Amazon sacude la economía de 85 municipios catalanes

El gigante del comercio electrónico ultima el cierre de su planta en Martorelles, dejando 800 empleos en vilo

Amazon abandona Martorelles

El gigante del comercio electrónico ultima el cierre de la planta y deja 800 empleos en vilo

La decisión de Amazon de cerrar su centro en Martorelles ha generado un terremoto en las economías familiares de 85 municipios de la provincia de Barcelona.

Los trabajadores afectados se encuentran ante una difícil disyuntiva: o deciden mantener el empleo aceptando un traslado a entre 100 y 300 kilómetros de su casa con un recorte de un tercio del sueldo, o pierden su medio de vida y se van a la calle con una indemnización mínima.

Un reportaje de Gabriel Ubieto

"Te hacen sentir parte de Amazon hasta que dejas de interesarles". "Han utilizado esta nave como referente y luego nos dejan tirados". "Hablan de traslado cuando esto es un despido encubierto, nos toman el pelo". Son algunas de las frases que circulan entre los piquetes apostados estos días a las puertas del centro del gigante del comercio electrónico. Un espacio de 30.000 metros cuadrados, equivalente a cuatro estadios de futbol, que da empleo a vecinos de Terrassa, Mollet o Barcelona. Paradójicamente, solo 20 vecinos de Martorelles perderán su puesto de trabajo por la decisión de Amazon.

La planta de Martorelles abrió en 2017 y ocupa una superficie de alrededor de 30.000 metros cuadrados.

El centro ocupa a 800 trabajadores, que viven repartidos en unos 85 municipios de la provincia de Barcelona. La gran mayoría tienen entre 10 y 30 minutos de trayecto en coche hasta el trabajo

Barcelona, Terrassa, Mollet o Santa Perpètua son algunas de las ciudades donde más empleados residen.

El municipio de Martorelles no será el más afectado laboralmente, ya que allí 'solo' residen 20 trabajadores, según cuentan desde el Ayuntamiento.

Amazon alega que el centro de Martorelles se les ha quedado pequeño y obsoleto tras cinco años de existencia y que sus producciones las traslada o a Zaragoza o a Far d'Empordà (Girona)

En Far d'Empordà (Girona) la multinacional abrirá un centro logístico de 50.000 metros cuadrados de superficie, donde pretende contratar a unas 1.400 personas en los próximos años.

Aunque el centro que principalmente absorberá la actividad de Martorelles será el que está abriendo en Plaza, muy cerca de Zaragoza. Allí dice que incorporará a 1.000 personas, en tres años

La apertura de la planta de Martorelles y sus 800 empleos fueron una gran noticia para muchos en 2017. Para Lidia representó una oportunidad de estabilizar su vida. Y su vida son sus tres hijos. "El tercero nació ya trabajando aquí, le digo que es un ‘amazonian’", cuenta, entre risueña e indignada. "Venía de un desahucio, no tengo ningún problema en explicarlo, y conseguir un trabajo me ayudó mucho”, afirma, esta valiente madre separada. En Amazon pudo tener un sueldo para pagar el alquiler y un horario fijo de mañanas para así las tardes dedicarlas a sus hijos. Llevarles al entrenamiento de futbol, ayudarles con los deberes… en definitiva, estar con ellos.

Lidia

Cuatro años en Martorelles

"Mis hijos desde que les explique que cerraban la planta me preguntan si volveremos a estar como antes"

Jordi

Tres años en Martorelles

"No era consciente de que estaba formando a la gente que me reemplazaría"

Adriana

Dos años y medio en Martorelles

"Hace dos semanas firmé mi hipoteca, no puedo ni plantearme mudarme a Zaragoza o a Girona"

Alberto

Cuatro años en Martorelles

"Hoy nos cierran a nosotros, que nos ponían de ejemplo para otros centros. Mañana pueden hacer lo mismo con cualquiera. Solo piensan en sus beneficios"

Carlos

Dos años en Martorelles

"De un día para otro te piden que cambies toda tu vida por ellos. Cuando ya sabían que iban a cerrar. Nos sentimos engañados"

"Arriesgué la salud de mis padres viniendo a trabajar cuando estalló la pandemia, para que ellos siguieran aumentando sus beneficios. Y ahora nos quieren dejar tirados", cuenta Elisenda, miembro del comité de empresa y vecina de Santa Coloma. Desde el 1 de febrero tienen huelga convocada para tratar de forzar a la empresa ya no a revertir el traslado, algo que desde la dirección dan por imposible, sino para que se rasquen el bolsillo y aseguren mejores indemnizaciones a quien, como ella, no puede ni quiere marcharse lejos de casa. "La gente está muy quemada", añade.

"Lamentable", así califica Carlos como Amazon está gestionando su salida. "Nos pilló por sorpresa el cierre, sabíamos que querían convertir el centro y que pasaría a ser de devoluciones, pero en ningún momento nos dijeron que cerrarían. Al contrario, hace un año nos aseguraban la continuidad", comenta. "Nos sentimos engañados. Lo sabían y ahora te están pidiendo que de un día para el otro cambies toda tu vida", añade. Este joven está a expensas de ver cómo se resuelve la negociación y mientras ya ha empezado a tirar de contactos para buscarse otro empleo por la zona. No es fácil encontrar algo fijo, que garantice una nueva vía de ingresos para pagar las facturas que, sí o sí, van a seguir llegando mes a mes.

La dirección de Amazon está ofreciendo a los trabajadores que no se muden una indemnización de entre 5.700 y 6.000 euros, dependiendo de su categoría, según los sindicatos

"Del 2018 al 2022, invertimos más de 10 millones de euros en Martorelles, con el objetivo de convertir el centro en una parte sostenible de nuestra red en España. Desafortunadamente, el tamaño del centro, su ubicación y la incapacidad para crecer más hacen imposible que sea una parte viable de nuestra red de cara al futuro", afirman desde Amazon.

Adriana hace apenas unos años que dio el salto de su vida y cruzó el charco desde Venezuela para asentarse en Catalunya. Hace dos semanas –antes de que Amazon les comunicara el cierre- firmó una hipoteca ella sola para su casa. "Imposible", parece la respuesta unánime entre los trabajadores a la pregunta de si con su respectiva mochila vital ven factible mudarse. "Lo ideal sería una reubicación en los otros centros que tiene Amazon en Barcelona. Estos dos años y medio que llevo trabajando aquí he estado a gusto y rindiendo. Me parece muy injusto y decepcionante lo que están haciendo”, cuenta.

Joan ve "imposible" aceptar el traslado a Zaragoza o Figueres. "Ya me mudé a Mollet cuando abrieron la planta para estar más cerca. Mi mujer también trabaja aquí, tenemos una hipoteca, los hijos tienen el colegio, su vida montada aquí… no volveré a mudarme por esta empresa", explica. "Podría entender que alguien pusiera patas arriba su vida y se moviera por algo mejor, ¿pero por algo peor? Te dan una miseria para empezar una nueva vida y luego te pagan 600 o 700 euros menos al mes", coincide María. "Por suerte yo soy joven y cuando esto cierre puedo rehacer mi vida, pero tengo compañeros que acaban de ser padres o que tienen más de 50 años y lo van a tener muy difícil para encontrar un nuevo empleo", reflexiona.

"Evaluamos constantemente nuestra red de operaciones para asegurarnos de que se ajusta a nuestras necesidades como compañía y para mejorar la experiencia de nuestros empleados y clientes. Como parte de este esfuerzo, abrimos nuevos centros, mejoramos las instalaciones existentes o cerramos centros más antiguos", afirman desde la corporación.

Amazon formalmente todavía no ha comunicado la fecha del cierre definitivo de Martorelles, aunque los trabajadores dicen que será el 22 de abril de este año. De momento ofrece recolocar a 150 trabajadores, de los 800 en plantilla

El cierre de Amazon en Martorelles no solo afectará a los 800 trabajadores que tiene en plantilla, sino que la onda expansiva también llega a las múltiples subcontratas que trabajan para el gigante logístico. Identificados por un uniforme azul, respecto al naranja de los empleados directos, centenares de externos aguardan el desenlace de este episodio. Uno de ellos es Cristina, una joven que hace apenas un mes ha entrado a trabajar en la enfermería del centro –que gestiona una empresa auxiliar-. "Cuando acabé la carrera estuve varios meses con contratos temporales en hospitales y vine aquí porque me ofrecían algo fijo. No sé nada sobre qué pasará conmigo cuando esto cierre, confío en que mi empresa me recoloque en otro lado", explica.

No es la única empresa con un conflicto sindical en el polígono de Martorelles. Y es que los trabajadores de la farmacéutica japonesa Towa –que en 2019 le compró la división de genéricos a la catalana Esteve- también están en pie de guerra. La corporación ultima un descuelga de convenio colectivo para evitar pagar a sus 630 empleados el aumento salarial previsto para 2023 y no aplicar así la cláusula de garantía salarial que les garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo ante la inflación, según denuncian fuentes sindicales.

Según conocedoras de las negociaciones, la Generalitat maneja dos o tres potenciales interesados en instalarse en los terrenos que dejará Amazon. Desde la 'conselleria' de Empresa reconocen haber recibido interés, pero no concretan ni el número ni la especialidad de los mismos. Los fondos para reindustrialización que incorporan los nuevos presupuestos de la Generalitat pueden jugar un papel clave en captar el relevo de Amazon en Martorelles. Si bien su llegada no será, ni mucho menos, inmediata.

Item 1 of 3

Cada centro de Amazon tiene su propio emblema, algo que desde la multinacional pensaron para promover la cultura corporativa y que los trabajadores se identifiquen con su planta. En el macro centro de El Prat, el más grande de Barcelona, el logo es un lagarto 'gaudiniano'. En Martorelles, es un casco que evoca los antiguos guerreros espartanos.

Los afectados por el cierre son alguno más que los 300 hoplitas de Leónidas, si bien la desproporción de fuerzas entre los trabajadores y el coloso Amazon es similar a la que se encontraron los griegos frente al ejército del persa Jerjes. Los espartanos de Martorelles pretenden hacer del polígono su particular paso de las Termópilas, del que pugnan por salir con la mayor dignidad e indemnización posibles.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Gabriel Ubieto
Imágenes:
Ricard Cugat y Jordi Pujolar (ACN)
Infografía:
Ramon Curto
Coordinación:
Rafa Julve