Energía
El gran apagón dispara en un 80% el peso del gas en la producción de electricidad
Las empresas gasistas ponen en valor el papel del gas para pedir a Competencia más dinero para esta actividad a partir de 2027

El presidente de Sedigás, Joan Batalla, en una imagen de archivo. / Matias Chiofalo - Europa Press - Archivo

Entre el 28 de abril, día del gran apagón en la Península Ibérica, y el 1 de julio la generación de electricidad con gas (ciclos combinados) aumentó en un 78% respecto a la media antes del apagón. El año anterior, en el mismo periodo, el incremento de esta tecnología era de apenas un 5%. Y en los meses siguientes ese incremento se ha consolidado creando un "efecto escalón" al que se suma el aumento de la demanda y la menor presencia de renovables en el sistema.
Así se pone de manifiesto en un estudio elaborado por la consultora PwC para la patronal de Enagás y Naturgy, Sedigas, con el que el lobi aspira a convencer a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) del papel "crucial" de esta tecnología en la transición energética y, así, obtener más dinero por sus actividades reguladas a partir de 2027.
Se trata de las actividades de distribución (gasoductos que transportan el gas hasta el consumidor final), del transporte (los gasoductos más grandes) y de la regasificación de gas natural (conversión del gas en estado líquido a gaseoso), que son actividades reguladas por ley, que pagan los consumidores a través de sus facturas de gas.
En el vigente periodo regulatorio 2021-2026, las empresas acusan una reducción acumulada en sus ingresos de 2.495 millones de euros frente al periodo anterior, según los cálculos de PwC, después de que la CNMC recortara el pago a estas actividades reguladas en el periodo anterior al considerar que estaban sobreretribuidas. A esto se sumaría otro recorte estimado en unos 2.405 millones de euros en el próximo periodo regulatorio (2027-2032), si no hay cambios en la metodología retributiva.
Y ese nuevo tijeretazo es lo que quieren evitar las empresas, que advierten que si no se produce una corrección, la retribución del próximo periodo regulatorio mermaría "su capacidad para mantener sus infraestructuras, garantizar su operativa diaria y, en definitiva, afrontar las imprescindibles inversiones que requiere su modernización para adecuarse a los retos del futuro". La nueva retribución tiene que estar implementada el día 1 de octubre de 2026.
¿Qué piden? "Definir la retribución de forma más equilibrada", según ha afirmado el presidente de Sedigas, Joan Batalla, en la presentación del informe, sin entrar a detallar cómo debería ser la nueva 'fórmula' de retribución a las redes de gas. Y para ello advierten, además, que el peso de estas actividades en la factura de los consumidores (lo que se conoce como peajes) se ha reducido en un 70% en el caso de la industria y en un 42% en el caso de los hogares desde 2021, mientras que en el resto de países del entorno se produjo un incremento del 40% y del 25%, respectivamente.
Más demanda de lo previsto
El contexto de este 2025 es muy diferente al que había en el año 2020, cuando se impuso la actual metodología con la que la CNMC recortó los ingresos regulados de estas instalaciones. Ahora, además del creciente papel de los ciclos combinados en el sistema eléctrico, el consumo de gas en los hogares se reduce pero el número de consumidores se mantiene estable (en 8 millones).
Y esto lleva a una demanda de gas natural que se sitúa lejos de las proyecciones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que apuntaba a una demanda en 2025 de 272 teravatios-hora este año, cuando en la actualidad se sitúa en los 325 teravatio-hora (año móvil de octubre de 2024 a septiembre de 2025), siempre según el citado informe de PwC.
Además, en los últimos años, se produce una tendencia al incremento de las puntas de consumo, que son cada vez mayores, tanto en la demanda convencional de gas (industria y hogares), como en la demanda del sector eléctrico. En el primer caso, según el estudio de PwC, el consumo en enero es muy superior a la media anual y en verano es más bajo que la media; mientras que en el caso de la electricidad varía en función del mes, pero con una volatilidad muy alta.
"Hay eventos coyunturales, que serán cada vez más estructurales como los incendios, la DANA o el apagón, lo cual nos obliga a tener una infraestructura muy resiliente", ha valorado el socio responsable de energía de la consultora, Óscar Barrero.
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