Repostería tradicional
Las cocas de Sant Joan desafían la inflación y mantendrán el mismo precio este 2025
Pese al encarecimiento de los huevos y el cacao, el tradicional dulce de la verbena se vende este año a un importe similar al de 2024
Estas son las mejores cocas de Sant Joan de Catalunya 2025

Una trabajadora coloca las cocas de Sant Joan en el escaparate del Forn Mistral de Barcelona. / El Periódico

La harina, la mantequilla, el azúcar... Los ingredientes de una buena coca de Sant Joan no son este año mucho más caros que el pasado, a pesar de que la inflación no ha dejado de crecer (aunque lo haya hecho de modo más moderado que años atrás). "La mantequilla es incluso algo más económica y los piñones, que son siempre los que hacen aumentar el precio final del producto, también se han contenido este año y han subido ligeramente", explica Miquel Zaguirre, propietario de la pastelería del mismo nombre en Terrassa y actual presidente del Gremi de Pastisseria de Barcelona. Así, pese a que los huevos sí han sufrido este 2025 las presiones de la cesta de la compra y se han encarecido un 25% respecto a enero y el cacao sigue todavía disparado, los artesanos que elaboran las cocas han decidido mantener estables los precios para los consumidores, entre otras razones, "porque las previsiones de ventas son, en esta ocasión, muy buenas", confiesa Zaguirre.
Los pasteleros juegan con la posibilidad de que, al coincidir en lunes la Revetlla de Sant Joan, "la gente compre ya las cocas durante el fin de semana" y que, llegado el caso, empiecen a comérselas entre sábado y domingo. "Si es así, si las prueban y se las terminan, tienen todavía el lunes para repetir y volver a comprar la que más les haya gustado", comenta el presidente del gremio, que recomienda encarecidamente a los consumidores que confíen en las elaboraciones artesanales. "La diferencia de precio entre las que hacemos en los obradores de nuestras pastelerías y las cocas industriales es bastante más baja que la diferencia de calidad entre las primeras y las segundas", agrega.

Un pastelero artesano elabora distintos tipos de coca de Sant de Sant Joan en su obrador. / Gremi de Pastisseria de Barcelona
"Las producciones artesanas no utilizan conservantes ni aditivos y la harina, el azúcar y el aceite empleados, así como otros ingredientes minoritarios, son de alta calidad. En cuanto a los chicharrones o 'llardons', en los obradores artesanos son naturales, mientras que en los industriales se suele usar pasta de chicharrones", explica Lucía Bultó, nutricionista y profesora de la Escola de Pastisseria del Gremi de Barcelona. "Y aunque las cocas artesanas pueden contener alérgenos como el gluten, del mismo trigo o de algún otro ingrediente natural, en las industriales podemos encontrar trazas de numerosos otros alérgenos desconocidos", agrega Bultó.
Los formatos tradicionales se imponen
Hace días que las pastelerías están recibiendo ya encargos, asegura Zaguirre, que no descarta, no obstante, que vuelva a haber rezagados de última hora, "como ocurre cada año". La cuestión es que gracias a los más previsores, los pasteleros están confirmando que, una vez más, las cocas clásicas son las más demandas. "Las que más éxito tienen son las dos que se elaboran con masa de brioche, ya sean solo con crema o decoradas con frutas confitadas, pero también resiste bien la de 'llardons', que es con masa de hojaldre y piñones", cuenta el presidente de los pasteleros barceloneses.
Entre las versiones más innovadoras popularizadas en los últimos años, se impone la rellena de chocolate, que a menudo se decora con piñones y naranja confitada, las de hojaldre rellenas de crema o cabello de ángel. En el caso de las denominadas nuevas interpretaciones, "se pueden encontrar desde las de té matcha y frutos del bosque, que tienen éxito desde hace ya unos años", indica Zaguirre, hasta las versiones más osadas, siempre en función de la creatividad de cada pastelero, con rellenos de crema de pistachos, de praliné de coco o formatos que incorporan toques de almendras o avellanas, fruta de la pasión, limón o mango; y otros que se fusionan con pasteles clásicos como el 'lemon pie', el 'cheesecake' o el tiramisú.
"En estos casos, evidentemente, el precio ya es más alto", avisa el presidente del gremio. Lo que hacen en estos casos los compradores es "llevarse unas cuantas cocas tradicionales, para asegurar el tiro, y apostar por una de las innovadores, según el número de personas que vayan a ser en la verbena", concluye el pastelero.
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