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Pionero

¿Quién era William Willett, el empresario británico que ideó el cambio de hora?

En 1907 publicó un folleto llamado 'Waste of Daylight' en el que defendía la necesidad de adelantar el horario para aprovechar las horas de sol

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Pedro Sanjuán

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El horario de invierno ha arrancado el último fin de semana de octubre, cuando se ha atrasado una hora en todos los relojes. Este cambio ha generado mucha polémica en los últimos años, ya que los científicos denuncian que tiene consecuencias en el ritmo biológico y mayores repercusiones físicas y mentales que ventajas económicas. Incluso el Gobierno ha propuesto abolir el cambio de hora estacional en una reunión de Energía de la Unión Europea (UE) en Luxemburgo, donde habló de reformar el sistema ya en 2026.

La UE fija una fecha y una hora comunes a todos los Estados miembros para el comienzo y el fin del conocido como horario de verano. La última comunicación de la Comisión Europea al respecto fue de 2021. Entonces se trasladó cuándo se tenían que producir los cambios hasta 2026: los últimos fines de semana de marzo y octubre, respectivamente, a las 02:00 hora española.

El primer origen -aunque frustrado- del cambio horario se le atribuye al empresario William Willett, quien propuso por primera vez la modificación horaria en invierno y verano para aprovechar mejor las horas de sol, una modificación que permitiría mayor productividad laboral y mejor vida social.

La propuesta del constructor británico

Willet tuvo esta idea en verano a raíz de observar, mientas montaba a caballo, que la mayoría de casas de alrededor tenían las cortinas echadas en verano por que le molestaban los rayos. En 1907 publicó un folleto llamado 'Waste of Daylight' en el que defendía la necesidad de adelantar el horario, aunque su sugerencia era algo distinta a la habitual. Este empresario pretendía incrementar 20 minutos, en cuatro veces, durante abril y realizarlo a la inversa septiembre. Winston Churchill o Arthur Conan Doyle, autor de Sherlock Holmes, se posicionaron a su favor, aunque reivindicaron que hacer el cambio horario de una sola vez sería menos confuso para la población. Pero no recibió demasiado consenso y se declinó la propuesta en 1909.

Pero la Primera Guerra Mundial cambió las necesidades políticas de Inglaterra y Alemania, que en una época de frío y mucha escasez económica, esta propuesta volvió a adquirir valor para reducir los costes industriales y ambos países lo aprobaron en 1916, un año después de la muerte de Willet.

El primer cambio de hora en España se produjo en 1918, aunque ni entre los años 1920 y 1925 ni entre 1930 y 1936 se produjo ningún cambio de hora. El Gobierno de Franco retomó en 1940 esta medida para que España tuviera el mismo horario que la Alemania nazi y los países de Europa Central. El horario de verano resucitó en España y en el resto de Europa en los años 70 por la crisis del petróleo.

Algo similar hacían en la Antigua Roma, cuando las clepsidras o reloj de agua de los romanos tenían diferentes escalas en función del mes del año que fuera. Así, en la latitud de Roma, la tercera hora tras el amanecer, la hora tertia, empezaba (usando el horario moderno) a las 09:02 y duraba 44 minutos en el solsticio de invierno, pero en el de verano comenzaba a las 06:58 y duraba 75 minutos, según relata el historiador Jérôme Carcopino.