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Opinión

Unas bolsas atadas al futuro de Nvidia y la IA

Han tenido que pasar 18 años para que el Ibex 35 rompiera su récord histórico. A las limitaciones de la bolsa española se le une su dependencia del escenario internacional

Evolución del Ibex desde 2007.

Evolución del Ibex desde 2007. / 'ACTIVOS'

La futura evolución de la bolsa española no depende de cuantos trapos bien diseñados logre vender Inditex por el mundo, de la estrategia del Santander o del BBVA para desarrollar nuevos y sofisticados productos financieros para sus clientes, de los vaivenes del mercado hipotecario español, de los viajeros que aterricen en nuestro país para batir un nuevo récord de turistas anuales -camino de los cien millones- o de los molinos de viento que logre aparcar Iberdrola en Estados Unidos y el Reino Unido. No, el futuro del Ibex 35, del resto de índices europeos y del planeta depende de si las perspectivas de crecimiento de las grandes tecnológicas estadounidenses, afectas a la inteligencia artificial y sus derivadas, se mantendrán tal como apuestan los inversores. Si las previsiones no se cumplen, las valoraciones empezarán a caer y catacrac. La cascada de caídas afectará a todos los mercados.

La misma semana que el Ibex 35 ha logrado superar el récord histórico establecido el 8 de noviembre de 2007 y se ha aupado por encima de los 16.000 puntos, Nvidia ha alcanzado los cinco billones de dólares en capitalización. Eso es cinco veces más de lo que vale el Ibex 35 en su conjunto. La empresa de semiconductores, de la que solo cuatro expertos había oído hablar hace 10 años, alcanzó este nivel tras anunciar la fabricación de más chips y más supercomputadores, así como un alud de nuevas inversiones que deben cambiar cómo vivimos y trabajamos. La demanda es tal que permite a la empresa fundada por Jensen Huang seguir generando más y mayor oferta, presente y potencial.

Nvidia no está sola en este momento esplendoroso para los mercados financieros que permite a inversores de todo el mundo brindar por el aumento de su patrimonio. Microsoft, Apple, Amazon, Alphabet/Google, Meta y el resto de las compañía del nuevo mundo abrazan este momento de euforia en la que el resto se enchufa. A eso se le añade la presunta y renovada luna de miel -no sabemos si temporal- entre China y Estados Unidos. El encuentro en Corea del Sur entre Donald Trump y Xi Jinping parece -solo parece- haber establecido un acuerdo de mínimos para evitar una guerra comercial a gran escala entre las dos grandes potencias. Que China sea el país con mayores reservas de tierras raras, tan necesarias para los Nvidias de turnos, son razones demasiado poderosas para el bocazas estadounidense.

Los mercados viven una época de euforia gracias a las perspectivas de crecimiento de las nuevas tecnologías

La bolsa española, que no deja de ser un mercado liliputiense al lado de los grandes, es una de las beneficiadas de todo este escenario. En primer lugar, porque de los principales mercados mundiales era el que peores registros tenía desde que estalló la gran crisis financiera de septiembre de 2008. Por relativizar, desde enero de 2007, el Ibex 35 se ha revalorizado el 11,4% frente al 875% que lo han hecho el índice Nasdaq Composite y el 263% del índice DAX alemán. Salvo en el caso de Inditex, en la bolsa española siguen teniendo el mayor peso empresas dependientes de sectores regulados, que miran con lupa los boletines oficiales de nuestro Estado y de otros, y la evolución de los márgenes de interés: los bancos. Las entidades financieras españolas, justo este año, han recuperado las pérdidas bursátiles que arrastraban desde aquellos años que han quedado en el recuerdo. Junto a la empresa de moda gallega, Santander, Iberdrola, BBVA y Caixabank suponen el 55% de la capitalización del Ibex 35. En lo que va de ejercicio, es más que simbólico que la empresa que más se ha revalorizado, el 200%, sea Indra, cuyo primer accionista es el Estado con el 28% de su capital. Las previstas multimillonarias inversiones en defensa han sido fundamentales para que este valor, hasta hace unos años residual en la bolsa, levantara la cabeza.

Las cifras macroeconómicas de España, con un crecimiento esperado del PIB superior al 5% en 2025, han sido un espaldarazo que ha ayudado al recorrido alcista de la bolsa. Los inversores internacionales observan que España, a pesar de los rifirrafes políticos, funciona. Incluso, sin Presupuestos del Estado. Al lado de la crisis que padece Francia y de la marcha lenta que Alemania lleva puesta desde hace tiempo, el peso de España en la cartera de inversiones de los grandes fondos ha aumentado.

A medida que más se corre, peor es la caída cuando se tropieza con un bache en el camino o nos encontramos con una inesperada piedra. En el mundo de las inversiones, el pasado reciente lo demuestra, cualquier alarma puede generar la excusa para una corrección o una estampida. Solo cabe estar alerta. Y cuidado con pedir consejos a la inteligencia artificial. No siempre acierta.