Capítulo 5 (final). El comedor escolar

Antes, de las sobras de comida se hacían croquetas, potajes o torrijas... Estas son nuestras croquetas contra el derroche alimentario

Comida que acaba
en la basura

Un tercio de la comida que se produce en el mundo acaba desperdiciada. Y eso, como puedes imaginar, tiene unos efectos terribles en la economía, en la equidad alimentaria y en la sostenibilidad del planeta. El objetivo de la ONU para 2030 es que el despilfarro se rebaje a la mitad. Pero no va a ser fácil. Consciente del problema, EL PERIÓDICO quiere explicar con datos, imágenes y testimonios, qué podemos hacer cada uno para reducirlo.

Saber comer también implica saber cuánto comer. Y eso no solo obedece a razones nutricionales y de salud, sino que tiene efectos sobre el medio ambiente, ya que una ración adecuada reduce el desperdicio. El comedor escolar es el escenario perfecto para que los alumnos tomen conciencia y aprendan a valorar los alimentos. En esta entrega de las 'croquetas' contra el despilfarro, hemos ido al colegio Collserola de Sant Cugat del Vallès, donde la fundación Fundesplai lleva a cabo un programa educativo contra el derroche de alimentos.

Datos del sector

Hoy les toca a Marc y a Oriol pesar todo lo que sus compañeros de comedor no se han comido. Ellos son alumnos de quinto de primaria del colegio Collserola, en Sant Cugat del Vallès, y conocen al dedillo, porque lo hacen desde hace ya unos años, qué hay que hacer. Esperan a que terminen todos (en este turno, además de los de quinto, también están los de tercero y los de primero) y colocan en una balanza el cubo que previamente han llenado los otros alumnos con los restos que no se podían aprovechar, pelas, huesos y servilletas de papel. Luego, lo que sí se hubiera podido comer y finalmente el agua sobrante. Anotan en un panel los resultados y los comparan con los de otros días… Hoy se va a desperdiciar más agua que ayer, pero los residuos sólidos se han reducido ligeramente. "El día que toca tortilla de patatas, los platos quedan limpios", comenta Oriol.

El programa educativo contra el desperdicio alimentario que se lleva a cabo en el colegio Collserola es una de las iniciativas de la fundación de ocio y tiempo libre Fundesplai, que es quien gestiona aquí el servicio de comedor escolar a través de la entidad Paidós. "Es un proyecto en el que empezamos a trabajar en 2014, cuando decidimos que los alimentos que íbamos a servir en el comedor escolar iban a ser, en la medida de lo posible, alimentos de proximidad, de agricultores de la zona", explica Laura Blasco, coordinadora de la iniciativa. Eso implica, entre otras cosas, que parte de los productos que los niños comen a mediodía son de temporada, "y eso nos obliga, a veces, a cambiar el menú previsto según la disponibilidad del producto, algo que las familias entienden perfectamente cuando se lo decimos", agrega Blasco.

La gestión contra el desperdicio de alimentos empieza ya por la mañana, cuando cada clase comunica al equipo de cocina cuántas personas van a ir al comedor a mediodía. "De esta manera, se ajustan ya las raciones desde primera hora", comenta la coordinadora. Ya en el comedor, con los alumnos quienes se sirven sus propias raciones, "en función del hambre que tienen… Así aprender a ajustar ellos el volumen de lo que van a comer y a tomar conciencia de ello, no a comer por los ojos", agrega.

A lo largo de la comida, entre plato y plato, los estudiantes van depositando los restos en el cubo correspondiente: aquello que no se puede comer porque no es comestible; lo que sí se hubieran podido comer pero que desechan y el agua sobrante. Será eso lo que se pesará al final de la comida y se apuntará en el panel. "Te das cuenta que cuando inicias ese proceso hay una disminución que se va produciendo de modo natural, porque lo están viendo ellos mismos", explica Blasco.

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Consejo

Si has pelado o troceado fruta y te va a sobrar,
rocíala con un poco de zumo de limón antes de meterla
en la nevera para que no se oscurezca

Consejo

Si has pelado o troceado
fruta y te va a sobrar,
rocíala con un poco
de zumo de limón antes
de meterla en la nevera
para que no se oscurezca

Un reportaje de El Periódico

Textos: María Jesús Ibáñez
Ilustraciones: Andrea Hermida-Carro
Imágenes: Ferran Nadeu
Coordinación: Rafa Julve