Paros el 29 y 30 de octubre
El metal de Barcelona se aboca a su primera huelga en décadas y amenaza con un caos viario
La mediación de la Generalitat no logra desencallar el conflicto y unos 180.000 trabajadores están llamados a parar
Última hora de la huelga del metal hoy en Barcelona, en directo
Los trabajadores del metal de Barcelona irán a la huelga el 29 y 30 de octubre

Manifestación de distintas patronales durante la mediación por la huelga del metal de Barcelona / MANU MITRU

Poco antes de la madrugada de este lunes para martes, patronal y sindicatos del metal se han levantado de la mesa de mediación y han dado por concluidas las negociaciones. La huelga en Barcelona acabará consumándose y este miércoles 29 de octubre y el jueves 30 de octubre unos 180.000 trabajadores están llamados a la que será el primer paro de la metalúrgia barcelonesa en décadas.
"Una huelga del metal puede paralizar más las comunicaciones que una huelga general", recuerda un veterano conocedor de las relaciones laborales catalanas. Durante la jornada de este miércoles pueden producirse incidencias en el tráfico derivado de piquetes y otras acciones de protesta. Ubicaciones como la Zona Franca, con potenciales afectaciones en la Ronda Litoral, pueden ser focos de protesta.
Las posturas entre la Unió Patronal Metal·lurgica (UPM) y CCOO y UGT no han logrado acercarse pese a los contactos entre ambas bancadas durante las últimas semanas. A lo largo de este martes las partes han cruzado reproches, acusándose unos a otros de intransigentes.
El principal punto de disenso es la absorción y compensación de pluses, una competencia que pretende la patronal y que rechazan las centrales, porque permite a las empresas amortiguar parte de los incrementos salariales que luego pacten en el caso de aquellos empleados que cobran por encima de convenio. Aquí las centrales han puesto línea roja y desde la UPM les han acusado de no querer firmar la misma cláusula que ya tienen firmada en el convenio de Lleida.
Este, según afirman distintas fuentes de ambas bancadas, es el principal, aunque no único, punto de fricción y ha acabado abocando a las partes al conflicto. Los sindicatos llevan semanas preparando la huelga, sabedores de que las empresas del ramo irían fuerte en esta negociación y que el paro era una probabilidad real.
La mediación fracasa
Nada pudieron hacer los mediadores del Departament de Treball, que llevaron a las partes a la sala 11 de la planta primera de la calle Sepúlveda 148 de Barcelona. La cámara noble de la conselleria, reservada para ocasiones especiales y donde solo aquellos conflictos laborales de más alto rango se median. Que las conversaciones no se alargaran más allá de la medianoche da cuenta del poco margen que había para un pacto.
Ya en la negociación del anterior convenio hubo ruido de sables, si bien a pocas horas de iniciarse formalmente los paros las partes lograron una entente y salvaron el choque con un preacuerdo que en algunos aspectos, como la compensación y absorción, dejaron la puerta abierta y chutaron para adelante la pelota hasta la próxima negociación, que ha sido esta.
El sector del metal es uno de los más importantes de la provincia de Barcelona. Mueve a muchos trabajadores, altamente sindicalizados y con salarios por encima de la media. Sirve de referencia para la negociación luego del resto de convenios del metal de Catalunya y de otros muchos pliegos.
Que se produzca un choque rompe con el 'oasis' que ha sido hasta ahora las relaciones laborales catalanas, donde durante casi la última década las huelgas han sido puntuales y de baja incidencia. Entre las filas sindicales, formalmente convocan CCOO y UGT, que reúnen una mayoría de delegados en el sector, mientras que la CGT ha llamado a sus afiliados a secundar los paros.
Salarios según el IPC
Los sindicatos reclaman en el metal mantener la cláusula de revisión salarial que obliga a las empresas a subir los sueldos de sus plantillas como mínimo lo que suba el IPC. Ese blindaje contra la inflación es un recurso escaso y pocos convenios lo conservan -menos del 20%, según los datos recopilados por el Ministerio de Trabajo-.
El metal de Barcelona es uno de ellos y, si es por las centrales, seguirá así. Para los próximos tres ejercicios CCOO y UGT reclaman el IPC más un punto adicional, mientras que la patronal ofrece un 3% para este año, un 2,75% para el que viene y un 2,5% para 2027.
El número de horas es otro foco de disenso. Las centrales reclaman una reducción horaria hasta las 1.726 horas anuales. Lo que vendrían a ser una jornada laboral semanal de 37,8 horas, muy cercana al nuevo tope que quería implantar para todos los sectores la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y que PP, Vox y Junts tumbaron en el Congreso. Y la patronal se aviene a bajar hasta 1.734 horas (38 horas semanales).
Pugnas internas
El conflicto en el metal se entiende por diferencias materiales entre patronal y sindicatos, pero también influye la relación que tiene la UPM con un actor que hasta ahora no ha tenido voz en las mesas negociadoras: Pimec.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas no es parte negociadora del convenio, pero a muchos de sus asociados les aplica el mismo. Ello provoca que la entidad saliera en tromba tras el último acuerdo a criticar los elevados incrementos salariales pactados por la UPM, que consideraban inasumibles para las pequeñas compañías. Esa competición entre patronales condiciona el conflicto.
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