desgravar los muebles de un piso de alquiler en la declaración de la renta / PIXABAY

Eneko López Rico / P. Páramo

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llega el momento de hacer la declaración de la renta y a los propietarios de viviendas en alquiler les entran muchas dudas. Y es que , como paso previo a alquilar la vivienda, muchos propietarios tienen que hacer una inversión importante en la misma. Para alquiler una vivienda, muchas personas invierten en mobiliario para hacerla más atractiva o habitable. Esto plantea una pregunta muy habitual: ¿se pueden desgravar los muebles de un piso de alquiler? La respuesta es sí, pero con condiciones. La Agencia Tributaria permite deducir ciertos gastos relacionados con el alquiler, incluidos los muebles, aunque no siempre de forma inmediata.

Cómo deducir los gastos en muebles en un piso de alquiler.

Cómo deducir los gastos en muebles en un piso de alquiler. / Jose Navarro

La clave está en diferenciar entre gastos deducibles y amortizables. No todo lo que se compra para el piso se puede deducir de golpe en un solo año fiscal. Algunos elementos, como los muebles o electrodomésticos, deben amortizarse a lo largo del tiempo, reflejando así su desgaste progresivo.

¿Cuándo es posible deducir el coste de los muebles?

Según la Ley del IRPF (artículo 23.1 b) y el Reglamento del IRPF (artículos 13 h) y 14), los muebles de un piso alquilado pueden considerarse parte del inmovilizado material del inmueble. Esto significa que no son un gasto inmediato, sino que su coste se deduce progresivamente mediante un proceso de amortización. El porcentaje estándar para este tipo de bienes es del 10% anual sobre el precio de adquisición, durante un máximo de 20 años.

Para que un mueble sea amortizable debe cumplir con ciertos requisitos: debe tener una vida útil superior a un año, estar destinado exclusivamente al alquiler del piso, contar con factura a nombre del propietario y haber sido pagado mediante medios acreditables (nada de efectivo o tickets sin identificación). Ejemplos típicos son sofás, camas, armarios, mesas, sillas, lavadoras, frigoríficos o microondas.

¿Cómo funciona la amortización en la declaración?

La amortización es un mecanismo fiscal que permite repartir el coste de un bien a lo largo de su vida útil. En este caso, si compras un sofá por 1.000 euros, podrás deducir 100 euros cada año durante 10 años. Si el mobiliario se deteriora antes o se sustituye por otro nuevo, solo se puede deducir el importe correspondiente hasta el momento de la sustitución.

La deducción se aplica en el apartado de rendimientos del capital inmobiliario, y debe hacerse siguiendo el modelo establecido por Hacienda. Es fundamental conservar las facturas originales y los justificantes de pago, ya que la Agencia Tributaria puede requerirlos en caso de inspección. Además, cada mueble o electrodoméstico tiene su propio ciclo de amortización independiente.

¿Y si se trata de una reparación o sustitución?

Existe una excepción importante: si el mueble sustituido estaba dañado y su renovación era necesaria para mantener el uso normal de la vivienda, entonces puede considerarse un gasto de conservación o reparación, lo que permite deducir su importe completo en el mismo año fiscal. Por ejemplo, si una lavadora deja de funcionar y se reemplaza por otra similar, el coste puede incluirse como gasto deducible directamente, sin necesidad de amortizarlo.

La clave está en que la sustitución no suponga una mejora significativa ni un cambio estético. Si renovamos el mobiliario por razones de imagen o calidad (por ejemplo, cambiamos una mesa funcional por una de diseño), Hacienda lo interpretará como una mejora o inversión, que deberá amortizarse.

Otros gastos deducibles en una vivienda alquilada

Además de los muebles, los propietarios de pisos en alquiler pueden desgravar numerosos gastos relacionados con la vivienda, siempre que estén correctamente justificados:

  • Reparaciones y mantenimiento: pintura, fontanería, calefacción, etc.
  • Suministros (si los paga el propietario): agua, luz, gas.
  • Gastos de comunidad y administración de fincas.
  • IBI y otros impuestos locales.
  • Seguros del hogar o de responsabilidad civil.
  • Honorarios de inmobiliarias por gestión del alquiler.
  • Gastos financieros derivados de hipotecas vinculadas al inmueble.

En todos los casos, es esencial tener facturas a nombre del propietario y pagos acreditados con métodos oficiales. Además, si los gastos deducibles superan los ingresos obtenidos por el alquiler, la diferencia puede compensarse en los cuatro ejercicios fiscales siguientes.

Qué no puedes deducir

No todo lo relacionado con la vivienda alquilada es deducible. No podrás deducir muebles comprados para tu uso personal, ni los adquiridos para una vivienda que no esté alquilada ni en condiciones de serlo. Tampoco se puede desgravar mobiliario sin factura, ni se aceptan tickets sin identificación clara del producto, el proveedor y el comprador.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, si recibes subvenciones públicas para realizar mejoras o adquirir mobiliario, debes declararlas adecuadamente y comprobar cómo afectan a la deducción. Hacienda puede reducir el importe deducible en función de las ayudas recibidas.