Que no se desperdicie ni una patata, ni una crema refrigerada, ni una bolsa de lechuga… Esta es la filosofía que ha convertido a la catalana Ametller Origen en ejemplo de buenas prácticas contra el despilfarro alimentario. "Trabajamos en colaboración con entidades implicadas contra el derroche, desde el campo hasta el lineal de la tienda", explica Marta Angerri, directora de Financiación Europea, Asuntos Públicos y RSC de la compañía. La singularidad de Ametller frente a las iniciativas que impulsan otras distribuidoras es que "aquí se empieza ya en la misma finca de cultivo", detalla Angerri. En este caso, la empresa trabaja con la Fundació Espigoladors a la que el año pasado se entregaron más de 16 toneladas de frutas y verduras, el equivalente a una reducción de unas 40,4 toneladas de CO₂.

Ametller, que cuenta con una red de 140 tiendas, tiene también campos de su propiedad, dos restaurantes y elabora platos preparados (gazpachos, cremas de verduras y postres lácteos). "Los excedentes del obrador de Olèrdola son donados a entidades sociales", prosigue Angerri. En 2022, por este concepto se cedieron, por ejemplo, más de 70.400 kilos de productos, con una reducción estimada de emisiones de CO2 equivalente a 176,1 toneladas.

El proceso se completa en las tiendas. "Una de las acciones que mejor funciona son los descuentos del 25% en los productos que tienen una fecha de caducidad próxima", relata la directiva de Ametller. En 2022 se vendieron 281.964,20 kilos de estos productos frescos a punto de caducar, valorados en casi 3,4 millones de euros. "Cada mañana, a primera hora, y por la tarde, también a primera hora, el personal repasa los productos y los lleva a una nevera que ya está identificada como de caducidad próxima", indica. Los clientes ya saben que han de consumirlos rápido.

En torno a las siete de la tarde, se preparan también paquetes que se distribuyen a través de la aplicación Too Good To Go. "Desde 2020, cuando empezó el acuerdo con ellos, hemos elaborado 778.000 paquetes y evitado con ello la emisión de casi dos millones de kilos de CO₂", destaca Angerri. Ametller es, de largo, el primer comercio detallista de la popular 'app'.
"Además, y no menos importante, entregamos alimentos frescos y refrigerados a diferentes entidades sociales como Cáritas, Cruz Roja, Cuina Altem o el Banco de Alimentos, suelen ser oenegés del mismo barrio en el que se encuentran las tiendas", subraya.